Una denuncia publicada el domingo último por el diario El País de España sacudió el escenario político colombiano. Según el medio eurpeo, el excanciller Álvaro Leyva se habría reunido en abril con asesores cercanos al presidente estadounidense Donald Trump para promover la salida del primer mandatario del país cafetero, Gustavo Petro, mediante presión internacional.
En esos encuentros, Leyva habría afirmado tener “todas las herramientas” para destituir al mandatario y que la vicepresidenta Francia Márquez asumiera el cargo sin mayor resistencia. La Casa Blanca, según las fuentes citadas, desestimó por completo la propuesta.
Por su parte, la vicepresidenta Márquez negó de manera rotunda cualquier vínculo con el supuesto plan:
“No existe la posibilidad de que me preste para conspiraciones. No me mueven el resentimiento ni la conveniencia”, afirmó en un comunicado la número dos del Gobierno, la primera mujer afrodescendiente en ocupar la vicepresidencia del país en la historia de la tierra de Simón Bolívar. También advirtió que no permitirá que su nombre sea utilizado con fines políticos. Ayer, Márquez urgió por nota a la fiscal general, Luz Adriana, a investigar el supuesto plan del excanciller Leyva Camargo.
Petro respondió con dureza a lo revelado por El País, acusando a Leyva de haber urdido un “acto de venganza bárbaro y canalla” tras su salida del Gobierno, y reconoció haberlo nombrado canciller “engañado” por su aparente compromiso con la paz.
El escándalo llega en medio de un momento clave para el Gobierno. El último sábado, en sesiones extraordinarias, la Cámara de Representantes aprobó la reforma previsional impulsada por el Ejecutivo, subsanando los vicios de procedimiento señalados por la Corte Constitucional oportunamente. La reforma, uno de los pilares del proyecto social del inquilino de la Casa de Nariño, beneficiará a más de tres millones de adultos mayores sin pensión mediante un sistema de cuatro pilares, según el oficilalismo. Sin embargo, la sesión fue boicoteada por partidos opositores como el Centro Democrático y Cambio Radical, que denunciaron irregularidades en la convocatoria.
La polarización, a full
En este contexto, el intento de golpe blando denunciado por El País amplifica el clima de polarización política. Una jueza federal colombiana, que pidió mantener su identidad en reserva, compartió con La Voz una visión crítica pero reveladora del panorama actual:
“Es cierto que hay cosas que no están bien en el Gobierno -hechos de corrupción, nombramientos inaceptables-, pero se ataca al Gobierno del presidente Petro como si antes hubiéramos vivido en un paraíso. Como si la política colombiana siempre hubiera sido pulcra y transparente, lo cual, como todos sabemos, no es cierto.”
La magistrada también cuestionó el papel de los medios de comunicación tradicionales y la influencia de la desinformación:
“Hay una campaña de desprestigio desde medios tradicionales y mucha desinformación a través de la redes sociales y aplicaciones como WhatsApp”, apuntó la funcionaria judicial y completó el razonamiento: “Se promueven cadenas de odio sin sustento que la gente replica de manera compulsiva. Se ha atacado de manera cruel a la familia del presidente Petro, incluso con rumores infundados. Además, el racismo contra (la vicepresidenta) Francia Márquez es brutal”, lamentó la togada.
Por otra parte, la Red Progresista Eje Cafetero aportó otra dimensión al caso al compartir con La Voz un artículo periodístico publicado hace casi ocho décadas y que permite vincular al excanciller con un patrón familiar de acciones antidemocráticas:
“El tema de los Leyva con los golpes de Estado ya es un clásico”, avisa el espacio. ”El padre de Álvaro Leyva incitó al magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán en 1947. Hoy, su hijo vuelve a ocupar titulares, implicado en un presunto golpe contra Petro”, relaciona. “La historia se repite: la misma familia, la misma arrogancia, el mismo desprecio por la democracia”, razona la Red que respalda al Gobierno Federal.
Reacciones
Las reacciones desde el oficialismo fueron categóricas. Por caso, Laura Sarabia, actual ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, escribió en X: “Ruin y miserable. La ambición desmedida por el poder llevó a Leyva a conspirar contra nuestra institucionalidad. El mandato del presidente debe ser respetado y defendido por todos”, plantea.
Periodistas colombianos consultados por La Voz coinciden en que el presunto plan para desplazar de la presidencia a Petro pone a prueba, una vez más, la solidez institucional del país sudamericano y expone una ofensiva de sectores opositores que no se limita a lo legislativo. Analistas políticos consideran que el Gobierno enfrenta no sólo una resistencia política y mediática, sino también posibles conspiraciones internas y externas.
La pregunta que ahora domina el debate político y las discusiones de café no es solo si Petro podrá concluir su mandato, sino si la democracia colombiana resistirá los embates de quienes parecen dispuestos a romper las reglas de juego de la democracia.