Al caminar por la rambla de Alicante, España, los idiomas que se escuchan al pasar no tienen fin. La música para disfrutar de la jornada en el mar es, en la mayoría de los casos, en en una lengua irreconocible.
Los empleados de los supermercados pegados a la playa ya saben con qué gestos comunicarse con sus clientes. Y hasta hay zonas de la provincia que están destinadas pura y exclusivamente a visitantes.
Fotos turísticas por acá, diferentes costumbres culturales por allá.
Resulta curioso entender el motivo por el cual los residentes de un país protestan contra el sector que aporta el 12,3% del PBI y emplea al 76% de la población activa.

Es decir, el turismo es, para España, fundamental para la economía del país, y se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos.
El país europeo es el segundo destino turístico más popular del mundo.
“Al fin y al cabo, vivimos de eso, así que debemos adaptarnos”, comenta Gloria, en diálogo con La Voz, quien es oriunda de Alicante y vivió toda su vida en contacto con el turismo masivo.
“Yo no sé de idiomas pero sí puedo señalar y con eso me basta para comunicarme con turistas”, dice sobre su trabajo como empleada de un comercio en el centro de Alicante.
De qué se tratan las medidas contra los turistas que visitan España
El verano pasado, España estalló en protestas motivadas por el aumento vertiginoso del número de turistas, que dificulta la vida cotidiana de los residentes.
Más de 90 millones de visitantes extranjeros llegaron al país en 2024, y la consultora Braintrust calcula que el número de arribos se disparará hasta los 115 millones en 2040.

A partir de las insuficientes medidas gubernamentales para gestionar el flujo de visitantes, los españoles organizaron en diferentes ciudades huelgas de hambre, pintaron puntos de interés turístico con mensajes contra el turismo y hasta rociaron a los vistantes con pistolas de agua.
Además, en Barcelona los manifestantes corearon consignas y mostraron pancartas de protesta. Una decía:“¡Un turista más, un residente menos!”.
A su paso, dejaron un rastro de pegatinas en las puertas de hoteles, postes de luz y mesas de cafés al aire libre que mostraban una pistola de agua rodeada por un mensaje en inglés:“Tourist Go Home!” (“¡Turista, vete a casa!”).
Únicamente en el mes de abril 2025, España recibió 8,6 millones de turistas internacionales, un 10,1% más que en el mismo mes de 2024 , según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, en los cuatro primeros meses de 2025 el número de turistas aumentó un 7,1% en relación al año pasado y superó los 25,6 millones.
Medidas antituristas y la crisis de la vivienda
El impacto más profundo y generalizado del turismo, sin embargo, se siente en la crisis de la vivienda, un problema que afecta directamente a la capacidad de los residentes locales, especialmente los jóvenes, para acceder a un hogar.
Alicia García es una ciudadana de Alicante pero trabaja en Benidorm, un balneario en la costa este de España muy reconocido por la masividad turística.
La mujer le comenta a La Voz que en Benidorm es donde existe el turismo “más barato”, predominantemente de ingleses.
Se concentra en una zona específica con sus propios bares y supermercados.
Este perfil de turista es percibido por los residentes autóctonos como “baratero y de destrozo”, bebiendo en exceso y causando daños, lo que genera descontento, aunque la población local “vive de él” y lo “traga”.

Además, agregó que la afluencia masiva de turistas provocó que los propietarios de viviendas vean una “gallina de los huevos de oro” en el alquiler vacacional (tipo Airbnb).
Alquilar por temporadas cortas de una semana o unos días puede generar un “dinero importante” semanalmente, superando con creces lo que se podría obtener con un alquiler tradicional a largo plazo.
“Ven la gallina de los huevos de oro y dicen, ‘Oye, si yo tengo a una persona alquilada con un alquiler durante todo el año, le puedo cobrar X. Pero si esto lo alquilo durante todo el año, a temporadas de una semana, cinco días, tipo un Airbnb o turismo vacacional o lo que sea, le saco todas las semanas un dinero importante’”, explica Alicia García.
Esta dinámica resultó en una drástica reducción de la oferta de pisos para alquileres de larga duración, lo que dificulta la independización de la gente joven.
Además, hay obras nuevas en zonas que está siendo adquiridas por “gente de mucha pasta” o extranjeros, como rusos, haciendo que la compra de vivienda nueva sea inalcanzable para la mayoría de los ciudadanos locales.

