El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afronta una creciente polémica interna por la gestión del caso de los archivos de Jeffrey Epstein. Lo curioso es que confronta con su base más leal, el movimiento “Make America Great Again” (Maga).
La reciente decisión del Departamento de Justicia (DOJ) y del FBI de poner punto final a la investigación sobre el multimillonario delincuente sexual sin hacer públicos sus “secretos” provocó decepción, indignación y acusaciones de encubrimiento. Todo lo cual implica una fisura entre Trump y las bases que apoyaron su retorno a la Casa Blanca.
Frente al escándalo y las sospechas de sus propios simpatizantes, Trump intentó minimizar la relevancia del caso y respaldar la publicación de información “creíble”. En ese sentido, califico de “aburrido” el contenido de los archivos de Epstein y comentó: “No entiendo por qué el caso le interesaría a alguien”.
Mirar para otro lado
Hay que recordar que Epstein, un multimillonario neoyorquino condenado por delincuente sexual, manejaba una red de tráfico de menores.

Se supone que había una “lista de clientes” con nombres de personas influyentes implicadas.
Epstein se suicidó en 2019 mientras estaba bajo custodia federal, un episodio que alimentó una montaña de teorías conspirativas sobre su muerte y los posibles involucrados.
En sus declaraciones a la prensa, Trump insistió en que el caso es “sórdido, pero aburrido”, y señaló que solo “gente muy mala, incluyendo a quienes publican noticias falsas, desearía que el asunto continuara”.
En esa línea, durante los últimos días, Trump reiteró en varias ocasiones su apoyo a la fiscal general del país, Pam Bondi, quien estuvo a cargo de la investigación. “Lo ha manejado muy bien, y la decisión dependerá de ella. Lo que ella considere creíble debería publicarlo”, dijo.
Pero además de relativizar el interés de los archivos, Trump trató por desviar la atención pública. Llegó a acusar a los expresidentes Joe Biden y Barack Obama, y al exdirector del FBI, James Comey, de haber “inventado” el contenido de los archivos.
Una y otra vez, el actual mandatario insistió en que se ponga punto final a esta investigación, dado que la considera un intento de desestabilizar su gobierno.
Traición y conspiración
La decisión del Departamento de Justicia y del FBI de concluir que no existe una lista de clientes conocida como “lista Epstein” y que el multimillonario se suicidó en prisión generó una oleada de decepción e incredulidad entre las figuras influyentes de la ultraderecha y los seguidores de Trump.
Ahora el presidente se enfrenta a una crisis política dentro de su base republicana, que habitualmente le es leal, por la sospecha de que la administración está ocultando detalles de los crímenes de Epstein para proteger a la élite rica.
Una de las teorías más extendidas entre los partidarios de Maga es que Epstein fue asesinado en 2019 por “figuras poderosas para encubrir su papel en sus crímenes sexuales contra niños”.
La frustración se ha exacerbado porque la administración Trump había difundido previamente teorías de conspiración, en las que abundaban las afirmaciones sobre encubrimiento y pruebas ocultas.
En febrero, influencers conservadores fueron invitados a la Casa Blanca y se les entregaron carpetas con el título “Los Archivos Epstein: Fase 1”, las cuales contenían información que ya era de dominio público.
La fiscal Bondi misma había insinuado en febrero que la “lista de clientes” de Epstein estaba en su “escritorio ahora mismo para revisarla”, lo que aumentó las expectativas y el posterior enfado al no ser divulgada.
El exasesor de Trump, Elon Musk, llegó a acusar al presidente de aparecer en los documentos del caso, aunque luego se retractó. Este tipo de especulaciones llevó a los seguidores de Trump a cuestionar a su líder.
Fricciones profundas
La ira de la base Maga se enfocó especialmente en Pam Bondi, a quien acusan de “mentir” y de ser parte de un posible encubrimiento. Robby Starbuck, un referente de Maga, calificó el informe de la Fiscalía como un “insulto a la inteligencia”.
La frustración por el fracaso de los funcionarios para desbloquear, como habían prometido, los secretos del llamado “Estado profundo” provocó que los seguidores de Trump se indignaran e exigieran cambios en la cúpula.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se distanció de la posición de Trump y pidió al Departamento de Justicia que hiciera público el documento.
La situación motivó un conflicto entre la secretaria de Justicia Pam Bondi y el subdirector del FBI Dan Bongino. La controversia creció después de que el DOJ y el FBI emitieron un comunicado conjunto el lunes pasado, confirmando que Epstein no poseía una “lista de clientes” y que no se divulgarían más registros.
Incluso la publicación de un video destinado a probar el suicidio de Epstein en la cárcel despertó dudas entre los teóricos de la conspiración, debido a un minuto faltante en la grabación.
Circulan rumores sobre la posible renuncia de Bongino, una figura activa en redes sociales, lo que refleja la profundidad de la fricción. Pese a los intentos del subsecretario de Justicia, Todd Blanche, de negar las divisiones, la persistencia del descontento Maga expone la fragilidad de la unidad en torno a Trump.
Consecuencias de un caso “aburrido”
La forma en que se manejó el caso Epstein se ha convertido en un punto de fractura para un porcentaje significativo de la base de Trump, que se siente traicionada y cuestiona si la propia administración ahora forma parte de las élites que supuestamente intentaban denunciar y combatir.
Mike Cernovich, otra figura influyente, advirtió a Trump que “nadie se cree el encubrimiento a Epstein”, y que “esto formará parte de su legado” si no se toman otras decisiones.
A pesar de la insistencia de Trump en que el caso es “aburrido” y de su defensa de la discreción de Pam Bondi, la cascada de decepción e incredulidad entre sus seguidores revela un desafío político significativo.
El presidente expresó su frustración en redes sociales ante los ataques a Bondi: “¿Qué está pasando con mis ‘chicos’ y, en algunos casos, ‘chicas’? ¡Todos están atacando a la secretaria de Justicia Pam Bondi, quien está haciendo un TRABAJO FANTÁSTICO! Estamos en un solo equipo, Maga, y no me gusta lo que está sucediendo”.
La controversia del caso Epstein, lejos de ser un asunto “sórdido pero aburrido”, se transformó en escándalo para la administración Trump.