Una banda de criminales fuertemente armados irrumpió en la tarde del martes en las instalaciones de TC Televisión de Guayaquil, la tercera red de televisión comercial más antigua de Ecuador, actualmente propiedad de la sociedad estatal de Medios Públicos, que ostenta el 88,2% de las acciones y el resto del paquete accionario es controlado por Telecentro.
Los delincuentes, casi todos encapuchados, redujeron a trabajadores de la emisora y dispararon armas de fuego dentro del estudio desde dónde se transmitía un programa en vivo.
El impactante episodio delictivo conmocionó a los televidentes y rápidamente tomó estado público. La policía reconoció el incidente, que comenzó alrededor de las 14.18 hora local, 16.18 hora de Argentina.
Poco después, se apagaron las luces del set e inmediatamente luego se cortó la emisión del canal.
Minutos después se viralizó en redes sociales el “pedido” de los trabajadores del canal TC Televisión.
Amontonados y apuntados con armas pidieron que la Policía se retire.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad lograron ingresar al canal tomado por el golpe comando y hay varios detenidos.
En X (antes Twitter), la Policía de Ecuador publicó: “Como resultado de la intervención en @tctelevision #GYE, nuestras unidades policiales hasta el momento logran la aprehensión de varios sujetos e indicios vinculados al ilícito”.
Finalmente, se informó que la Policía logró liberar a los trabajadores del canal en Guayaquil y son 13 los detenidos.
Móviles de la cadena de televisión abierta Ecuavisa mostraron en la tarde del martes el cierre de calles y avenidas clausuradas en Guayaquil, ciudad ubicada en el centro sur de la región litoral de Ecuador. Entre las vías cerradas al tránsito de vehículos se destacan la Avenida de las Américas y la vía Perimetral de la traza urbana.
También informó que el Ministerio de Educación dispuso que los establecimientos educativos en Riobamba, Durán y Quevedo suspendieran las clases presenciales hasta el viernes próximo.
La medida también aplica para las instituciones que se encuentren dentro de un radio de dos kilómetros de centros penitenciarios, tanto de adultos como de menores infractores.
El presidente declaró el Conflicto Armado Interno
En respuesta a la conmoción provocada por los incidentes criminales registrados este martes en distintos puntos del país, el presidente, Daniel Novoa, decretó el estado de conflicto armado en todo el territorio ecuatoriano.
También ordenó la inmediata movilización e intervención de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, a quienes encomendó la ejecución de operaciones tendientes a neutralizar a las organizaciones delictivas y recuperar el orden público.
Escalada de violencia
A todo esto, continúa la tensión extrema en las cárceles de todo el país donde amotinados tienen cautivos desde ayer a unos 120 agentes del servicio penitenciario.
Por caso, en la tarde del martes se observaban presidiarios montando guardia sobre los techos de la cárcel de Cotopaxi.
En ese penal permanecen como rehenes 45 penitenciarios y un funcionario del Servicio Nacional de Asistencia Integral a Personas Adultas (SNAI), mientras alrededor de 245 policías y militares custodian el perímetro del establecimiento, se informó de manera oficial.
En tanto, en la cárcel de Turi, en Azuay, los internos todavía controlan la prisión, dónde tienen secuestrados a medio centenar de agentes y a 12 personas de la cocina. Amenazan al gobierno del presidente Daniel Noboa con matarlos si no detienen los traslados de los reos a otros centros.
Otra fuga
Horas antes de la irrupción del grupo criminal, la Secretaría de Atención de Personas Privadas de la Libertad confirmó la fuga de otro sicario de una cárcel de Riobamba, en el centro andino del país.
Se trata de Fabricio Colón Pico, líder regional de la banda criminal Los Lobos y señalado por la fiscal general Diana Salazar de preparar un presunto atentado contra su vida.
Colón Pico había sido detenido el viernes último en el marco de una investigación por presunto secuestro, según indicó la policía.
El lunes, el presidente Daniel Noboa decretó un estado de excepción en todo el país, incluidas las cárceles, con un toque de queda en la noche, casi un día después de que su gobierno confirmara la desaparición del capo del crimen organizado Adolfo Macías, alias Fito, de una cárcel de la ciudad de Guayaquil.
