“Nos quedamos solos para defender el Estado. ¿Quién está listo para pelear con nosotros? Honestamente, no los veo. ¿Quién está dispuesto a dar a Ucrania una garantía de unirse a la Otan? Honestamente, ¡todos tienen miedo!”, eso dijo anoche el presidente ucraniano Vladimir Zelenski, en un mensaje grabado en la sede de gobierno, tras la primera jornada de ataques rusos a su país, cuando las fuerzas militares enviadas por Vladimir Putin ya estaban en las puertas de Kiev.
Canal especial por el conflicto entre Rusia y Ucrania
Había pasado más de 20 horas desde que Putin anunció por televisión el inicio de una operación militar de magnitud. Inmediatamente, las fuerzas a su mando apostadas desde hace meses en la frontera, atacaron objetivos estratégicos ucranianos en varias ciudades del país.
Los primeros proyectiles autopropulsados cayeron en la región del Dombás, foco central de las tensiones. Poco después, las explosiones sacudieron Jarkov, Mariúpol (importante ciudad portuaria del sudeste ucraniano, en la subnación de Donetsk), Odessa (a orillas del Mar Negro) y Kramatorsk, moderna urbe de cuño ferroviario e importante centro de la industria mecánica de Ucrania en la actualidad, de unos 170 mil habitantes.
La agresión también llegó hasta los suburbios de Kiev, capital del Estado soberano y la metrópolis que con casi tres millones de vecinos es la más poblada de la república que conduce Zelenski.
Según el presidente ucraniano, el saldo de la primera jornada de ataques rusos fue la muerte de 137 ucranianos y 316 ciudadanos heridos. Las cifras de bajas rusas no fueron difundidas por fuentes militares de ese país.
El jueves Zelensky ordenó una movilización militar completa para enfrentar la invasión rusa. Mediante un decreto, el mandatario indicó que la movilización duraría 90 días y le encargó al Estado Mayor del Ejército que determine el número de personas aptas para el servicio y el número de reservistas, así como el orden de convocatoria.
“Les digo a todos los socios de nuestro estado: ahora es un momento importante, se está decidiendo el destino de nuestro país. Les pregunto: ¿estás con nosotros? Responden que están con nosotros, pero no están listos para llevarnos con ellos a la Alianza. Hoy pregunté a 27 líderes europeos si Ucrania se uniría a la OTAN, pregunté directamente. Todo el mundo tiene miedo. No contestan”, dijo Zelenky.
Incursión exitosa
Entrada la noche, el vocero del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, comunicó que el Kremlin daba por concluidas las acciones militares de la primera jornada hostil luego que las fuerzas armadas alcanzaran “con éxito” todas las metas marcadas.
El funcionario detalló que el Ejército ruso derribó cuatro cazas de combate, un helicóptero y cuatro aviones no tripulados ucranianos. También aseguró que 83 infraestructuras terrestres del oponente habían sido destruidas o inhabilitadas.
Además, valoró que pelotones de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk (reconocidas por Moscú a principios de semana) lograron romper (con apoyo ruso) el perímetro trazado por las tropas ucranianas y avanzar “entre seis y ocho kilómetros”.
Ataque Rusia a Ucrania
A la hora del arqueo del asalto inicial, la cartera de Defensa rusa destacó de manera especial la toma del control de la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania. La conquista era indispensable para desbloquear el canal de Crimea Norte, que une la península homónima (anexada por Moscú en marzo de 2014) con el río Dniéper, restableciendo de ese modo el suministro de agua en la región.
También, la captura de la central nuclear de Chernóbil, “después de una batalla feroz”.
Desde el bando de enfrente, el Ejército ucraniano aseguró que había “acabado” con unos 50 “invasores” rusos y derribado al menos seis aviones de combate del enemigo. Hasta el cierre de esta edición, ninguna fuente independiente había corroborado los datos oficiales.
Del otro lado del mundo, en Washington, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció en horas de la tarde una nueva batería de sanciones económicas contra Rusia que contemplan el congelamiento de activos de bancos y capitales de inversionistas. Sus aliados occidentales reforzaron las represalias al unísono.
Aterrorizados
La población ucraniana siguió los acontecimientos con angustia y expectación descomunales desde las primeras detonaciones que velaron la noche que pareció interminable.
El jueves, las sirenas casi no pararon de sonar desde el espanto de madrugada hasta bien entrada la noche.
La desesperación por huir hacia cualquier lugar que se antojara más seguro provocaron embotellamientos vehiculares en las rutas de escape de la capital del país y la congestión en las calles y avenidas principales de Kiev aludían al temor de una ciudadanía que hoy ve opacadas como nunca antes las esperanzas en un horizonte también difuso.
Todo se dio en medio de un torbellino de comunicados oficiales e informaciones de origen dudoso entre los que se mezcló el anuncio de Zelenski de ley marcial y el ofrecimiento de armas a todos los compatriotas que estuvieran dispuestos a resguardar la integridad territorial del país de semejante atropello.
“Defendamos Ucrania desde las plazas de nuestras ciudades”, clamó el mandatario en un mensaje difundido por las redes sociales.
Luego, ante el desconcierto general y la estampida humana a causa de la agresión pidió que se quedaran dentro de sus casas o se dirigieran al refugio más cercano para ponerse a salvo de la lluvia de proyectiles.
Descreimiento y pavor
Casi nadie en Ucrania (de 44,13 millones de habitantes, similar a la población argentina) cree en la promesa de las máximas autoridades rusas de que los civiles no se verán afectados por la ofensiva armada. Menos, aún, cuando en los días previos a la consumación del ataque masivo, el gobierno de Kiev había denunciado que la arremetida perpetrada por los separatistas del Dombás no solo había alcanzado objetivos militares en esa comarca incandescente.
Por estas horas, la inmensa mayoría de ucranianos y observadores de la escalada bélica temen nuevas incursiones intensas.
Eso explica que unas 100 mil personas huyeran despavoridas de sus hogares este jueves debido al asedio ruso y que varios miles, por el mismo motivo, cruzaran las fronteras de países vecinos, según la vocera de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Shabia Mantoo.
La funcionaria aclaró que las circunstancias propias de un estado de guerra “hacen sumamente difícil” hacer un seguimiento de los desplazamientos de personas “que en este momento se producen de manera espontánea e impredecible”.
Cabe recordar que la crisis de Crimea en 2014 que sobrevino tras el final caótico y anticipado del gobierno del entonces presidente de Ucrania, Viktor Yanukóvich, provocó el desplazamiento interno de 1,5 millones de personas en el país.
En ese contexto de ansiedad y confusión, la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, advirtió que un recrudecimiento del conflicto podría generar hasta cinco millones de desplazados, mientras que el alto Comisionado de Acnur, Filippo Grandi, pidió que las fronteras sigan abiertas para las personas que buscan “seguridad”.
Plegarias al cielo
En línea con el pulso del espanto, varios países de la Unión Europea iniciaron preparativos específicos para hacer frente a la eventual llegada de un gran número de refugiados, avisó la comisaria de Interior del bloque, Ylva Johansson.
Entrada la noche, horas después de que el vocero de Defensa de Rusia diera por concluidas las operaciones militares del jueves, un tenso sosiego se instaló en Kiev y en los principales poblados del país.
