Las ventas minoristas en los Estados Unidos cayeron al mayor ritmo en 11 meses en noviembre de la mano de la fuerte inflación, según informó hoy el Departamento del Comercio con sede en Washington.
Las ventas minoristas -medidas por su valor- cayeron 0,6% mensual en noviembre frente al alza de 1,3% en octubre. Las cifras fueron peores de las esperadas: un grupo de economistas consultados por la agencia Bloomberg preveía una merma de sólo 0,2%.
En la comparación anual, las ventas mostraron una suba de 6,5% respecto de noviembre de 2021.
Mayoría de caídas
De las trece categorías del índice, solamente cuatro (los negocios y los servicios de alimentos y bebidas, comercios misceláneos, y salud y cuidado personal) presentaron un alza en sus ventas.
En tanto, los negocios de muebles para hogar (-2,6%), material para construcción y jardinería (-2,5%) y vehículos y autopartes (-2,3%) registraron los mayores descensos.
Del mismo modo, las ventas online también cayeron 0,9%, pese a que plataformas como Amazon realizaron fuertes descuentos en el marco del “Black Friday”.
Como los datos no se encuentran ajustados por inflación, parte de la caída en el caso de los autos se debe a la baja de los precios de los mismos que se registró ese mes.
El reporte sugiere que, frente a la fuerte inflación, hay una caída en el consumo de los bienes aunque, por el momento, los servicios –como los restaurantes y bares que registraron su cuarta alza mensual consecutiva- resisten las bajas que sufren el resto de las categorías.
Suba de precios, baja de la tasa de ahorro
El alza de los precios provocó que la tasa de ahorro de los estadounidenses bajara de forma considerable, mientras que la deuda de los hogares –materializada en los resúmenes de las tarjetas de crédito- registró en el tercer trimestre la mayor suba anual desde 2008 al totalizar US$ 351.000 millones, según indicó semanas atrás la Reserva Federal.
Pese al dato negativo en el consumo, los despidos en sectores como el financiero y el tecnológico, y la desaceleración en la economía, Estados Unidos sigue presentando un mercado laboral sólido.
Las solicitudes de subsidios por desempleo en Estados Unidos de la semana pasada fueron las más bajas en más de dos meses, según consignó hoy la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.
En la semana que finalizó el 10 de diciembre, cerca de 211.000 personas solicitaron nuevas prestaciones por desempleo tras haber sido despedidas, lo que significó 20.000 menos que en la semana precedente.
La cifra fue menor que los 232.000 que estimaban los economistas.
Por su parte, la información oficial indica que el promedio de pedidos en las últimas cuatro semanas -el cual permite atenuar la volatilidad propia de un índice semanal- cayó a 227.000 personas, mientras que la cantidad total de subsidios se mantuvo sin mayores cambios abarcando a 1,67 millones de personas en la semana que finalizó el 3 de diciembre.
Los Estados de Texas, Georgia y California presentaron los mayores descensos en los pedidos de subsidios la semana pasada.
Los bajos números de desocupación también resisten el endurecimiento de la política monetaria de la FED, que considera, desde su punto de vista, que el mercado laboral se encuentra recalentado -con una mayor oferta de puestos que demanda por los mismos- y que ello podría motorizar la inflación.
