Guatemala solicitó a Estados Unidos pausar la deportación de niños migrantes no acompañados. El pedido se realizó luego de que la administración de Donald Trump intentara enviar de regreso a cientos de menores durante el último fin de semana de agosto.
La viceministra de Relaciones Exteriores, Mónica Bolaños, explicó que el 28 de agosto la embajada del país norteamericano en Guatemala notificó a la cancillería sobre el posible envío de los 400 menores. La medida fue suspendida gracias a la orden de una jueza estadounidense que frenó las deportaciones.
“Por eso es que pedimos que el retorno sea pausado”, señaló Bolaños al ser consultada por diputados de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) sobre la capacidad del país para atender a un grupo tan grande de niños retornados.
De acuerdo con Lucrecia Prera, jefa de la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia, hasta el viernes se habían localizado a 148 familias de los menores. Sin embargo, reconoció que varias se resisten a colaborar por desconfianza en las instituciones o por consejo de abogados defensores. Algunas familias incluso manifestaron que prefieren que los niños permanezcan en Estados Unidos.
Centros de atención en Guatemala
Los funcionarios aseguraron que el país cuenta con albergues, centros de atención a retornados y organizaciones como Casa del Migrante para recibir a los menores. Aunque reconocieron que un retorno masivo podría poner a prueba la capacidad del sistema.
Según informó el director del Instituto Guatemalteco de Migración, Danilo Rivera, en lo que va del año, Guatemala recibió 127 menores deportados.
Las autoridades detallaron que la mayoría de los niños y adolescentes tienen entre 14 y 17 años, provienen del occidente del país -las regiones más pobres y con mayor población indígena- y en un 60% son varones.