En medio de una creciente ola de violencia que azota a Ecuador, ocho personas fueron asesinadas y dos resultaron heridas la madrugada del domingo en un brutal ataque armado frente a una discoteca en la localidad rural de Santa Lucía, en la provincia del Guayas. Entre las víctimas mortales se encuentra Jorge Urquizo, hermano del alcalde del municipio y propietario de la discoteca.
El hecho ocurrió aproximadamente a la 1 locales en el cantón Santa Lucía. Un grupo de hombres armados llegó a la discoteca Nápoles en dos camionetas y abrió fuego contra un grupo de personas que se encontraban consumiendo alcohol en la vía pública, justo frente a la entrada del establecimiento.
La policía local, alertada por los disparos, acudió al lugar y encontró siete cadáveres y varias personas heridas. Una octava persona falleció mientras recibía atención médica en un hospital cercano, y otras dos permanecen heridas. Las víctimas fatales son siete hombres y una mujer, con edades comprendidas entre los 22 y los 40 años.
En la escena del crimen, las autoridades recuperaron cerca de 80 casquillos de balas de nueve milímetros y también de fusiles automáticos, lo que sugiere la alta potencia de fuego utilizada. Tras perpetrar la masacre, los atacantes regresaron a sus vehículos y huyeron con rumbo desconocido, según informó el coronel Javier Chango.
Las razones detrás de este violento suceso aún no fueron establecidas por la policía. Los investigadores están trabajando para determinar si el ataque estaba dirigido específicamente contra el dueño de la discoteca (el hermano del alcalde) o si se trata de una confrontación entre bandas criminales que operan en la zona. Se reveló que una de las personas asesinadas tenía antecedentes penales.
La alcaldía de Santa Lucía declaró un día de luto oficial. “Nos unimos en sentimiento y oración por este hecho violento que ha golpeado a nuestra comunidad”, expresó la oficina del alcalde Ubaldo Urquizo a través de sus redes sociales.
Contexto de violencia en Ecuador
Este ataque se enmarca en un contexto de escalada de violencia criminal en Ecuador, que llevó al presidente Daniel Noboa a renovar recientemente el estado de excepción por dos meses en cuatro provincias, incluida Guayas, para combatir a las bandas criminales.
El país cerró el primer semestre de 2025 con 4.619 homicidios, la cifra más alta de su historia para un período de medio año, lo que representa un incremento del 47% en comparación con los 3.143 asesinatos registrados en el mismo período de 2024.
Las autoridades atribuyen esta ola de criminalidad a las disputas entre organizaciones de delincuencia organizada vinculadas a carteles transnacionales de narcotráfico que expandieron sus operaciones, especialmente en la zona del Pacífico, utilizada para el tráfico de drogas hacia Centroamérica, Estados Unidos y Europa.