El célebre Templo Shaolin, cuna del kung fu y epicentro del budismo Zen, se encuentra en el centro de un escándalo sin precedentes que ha conmocionado a China. Shi Yongxin, su controvertido abad de 59 años, conocido popularmente como el “monje CEO” por su perfil empresarial, ha sido destituido de su estatus religioso y está siendo investigado por graves delitos financieros y por mantener relaciones impropias que contravienen los preceptos budistas.
Este caso, que ha provocado una indignación masiva en redes sociales, amenaza con manchar la milenaria reputación de una de las instituciones más icónicas de China.
Las explosivas acusaciones: dinero, lujos y votos quebrantados
Las acusaciones contra Shi Yongxin son múltiples y severas, y provienen directamente de la Asociación Budista de China, una entidad subordinada al aparato oficial del Partido Comunista de China (PCCh), y confirmadas por la Oficina de Gestión del Templo Shaolin.
Los puntos clave de la investigación incluyen:
- Malversación y desvío de fondos: Shi Yongxin es sospechoso de haber malversado fondos vinculados a proyectos del templo y de usurpar bienes del monasterio. Se le acusa de utilizar fondos del templo para gastos personales, incluyendo la supuesta compra de autos de lujo y bienes raíces. A pesar de que el templo genera ingresos anuales que superan los 100 millones de yuanes, el flujo de fondos ha sido históricamente opaco, con denuncias de que los ingresos del extranjero no se auditaban y que las cuentas corporativas se mezclaban con los activos del templo.
- Conducta inapropiada y relaciones ilícitas: Las autoridades han confirmado oficialmente que Shi Yongxin mantuvo relaciones impropias con varias mujeres, con quienes habría tenido al menos un hijo ilegítimo. Esta es la primera vez que se confirma oficialmente un escándalo en su vida personal, lo que revierte los resultados de una investigación de 2017 que no encontró relaciones indebidas. Incluso se evalúa la posible acusación de bigamia.
Estas acciones son consideradas de “naturaleza extremadamente perjudicial” y “dañan gravemente la reputación de la comunidad budista y la imagen de los monjes”.
El “Monje CEO”: una visión comercial del budismo
Shi Yongxin, cuyo nombre secular es Liu Yincheng, asumió el cargo de abad en 1999 y ha estado al frente del templo Shaolin por tres décadas. Durante su gestión, lideró una expansión sin precedentes del “modelo Shaolin”, transformando el templo en una marca comercial global.
- Expansión global y negocios: Exportó las enseñanzas del kung fu a todo el mundo, fundó numerosas empresas en el extranjero y creó una compañía de espectáculos de kung fu itinerante. Incluso se le criticó por su enfoque considerado “demasiado comercial”, con planes para complejos de templos valorados en casi 300 millones de dólares, incluyendo hoteles y campos de golf.
- Poder e influencia política: Además de su rol religioso, Shi Yongxin ocupó cargos políticos, siendo miembro de la Asamblea Nacional Popular y vicepresidente de la Asociación Budista de China desde 2002. Esta imagen de “monje globalizado” comenzó a resquebrajarse hace años, con exdiscípulos acusándolo públicamente de una vida de lujos que contrastaba con el ascetismo budista.
Reacción social y respuesta oficial: un caso que enciende las redes
El escándalo ha generado un enorme revuelo en las redes sociales chinas. En Weibo, una palabra clave vinculada al caso superó los 560 millones de visualizaciones en menos de 48 horas, convirtiéndose en el tema más leído. La indignación pública es palpable, dada la figura mediática de Yongxin y la gravedad de las acusaciones.
Es importante destacar que esta no es la primera vez que Shi Yongxin enfrenta acusaciones similares.
Ya en 2015, fue objeto de denuncias por parte de antiguos monjes y trabajadores del templo, incluyendo la aceptación de regalos lujosos. Sin embargo, en aquel entonces, las autoridades cerraron el caso sin presentar cargos, y el templo calificó las acusaciones de “calumnias maliciosas”. Sin embargo, la situación actual es diferente: las autoridades religiosas y políticas chinas parecen alineadas en su decisión de sancionarlo, y la Asociación Budista de China ha expresado su “firme apoyo” a las iniciativas para sancionarlo “de acuerdo con la ley”.
Consecuencias legales y el futuro del budismo chino
La investigación está siendo llevada a cabo conjuntamente por múltiples departamentos chinos, incluyendo Seguridad Pública y Auditoría. Si es declarado culpable, Shi Yongxin podría enfrentar:
- Delitos Financieros: Acusaciones de malversación o apropiación indebida de fondos podrían acarrear penas de prisión de varios años, incluso más de 5 años si el monto es “enorme”.
- Bigamia: Si se confirma que vivía con su(s) amante(s) como si fuera su cónyuge o estaba registrado como casado, podría violar la Ley Penal, con penas de prisión de menos de 2 años.
Aunque el templo continúa abierto al público y la actividad turística no se ha visto afectada hasta el momento, este caso es un hito. La Asociación Budista ha cancelado su certificado de ordenación monástica, que significa su inducción oficial al clero budista.