Steve Bannon, ex asesor y estratega de Donald Trump, había anticipado la semana pasada la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como Papa, aunque, para él, su elección podía ser “desafortunada”.
Bannon hizo esta declaración en una entrevista a fines de abril, en la que había indicado: “Desafortunadamente, es uno de los más progresistas, pero no se lo está considerando lo suficiente”.
Además, se refirió al Prevost como un “tapado” dentro del Vaticano y que, pese a eso, tenía grandes chances de ser elegido, a pesar de que nunca antes un estadounidense había ocupado ese lugar en la Iglesia Católica.
Según Bannon, Prevost “está ciertamente en la lista corta”, lo cual consideraba “impactante, dado el desprecio que tienen por la iglesia estadounidense” y la histórica reticencia a tener un “Papa americano”.
Además, reconoció que Prevost era ideológicamente cercano al papa Francisco y contaba con una fuerte experiencia en América Latina.
Tras la elección de León XIV, surgieron críticas desde el ala dura del movimiento Maga. Figuras como Laura Loomer criticaron al nuevo pontífice, tildándolo de “el papa marxista”. Otros aliados de Trump también expresaron su malestar por la orientación pastoral del sucesor de Francisco.