Una segunda fuga de crudo en la costa de Perú se produjo este miércoles mientras se realizaban labores en un ducto submarino de la refinería de la compañía española Repsol para investigar las causas del gran derrame registrado el 15 de enero, informaron autoridades gubernamentales.
“El (nuevo) derrame se habría producido el 25 de enero cuando se realizaban trabajos previos al retiro del PLEM (Pipeline End Manifolds, el extremo del ducto), que es un equipo de colección y distribución submarina” desde la refinería a los buques, indicó en un comunicado el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), del Ministerio del Ambiente.
El parte oficial no precisó la cantidad de crudo vertida al mar, según reportó la agencia de noticias AFP.

El vertimiento de 6.000 barriles de petróleo sobre la costa del Pacífico peruano, frente a la refinería La Pampilla, administrada por la española Repsol, empujó a una crisis a 1.500 pescadores artesanales que extraen recursos de un mar con más de 700 especies de peces y moluscos y crustáceos.. (AP /Martin Mejia)

“Este derrame significa una matanza a toda la biodiversidad hidrobiológica de los bancos naturales de diversas especies”, señaló Roberto Espinoza, de la asociación de pescadores. (AP /Martin Mejia)

El derrame de petróleo en la costa peruana fue causado por las olas de una erupción de un volcán submarino en la nación de Tonga, en el Pacífico Sur. (AP /Martin Mejia)

El derrame de petróleo en la costa peruana fue causado por las olas de una erupción de un volcán submarino en la nación de Tonga, en el Pacífico Sur. (AP /Martin Mejia)

El derrame de petróleo en la costa peruana fue causado por las olas de una erupción de un volcán submarino en la nación de Tonga, en el Pacífico Sur. (AP /Martin Mejia)

El ministerio de Relaciones Exteriores de Perú dijo en su cuenta de Twitter que el derrame de 6.000 barriles en uno de los mares más ricos del mundo en biodiversidad también “ha ocasionado un grave perjuicio a cientos de familias de pescadores” y que Repsol “debe resarcir este daño de inmediato". (AP /Martin Mejia)

El alcance de las manchas negras de petróleo en casi 4 kilómetros dejó aves marinas muertas.. (AP /Martin Mejia)

Repsol negó cualquier responsabilidad y dijo que tras consultar a la Marina de Guerra, esta institución no brindó ninguna alerta de tsunami y que por ello, un buque continuó descargando petróleo. (AP /Martin Mejia)

El vertimiento de crudo ha provocado enorme indignación y solidaridad entre los peruanos. Pero al mismo tiempo, también ha despertado enorme desconfianza sobre la calidad de los pescados que llegan a los puertos. (AP /Martin Mejia)

El derrame de petróleo en la costa peruana fue causado por las olas de una erupción de un volcán submarino en la nación de Tonga, en el Pacífico Sur. (AP /Martin Mejia)

El derrame de petróleo en la costa peruana fue causado por las olas de una erupción de un volcán submarino en la nación de Tonga, en el Pacífico Sur. (AP /Martin Mejia)
Esta segunda fuga se produce cuando cientos de brigadistas trabajan contra reloj en las playas de Perú para limpiar los 6.000 barriles de petróleo derramado hace 11 días cuando el buque tanque “Mare Doricum”, de bandera italiana, descargaba crudo en la refinería La Pampilla de Repsol, en Ventanilla, 30 kilómetros al norte de Lima.
La compañía petrolera atribuyó ese primer accidente al oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga.
Según informó en un comunicado la Marina de Guerra de Perú, durante un vuelo de inspección realizado ayer para monitorear la zona afectada por el primer derrame, la tripulación observó una “mancha oleosa” en las inmediaciones del ducto de la refinería.
Agregó que tras consultar a Repsol, la empresa respondió que el petróleo “se había filtrado a pesar de haber realizado los trabajos para retirar el crudo, previamente a la ejecución de la inspección y reparación” del ducto.
El crudo derramado el 15 de enero se expandió a lo largo de la costa a más de 40 kilómetros de la refinería, causando la muerte de aves y peces, y afectando 21 playas, según el Ministerio de Salud.
Además, dejó sin trabajo a cientos de pescadores artesanales, según se informó.
El Ministerio del Ambiente confirmó que la primera fuga afectó a más de 180 hectáreas (equivalentes a unos 270 campos de fútbol) en la franja de playas y 713 hectáreas de superficie en el mar.