En medio del conflicto entre Rusia y Ucrania, circuló un video viral donde una mujer les entrega a los soldados invasores semillas de girasol para que “lleven en sus bolsillos el día que caigan en suelo ucraniano”.
Los girasoles, la flor nacional de Ucrania tienen un significado especial, más aun en tiempos de guerra.
Aunque la planta tiene su origen en Norteamérica, cuenta la leyenda que el zar Pedro I el Grande las encontró en un viaje a los Países Bajos. Luego, las llevó a Rusia y las plantó en la tierra negra de Ucrania.
En una nación donde todo estaba restringido, incluyendo el acceso a los víveres, los ucranianos vieron al girasol como un elemento versátil para su alimentación, usándolo en casi todas sus preparaciones. Al día de hoy continúan elaborando su snack con semillas de girasol y sal.
Los girasoles son considerados símbolo de paz, y orgullo en la guerra.
Además del valor histórico, existen referencias culturales que incluyen esta flor: desde pinturas, trajes típicos y elementos especiales en ceremonias.
Su color simboliza la fuerza y energía del Sol, además de la calidez que emite y cubre al pueblo. A diferencia de otros países, en las tierras ucranianas crecen a gran volumen, por lo que casi todos los caminos están decoradas con su imponente belleza.
Una última historia que conecta ucrania con los girasoles es de un pasado mucho más reciente: después del accidente nuclear de Chernóbil, a inicios de los noventa, las autoridades decidieron no poseer nunca más armas nucleares. Y además, plantaron girasoles en los alrededores, que ayudaron a eliminar grandes cantidades de plomo, arsénico, uranio y otras sustancias tóxicas.
