Este jueves se registró un pico de tensión en el conflicto fronterizo que mantienen desde hace meses Rusia y Ucrania en la franja lindera que comparten ambos países.
El repliegue de tropas anunciado por Moscú en el confín caliente no termina de convencer a los países occidentales que, con Estados Unidos a la cabeza, tienden un manto de dudas sobre la supuesta buena fe rusa. De hecho, en las últimas horas volvieron a crecer los mensajes que alertan de una invasión inminente que, según varios gobiernos, comenzaría con un “pretexto” de dudosa veracidad.
Canal especial conflicto Rusia-Ucrania
En ese contexto, el presidente estadounidense, Joe Biden, insistió el jueves en que “todos los indicios” de los que dispone su gobierno apuntan a un ataque de Rusia de un momento a otro, hasta el punto de que cree que ocurrirá “en los próximos días”.
El mandatario norteamericano viene manifestando esa impresión desde mediados de diciembre sin que hasta ahora la amenaza que denuncia con obstinación se haya consumado.
El inquilino de la Casa Blanca cree que el riesgo sigue siendo “muy alto” y que los rusos no sólo no replegaron efectivos, sino que ahora hay “más tropas” cerca de la frontera de Ucrania.
Biden plantea como posibilidad que Moscú orqueste “una operación de bandera falsa”, un término con el que se describen intervenciones encubiertas con las que un determinado actor armado –en este caso Rusia– querría culpar a la otra parte para justificar el inicio de una acción.
No, no y no
Las autoridades de Rusia, con el presidente, Vladimir Putin, a la cabeza, siguen negando que tengan intenciones de invadir territorio ucraniano, a pesar de haber concentrado unos 130 mil combatientes cerca de la frontera, según Estados Unidos y sus socios internacionales sin que haya un motivo válido que lo justifique.
No obstante, avisó que “se verá obligado a responder” en “ausencia de la disposición” de Estados Unidos para acordar “garantías firmes y legalmente vinculantes” que garanticen la seguridad de todas las partes, “incluso mediante la implementación de medidas técnico-militares”, según la agencia Europa Press.
Las sucesivas maniobras militares, algunas de ellas en Bielorrusia, no contribuyeron a aplacar las suspicacias, entienden los aliados occidentales.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) coincide con la óptica de Washington en que no hay señales claras que acrediten que el Kremlin ordenó el repliegue de tropas.
“No hay claridad, pero sabemos que Rusia concentró el mayor número de fuerzas que hemos visto en décadas en Europa y que mucha inteligencia rusa está presente en el Donbás”, comentó el jefe de la alianza militar, Jens Stoltenberg, coincidiendo con una reunión de ministros de Defensa del bloque continental.
En ese contexto convulsionado, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebraron el jueves una reunión informal centrada en la crisis ucraniana. Luego de las deliberaciones, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, insistió en que la liga de países se mantiene “firme” y unida.
Preocupación creciente
Por su parte, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, expresó su preocupación por los choques y bombardeos en el Donbás, anticipando que habrá sanciones “muy duras” en caso de ataque ruso, a pesar de que públicamente todos los actores occidentales insisten en que la diplomacia sigue siendo la primera y, por ahora, única vía para reducir las tensiones.
En medio del recrudecimiento de la incertidumbre en torno al conflicto, los líderes europeos advirtieron que están listos para aplicar “duras” sanciones a Rusia si avanza en el terreno militar.
Antes, Borrel había anunciado el inicio de bombardeos en algunos puntos de la frontera este de Ucrania, según tituló el diario español La Vanguardia una noticia publicada en su edición digital a las 15.37, hora de España (10.35 hora de Argentina).
Vale todo
En tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, defendió de manera enfática “todos los formatos diplomáticos para desescalar” la crisis en el este de Europa y ratificó el respaldo de la UE a Kiev para encontrar una salida política a la crisis.
En sintonía con la posición de Zelenski, la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) ratificó el jueves el proyecto de ley del acuerdo con la UE sobre una zona aérea en común, con 311 votos a favor.
La presidenta del Comité de Integración de Ucrania en la UE de la Rada, Ivanna Klympush-Tsintsadze, explicó que Kiev espera que el acuerdo “aumente la competencia en el mercado del transporte aéreo, reduzca los precios de los billetes y mejore la calidad del servicio de pasajeros”.
El objetivo del acuerdo es crear gradualmente una zona común de aviación entre la UE, sus estados miembro y Ucrania, basada en particular en normas idénticas en los ámbitos de la seguridad aérea, de medioambiente, de protección de los consumidores y de sistemas informatizados de reservas, así como normas idénticas en lo que respecta a aspectos sociales.
