El Vaticano difundió este sábado la primera imagen oficial del papa León XIV junto con su escudo pontificio. No fue una aparición estruendosa: la comunicación comenzó desde el silencio, con una foto tomada en la Capilla Paulina, minutos después de su elección. Allí mismo, el nuevo pontífice elevó su primera oración como sucesor de Pedro.
La imagen muestra a Prevost de pie, sin mitra ni trono, con la luz natural iluminando suavemente su figura. Viste sotana blanca, muceta fucsia, y porta una estola antigua con bordados dorados. Todo el conjunto habla de sobriedad, tradición y una espiritualidad contenida.
El escudo papal: símbolos de pureza, fe y conversión
Junto a la fotografía se difundió el escudo de armas que León XIV decidió conservar con mínimas modificaciones desde su época episcopal. Está dividido en dos campos: arriba, un lirio blanco sobre fondo azul, símbolo de pureza y obediencia; abajo, un corazón rojo atravesado por una flecha sobre un libro cerrado, evocando la frase de San Agustín: “Has traspasado mi corazón con tu Palabra”.
Este último símbolo es clave en la espiritualidad del nuevo Papa, profundamente marcada por su formación agustiniana. El lema inscrito en la parte inferior del escudo, “In Illo uno unum” (“en el único, uno”), refuerza su visión de unidad eclesial basada en Cristo.
Una cruz con reliquias que conecta historia y fe
Otro detalle revelado por el Vaticano es la cruz pectoral elegida por el Papa para el día de su elección: no pertenece al tesoro pontificio, sino que fue un regalo personal recibido de la Orden de San Agustín en 2023, cuando fue creado cardenal.
Diseñada por el artesano Antonino Cottone, esta joya contiene cinco reliquias cuidadosamente seleccionadas: San Agustín, Santa Mónica (su madre), Santo Tomás de Villanueva, el beato Anselmo Polanco y el venerable Bartolomeo Menochio. Cada figura representa un pilar espiritual del pensamiento agustiniano y del testimonio cristiano.
Un comienzo sobrio, pero con signos elocuentes
Desde el inicio de su pontificado, León XIV ha optado por hablar más con símbolos que con gestos. Su elección de emblemas (la imagen en oración, el escudo con referencias agustinianas y la cruz con reliquias) revela una línea clara: sin rupturas ni espectacularidad, pero con profundidad teológica y fidelidad a su identidad espiritual.
Así, el nuevo Papa no sólo retoma elementos de la tradición, sino que también propone un estilo pastoral que privilegia la comunión, la interioridad y la memoria viva de los santos.