El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció ayer en Indonesia que se postulará para la reelección en 2026, buscando un cuarto mandato no consecutivo. “Tengo 80 años, pero la misma energía que cuando tenía 30”, aseguró el mandatario durante su gira por Asia, que incluye visitas a Malasia y un encuentro previsto con el presidente estadounidense Donald Trump.
La Constitución brasileña permite solo dos mandatos consecutivos, pero Lula, que regresó al poder en 2023 tras vencer a Jair Bolsonaro, sigue habilitado para competir nuevamente. En 2022 había afirmado que esa sería su última candidatura, aunque desde comienzos de su actual gestión comenzó a insinuar una posible continuidad.
Apoyo y desaprobación
Figura central de la izquierda latinoamericana, Lula es el presidente con más años de servicio desde el retorno de la democracia, hace cuatro décadas. Su decisión ocurre mientras lidera las encuestas, pese a que cerca de la mitad del electorado lo desaprueba.
El líder brasileño enfrenta cuestionamientos por su edad y por los problemas de salud que sufrió el año pasado, cuando fue sometido a una cirugía de emergencia, tras una caída. Aun así, insiste en que se mantiene activo y suele publicar videos de sus entrenamientos.
Con Bolsonaro inhabilitado y condenado a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado, el escenario político brasileño se perfila dominado por Lula, a la espera de que surja un contendiente capaz de disputarle el poder en 2026.




















