Un resfrio es muy habitual y mas con los cambios de clima repentinos. Un joven australiano se sonó la nariz en el baño de su casa en Sydney y terminó paralizado de por vida.
La increíble escena ocurrió cuando este hombre que tenía sus fosas nasales tapadas decidió sonárselas con un pañuelo de papel.
Hasta ese momento todo era normal pero quien contó lo sucedido fue su pareja, Kirsty Bronner, de 34 años, que se sorprendió “por un gran ruido que provenía del baño”, en diálogo con el medio The Daily Mail.
“Fui corriendo a ver qué había pasado y encontré a mi novio tirado en el piso inconsciente. Se había sonado la nariz y se había desmayado, golpeándose la nuca contra el borde de la bañadera”, agregó.
Confesó que “estaba muerta de miedo” ya que los médicos del servicio de emergencias le dijeron que “no podrían conocer el alcance de los daños hasta que fuera examinado y operado”.
Luego, ya en el hospital, llegó el diagnóstico: su caída había provocado una luxación en el cuello, generando una lesión de la médula espinal.
El hombre tuvo que ser intervenido quirúrgicamente durante más de seis horas. Y tendrá una recuperación de más de seis meses, donde comenzó un trabajo de rehabilitación.
Es que el joven quedó paralizado de por vida a la altura del tronco, ya que los nervios afectaron los músculos, la parte superior del pecho, la mitad de su espalda y los músculos abdominales. Su pareja ya fue avisada: lamentablemente, la recuperación total es altamente improbable.
Y, por más que el hombre haya realizado una acción tan sencilla y cotidiana como sonarse la nariz, las consecuencias parecen salidas de un film de terror clase B.
