El invierno europeo que se avecina “será muy, muy difícil”, asegura el director de la Agencia Internacional de Energía (AIE). En esa línea, la Unión Europea (UE) se ha mostrado más preocupada aún y ha instado a sus ciudadanos a que ahorren energía para reducir los posibles problemas energéticos que se verán dentro de unos meses.
Para el comisario de energía de la UE, Kadri Simson, es vital que la ciudadanía comience a ahorrar de forma decidida este verano para evitar que la industria tenga que reducir el uso de energía cuando las temperaturas estivales empiecen a bajar.
Este escenario se da principalmente por el posible cierre de la llave rusa del gas. Este cierre haría casi imposible que el bloque comunitario llene las instalaciones de almacenamiento de gas hasta el 80% de su capacidad. Ese porcentaje es el requerido para principios de noviembre, según ha explicado Simson en una entrevista televisiva y agregó que ve “difícil” ese objetivo.
Una de las medidas más eficientes para el ahorro de energía es el uso moderado del aire acondicionado. Tarea complicada si se tienen en cuenta las olas de calor que se están viviendo en Europa, sobre todo en el sur del continente, con España como una de las más afectadas por las altas temperaturas.
“Si hay una interrupción total, debemos priorizar el ahorro ahora”, manifestó Simson. “El ahorro preventivo, no sólo en la industria, sino también los hogares”, puede hacer cambiar las situaciones que se vivirán en el invierno. Para Simson, con este ahorro de la población se busca evitar “una situación en la que será necesario reducir la producción de algunos sectores industriales”.
Hace varios días que Europa ve la reducción de entrada del suministro de gas debido a las tareas de mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1. La semana pasada se finalizan esas tareas de mantenimiento y el miedo es que esa reducción momentánea de la entrada de gas se mantenga, es decir, que no se vuelva a abrir el grifo del Nord Stream 1.
Una maniobra del Kremlin para presionar a Occidente y así obligar al bloque a retirarse discursiva y armamentísticamente de Ucrania. Frente a ese escenario, la UE se vería en la obligación de recurrir a fuentes alternativas y muy posiblemente estaría puesta en jaque por la escasez de energía que paralizará la economía a finales de este 2022.
Por su parte, el director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, señaló: “Estamos en medio de la primera crisis energética global del mundo y creo que es posible que aún no hayamos visto lo peor”.
Como consuelo, este funcionario cree que, si las crisis del petróleo de la década del ′60 impulsaron importantes avances en la eficiencia del combustible y un auge en el uso y producción de energía nuclear, el mundo puede ver una aceleración en políticas que favorezcan la transición hacia energías más limpias.
Este invierno, que poco a poco se aproxima, será muy duro en Europa y tendrá implicancias en la economía internacional.
Mayor intervención y más regulaciones
Al miedo sobre el racionamiento y la escasez energética se le suman las alzas en los precios. Este contexto obligó a algunos países a tomar medidas e intervenir en el mercado.
Francia nacionalizará la EDF, principal empresa distribuidora y generadora de electricidad del país. Así, el Gobierno tendrá mayor control sobre los precios de la energía. Según la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, la nacionalización garantizará la soberanía energética y relanzará la industria nuclear del país galo.
Desde distintas ópticas, de distintas maneras, buena parte de los países de la UE empezó a intervenir con mayor fuerza en sus mercados energéticos.
Por su parte, Alemania aprobó un plan de rescate económico para las empresas energéticas, dando señales de que el Estado se preocupa por la regulación de este sector y posiblemente ingrese como accionista.
“Políticamente, una cosa está clara: no permitiremos que una empresa de importancia sistémica quiebre y, en consecuencia, cause turbulencias en el mercado energético mundial. Con la nueva legislación, tenemos varias opciones para actuar y actuaremos”, declaró el ministro de Economía alemán, Robert Habeck.
En España, desde junio pasado, está vigente un tope sobre los precios del gas natural para las centrales termoeléctricas. Esta medida aprobada para España y para Portugal por la Comisión Europea da pie también a que ambos países puedan destinar subsidios de hasta 8.400 millones de euros para la financiación de centrales térmicas de gas, con el fin de reducir los precios finales de la electricidad que llegan al consumidor.
