En la ciudad portuaria de Mariupol, donde los ucranianos intentan defenderse del avance de las tropas de Vladimir Putin, una ambulancia ingresó este domingo a un hospital de la ciudad con una niña de 6 años, herida de muerte por un bombardeo ruso.
La niña está pálida. Su cabello castaño estaba recogido hacia atrás con una banda elástica. Sus pantalones de pijama, decorados con unicornios de dibujos animados, tenían manchas de sangre. La trajeron con su padre herido, con la cabeza ensangrentada y vendada.
Rusia- Ucrania
Un equipo médico le bombeó el pecho, luchando desesperadamente por revivirla. Su madre estaba parada afuera de la ambulancia, llorando.
“¡Sáquenla! ¡Sáquenla! ¡Podemos hacerlo! " gritó un trabajador del hospital, empujando una camilla hacia la ambulancia.
Los médicos entraron corriendo y el personal del hospital se acurrucó alrededor de la niña. Uno le dio una inyección. Otro intentó reanimarla con un desfibrilador. Una enfermera lloró. Un médico con uniforme médico azul, bombeándole oxígeno, miró directamente a la cámara de un videoperiodista de Associated Press al que se le había permitido entrar.
“Muéstrele esto a Putin”, dijo enojado. “Los ojos de esta niña, y médicos llorando”.
La niña, cuyo nombre no se supo de inmediato, no pudo ser salvada. El médico acercó suavemente sus dedos a la cara ya sin vida de la joven víctima, y le cerró los ojos para siempre.
El cuerpo de la niña quedó solo en la habitación, cubierto por su chaqueta de poliéster de colores brillantes, ahora salpicada de sangre.
Crímenes de guerra
Hasta este lunes, los soldados de Putin ya habían acabado con la vida de al menos 16 niños y herido a otros 45, según datos oficiales. “Cada crimen nos une más con nuestros aliados”, declaró el presidente del país.
Fuentes oficiales compartieron historias de algunas víctimas, como el caso de Polina y Sofía, asesinadas durante la invasión.
Sofía viajaba con sus padres, su hermano y sus abuelos en un automóvil. En las afueras de la ciudad de Kherson, cerca de las costas del Mar Negro, la familia fue detenida por un retén de soldados rusos. La madre de la niña comenzó a gritar que no disparen. “¡Hay niños en el auto!”, alcanzó a decir, poco antes de las tropas de Putin abrieran fuego. Todos fueron asesinados.
Algo similar ocurrió con Polina, una niña que cursaba el último año de la escuela primaria en la ciudad de Kiev. Mientras circulaba junto a sus padres y sus hermanos en un automóvil por la capital del país, fueron baleados por un grupo de sabotaje ruso. Tanto ella como un hermano, una hermana y sus padres murieron. Otro hermano y una hermana lograron llegar al hospital con heridas y pudieron salvar su vida, según informó Volodymyr Bondarenko, vicealcalde de la ciudad, en una publicación de Facebook.
Catástrofe
La ONG Amnistía Internacional (AI) catalogó el conflicto en Ucrania como una “catástrofe” para los Derechos Humanos, mientras que desde Human Rights Watch (HRW) hicieron un llamamiento a la Unión Europea para que mantenga abiertas sus fronteras a los ucranianos desplazados.
“La invasión de Ucrania por parte de Rusia es una violación manifiesta de la Carta de Naciones Unidas y un acto de agresión que es un crimen según el Derecho Internacional”, señalaron desde AI en un comunicado en el que exigen que los involucrados en el recrudecimiento del conflicto “rindan cuentas por esas violaciones”.
Asimismo, AI ha exigido a los estados miembros de la ONU que respeten y defiendan la Carta y recordó que, según el Derecho Internacional, los países deben resolver las disputas que se puedan originar por medios pacíficos y garantizando la defensa de la paz, la seguridad y la justicia.
