Gabriel Boric Font (35) consumó su sueño presidencial en el primer intento.
Este domingo logró revertir el resultado de la primera vuelta cuando quedó a menos de 150 mil votos de José Antonio Kast (55).
El abanderado de Apruebo Dignidad consiguió más de 4,6 millones de sufragios, superando el récord que ostentaba Eduardo Frei desde 1993 y convirtiéndose en el mandatario más jóven en la historia de su país.
El actual diputado nacional llega a La Moneda tras una carrera política meteórica e intensa.
Apareció en la escena nacional trasandina como uno de los arietes de la multitud estudiantil que ganó las calles en 2011 para exigir terminar con las desigualdades profundas del sistema educativo; entonces, cursaba Derecho en la Universidad de Chile y presidía la Federación de Estudiantes Universitarios.
En 2013 entró al Parlamento nacional y renovó su banca en 2017. Participó luego en la creación del Frente Amplio, espacio que cobijó a expresiones de izquierda.
El 18 de julio último se convirtió en el candidato presidencial de la coalición Apruebo Dignidad que hoy lo catapultó a la presidencia.
El mandatario electo asumirá el cargo el 11 de marzo de 2022. Desde ese día conducirá los destinos del país hasta 2026.
El desafío que le espera es concretar las promesa de transitar en paz este tiempo de profundas desigualdades sociales e instaurar una nueva matriz productiva orientada a la creación de empleo, la recuperación del salario y la protección legal de las y los trabajadores.
Pretende que el trabajo permita desarrollar una vida plena. Para alcanzar ese objetivo propone impulsar la jornada laboral de 40 horas semanales y un salario mínimo que permita a las y los trabajadores y sus familias salir de la pobreza.
Respecto a la educación, su certeza es que “las nuevas generaciones no pueden seguir atrapadas en un sistema de enseñanza desigual en extremo, caracterizado por las pruebas estandarizadas, mecánicas y poco estimulantes”.
No más AFP
En materia previsional, propuso la creación de un sistema sin AFP, el aumento de las pensiones de los actuales y futuros jubilados y la materialización del derecho a la seguridad social.
Además, su plan de gobierno prevé la creación del Ministerio de Seguridad, Protección Civil y Convivencia Ciudadana y la descentralización de funciones y misiones que apoyen a los gobiernos regionales y municipales para tratar la problemática.
Con relación a la salud, prometió hacerse cargo de la crisis sanitaria actual y avanzar con gradualidad hacia un sistema universal que instaure a la salud como un derecho fundamental y que incluya a los millones de chilenos expulsados del modelo imperante.
Quizá uno de los elementos más significativos y trascendentes de su agenda gubernamental es el reconocimiento de la plurinacionalidad en todo el territorio chileno, lo que incluye una perspectiva intercultural comprometida con la autodeterminación, la integridad, la cultura y la lengua de todos los pueblos con derecho, en un marco de respeto mutuo.
Por esa razón, se da por hecho que respaldará a la nueva Constitución en discusión, en reemplazo de la instaurada por el dictador Augusto Pinochet en 1980.
