Kathy Hochul, quien ha sido ‘número dos’ de Andrew Cuomo y en menos de dos semanas asumirá el cargo de gobernadora del estado de Nueva York, ha asegurado este miércoles que no estaba al corriente de las acusaciones de acoso y agresión sexual que pesaban sobre su antecesor, quien el martes presentó finalmente su dimisión
“No estaba al tanto de ninguna de las acusaciones que aparecen en el informe”, ha asegurado la todavía vicegobernadora en sus primeras declaraciones, después de que Cuomo dejara el cargo tras aumentar en la última semana la presión sobre él con la publicación de la investigación de la Fiscalía estatal en la que se confirman las versiones de las once mujeres que afirmaron ser víctimas de él.
“El informe se sostiene por sí solo”, ha dicho Hochul, quien ha prometido que no mantendrá en su gobierno “a nadie que sea mencionado por hacer algo poco ético” durante aquellos episodios. “Al final de mi mandato, cuando termine, nadie describirá mi administración como un entorno de trabajo tóxico”.
En rueda de prensa, Hochul ha querido poner tierra de por medio y marcar distancia con Cuomo, con quien, ha asegurado, nunca tuvo una relación “cercana” a pesar de ser vicegobernadora desde hace más de seis años. El único reconocimiento que ha estado dispuesta a concederle han sido sus políticas contra las drogas y el aumento del salario mínimo.
“Quiero que la gente sepa que estoy preparada para esto”, ha subrayado Hochul, quien se convertirá en la primera gobernadora de la historia del estado de Nueva York. “Haré lo que siempre he hecho. Viajaré por el estado para conocer a los neoyorquinos, escucharles, asegurarles que estoy ahí”.
“La gente pronto aprenderá que mi estilo es escuchar primero y luego tomar medidas decisivas”, ha dicho Hochul, quien ya ha avanzado que centrará sus principales esfuerzos como nueva gobernadora en salir de la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia.
Cuomo anunció su renuncia este martes días después de que la fiscal general del estado, Letitia James, publicara un extenso informe en el que se detallaba cada una de las acusaciones por abuso y agresión sexual presentadas por hasta once mujeres. La investigación fue más allá de estos hechos y también se señaló a su oficina de buscar como desprestigiar y restar credibilidad a las víctimas.