“No tenemos nada en contra de los turistas individuales, pero la industria está creciendo y creciendo y consumiendo muchos recursos y la isla no puede hacer frente”, dice Iván Cerdeña Molina, manifestante de Tenerife, que ayudó a organizar las protestas.
“Airbnb y Booking.com son como un cáncer que está consumiendo la isla poco a poco”, asegura Cerdeña Molina.

Actualmente, en épocas altas de turismo, es común que las personas alquilen una única habitación para dormir con desconocidos.
A partir de esto, Gloria Rodríguez reflexiona sobre el punto en el que se posiciona la comunidad española.
“Últimamente en España se sobrevive, no se vive. Yo considero que el mundo entero debería salir a la calle a protestar porque no estamos de acuerdo con lo que están haciendo con los alquileres, no debería ser protesta únicamente de un país”, expresa.
Cuáles son las posibles soluciones según ciudadanos españoles
La solución a esta problemática, según Alicia García, pasa por legislar adecuadamente el sector del alquiler vacacional para que “todo el mundo pague los impuestos que le toquen”.
Se señala que gran parte de estos ingresos operan en una economía sumergida, lo que permite a los propietarios obtener “dinero limpio para el bolsillo” al no declararlo correctamente.

Además de la regulación fiscal, se subraya la necesidad urgente de hacer más construcciones.
A pesar de las promesas de edificar nuevas viviendas, esto no se está llevando a cabo al ritmo necesario, y existen muchas zonas despobladas en Alicante donde se podría construir.
La situación se complica aún más por la desconfianza de los propietarios para alquilar debido a problemas como la “ocupación ilegal” de viviendas, un tema “muy complicado” en España dadas las leyes actuales.
Cuáles son las medidas gubernamentales
Otros puntos turísticos como Barcelona y Madrid también están luchando contra la subida de los precios de los alquileres para residentes.
En junio del año pasado, el Ayuntamiento de Barcelona anunció un plan para eliminar las licencias de pisos turísticos de la ciudad para 2028.
España también planea introducir un impuesto del 100% sobre las propiedades compradas por residentes extracomunitarios en su última medida para proteger el mercado inmobiliario de los compradores extranjeros.

Las ventas de viviendas a extranjeros, incluidos ciudadanos de la UE, representan aproximadamente el 15% del mercado inmobiliario, según el Registro de la Propiedad de España.
Además, España ya tomó medidas enérgicas contra el turismo en respuesta a la crisis inmobiliaria, y algunas ciudades están considerando prohibir por completo los alquileres al estilo Airbnb.
Otras medidas propuestas por el Gobierno incluyen impuestos más altos para estos alquileres vacacionales.

Los precios de los alquileres han aumentado, en parte, debido a estos contratos de corta duración que se ofrecen principalmente a los turistas.
A principios de este año, España tomó medidas para eliminar su programa de visas doradas en abril.
Una inversión de 500.000 euros en bienes inmuebles ofrece a los extranjeros ricos la oportunidad de obtener la residencia y vivir, trabajar y estudiar en el país.
Además, esta residencia en España también le otorga el derecho a viajar sin visado dentro del Espacio Schengen, que incluye la mayor parte de la Unión Europea (UE), lo que hace que esta sea una oferta aún más atractiva.
Al igual que en otras partes de Europa, este plan tuvo demasiado éxito, haciendo subir los precios de las propiedades en los centros urbanos como Barcelona y logrando que la vivienda sea inaccesible para muchos residentes locales.
Por qué la “turismofobia” puede acabar con el sector turístico
Algunos vecinos están cansados de la masificación, pero nadie de los que se benefician de los ingresos del turismo quiere renunciar a “la gallina de los huevos de oro”.
El verano de Barcelona tuvo un impacto económico directo de 12.750 millones de euros, según el Observatorio del Turismo de esa ciudad. La economía catalana se sustenta en gran parte en estas cifras.
A partir de esto, las manifestaciones contra los visitantes no fueron bien recibidas por el sector turístico.
Marc es encargado de sala de un restaurante en el barrio de Sant Antoni, Barcelona donde el precio de la vivienda incrementó un 127%.
“Justamente en esta zona hay muchos pisos turísticos y yo creo que para el ciudadano de a pie nos va a ayudar porque realmente hay muy poca oferta y mucha demanda y eso afecta a los precios del alquiler“, explica Marc a Euronews.
“En verano, el turista es básicamente el 50% de nuestra clientela porque los locales están fuera de Barcelona“, afirma Marc.
A su negocio, entonces, dejaría de ingresar la mitad de los clientes que hoy por hoy colman sus instalaciones.