En un avance que parece sacado de la ciencia ficción, China ha dado a conocer un innovador microdron espía con la apariencia y tamaño de un mosquito, marcando un hito en la tecnología militar.
Desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa (NUDT) en Hunan, este dispositivo de entre 0,6 y 2 cm de longitud y 0,3 gramos de peso fue presentado el 20 de junio en el canal militar estatal CCTV-7.
El dron, descripto por el investigador Liang Hexiang como un “robot tipo mosquito”, está diseñado para misiones de reconocimiento y operaciones especiales en el campo de batalla, según informó el South China Morning Post.
Un diseño biónico para el sigilo perfecto
El microdron imita la anatomía y el comportamiento de un mosquito real, con un cuerpo alargado, tres patas ultrafinas y dos alas translúcidas que baten hasta 500 veces por segundo, permitiéndole volar de manera estable incluso en condiciones de viento de hasta 74 km/h.
Equipado con sensores miniaturizados, cámaras de alta resolución y micrófonos, este dispositivo puede capturar imágenes, grabar conversaciones y detectar señales electrónicas en tiempo real, todo mientras permanece prácticamente invisible para radares convencionales y el ojo humano.
Además, la NUDT presentó un prototipo con cuatro alas controlable desde un smartphone, lo que simplifica su operación y amplía sus aplicaciones en entornos urbanos o instalaciones protegidas.
Este diseño biónico no solo mejora su camuflaje, sino que también permite al dron posarse discretamente en superficies, mezclándose con el entorno como un insecto común.
Implicaciones en la guerra moderna
El dron mosquito representa un salto cualitativo en la “guerra inteligente” que China impulsa mediante inteligencia artificial y sistemas autónomos.
Expertos advierten que este tipo de dispositivos podría usarse para rastrear personas o infiltrarse en instalaciones sensibles, planteando preocupaciones sobre privacidad y seguridad.
A pesar de su potencial, el dron enfrenta limitaciones técnicas. Su batería minúscula restringe la autonomía de vuelo a misiones de corto alcance, y su capacidad de carga útil es limitada, lo que lo hace ideal para tareas específicas de vigilancia y reconocimiento.
La NUDT ya trabaja en versiones mejoradas para superar estas barreras, lo que podría ampliar sus aplicaciones a operaciones civiles como búsqueda y rescate. Otros países están estudiando tener tecnologías similares.