A un año y un mes de su nacimiento, Addventure Angel Club, el primer club de inversores ángeles de Córdoba, ya tiene 45 socios, invirtió 545 mil dólares, apoyó con asesoramiento a una decena de startups (emprendedores de base tecnológica) y está iniciando en 2022 un nuevo plan de crecimiento.
La iniciativa, que nació de un diálogo entre Luis Bermejo, director ejecutivo de Alaya Capital, y el Icda, la Escuela de Negocios de la Universidad Católica de Córdoba (UCC), arrancó oficialmente a mediados de noviembre del año pasado bajo el formato de una fundación sin fines de lucro.
Su objetivo es reunir en un espacio de capacitación e intercambio de experiencias a inversores ángeles, como se conoce a quienes hacen venture capital (inversión de riesgo), para generar una comunidad y fomentar esta figura en el interior del país.
El inversor ángel generalmente apoya con financiamiento y mentoreo a emprendedores tecnológicos, en general, a cambio de una porción de las acciones, acompañando su proceso de crecimiento. En algún momento, se retira para recibir los resultados.
El grupo arrancó con 25 empresarios y ejecutivos de firmas y de organizaciones locales, varios de ellos ligados al emprendedorismo tecnológico desde hace varios años, como Juan Santiago, Luciano Nicora, Gabriel Florenza, Daniel Gandara, Mario Postay, Lucas Emma, Rafael Ibañez, Mario Barra, Horacio Parga, Gisela Veritier, Carlos Galander y Juan Carlos Rabbat, entre otros.
En sus primeros 13 meses de actividad, generó una comunidad de 45 socios, de los cuales 16 invirtieron en 10 startups, nueve argentinas y una de un argentino que vive en España.
Hay inversores ángeles que pusieron su dinero en más de una startups, en cada una de las cuales se colocó un promedio de 54 mil dólares.
“El objetivo inicial era hacer cinco inversiones, pero finalmente se cerraron 10, varias de ellas de Córdoba, por lo cual creemos que ha sido un muy buen año de inicio del club”, asegura Bermejo.
Además de conectar a inversores con emprendedores, Addventure Angel Club busca capacitar y realizar un seguimiento de los proyectos invertidos.
Nueva etapa
A partir de 2022, el club de inversores ángeles inicia una nueva etapa. El primer paso lo dieron a finales de diciembre, cuando la organización decidió empezar a hacer rotar la presidencia de la fundación entre los socios fundadores.
Este año, el empresario tecnológico Mario Postay, uno de los socios de ReciU Bike e inversor en varias startups cordobesas (Ualabee y Fitship, entre ellas), será la cabeza visible de Addventure, con el plan de hacer crecer entre 20 y 25 por ciento la cantidad de socios nuevos y 50 por ciento las startups invertidas.
“La idea es que el club sea algo dinámico y vayamos rotando la presidencia entre los que somos fundadores, para mantener el espíritu original”.
Postay.
La entidad organiza habitualmente sus llamados “Demo Day”, jornadas en las que emprendedores presentan sus proyectos tratando de captar el interés de los inversores. El primero de este año se hará en marzo.
Su crecimiento da la pauta de que Córdoba ha empezado a conformar una comunidad de ejecutivos interesados en el venture capital.
“Tener más inversores va de la mano de contar con más emprendedores. Córdoba tiene startups de calidad, pero todavía hay mucho que mejorar. En un par de años, la provincia va a tener un unicornio o algo cerca de eso”, advierte.
Addventure ha permitido que empresarios de la actividad agropecuaria, comercial e industrial de Córdoba empezaran a interesarse por invertir en startups, una actividad a la que hasta hace poco tiempo sólo se animaban los ejecutivos “del palo” tecnológico.
Según Postay, esto se ha visto reforzado por las iniciativas del Gobierno provincial, con la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, que organiza fondos público-privados para invertir en emprendedores; como también de la Municipalidad, con el Fondo Córdoba Ciudad Inteligente, que invierte en iniciativas tecnológicas para mejorar la ciudad y la administración pública.
Al respecto, agrega: “El club es un experimento que viene a ocupar un lugar que estaba desarticulado; muchos de nosotros éramos fuente de consultas permanente de gente que demostraba interés en la inversión de riesgo y que venía de otras actividades fuera de la tecnología. Ahora, podemos dar contención y capacitación a los nuevos inversores, porque no se trata de poner dinero y esperar resultados, tienen que aprender que esto es una guía de acompañamiento, para que la comunidad de startups sea cada vez más grande”.
