“Brasil volvió'’ afirmó Lula en su discurso después del triunfo ante Jair Bolsonaro.
También dio muchos conceptos sobre lo que piensa de la relación de su país con el mundo.
“No queremos acuerdos que nos haga solamente exportadores de commodities” declaró como una respuesta ante la idea de la oposición de un acuerdo con China que también e impulsado por el actual gobierno de Uruguay.
El nuevo presidente electo también mencionó que quiere volver a ser un jugador importante en la gobernanza global, citando al G20, el Brics y otros organismos. Pero este Lula no es aquel que entró en su primer gobierno con una altísima imagen positiva global y claro liderazgo regional.
El mundo y Brasil tampoco son los mismos. Cuando Lula asumió como presidente por primera vez, allá en el lejano 2003, uno de cada cuatro dólares que exportaba el gigante sudamericano iba a Estado Unidos, y la relación con George W. Bush ayudó. Seis de cada 100 dólares de exportación se vendían tanto a Argentina como a China.
El presidente electo habló de recuperar la relación con la Unión Europea y Estados Unidos.
El bloque europeo ya no es el comprador que era para Brasil, y su porción de importaciones es la mitad de lo que supo ser en otros tiempos
Esa caída tuvo como complemento las adquisiciones asiáticas: China era un actor secundario en 2003 y hoy le compra 31 de cada 100 dólares que Brasil vende. Estados Unidos es responsable de 11 y Argentina de sólo cuatro de cada 100.
Lula deberá pasar más tiempo negociando con China, que con Argentina y la Unión Europea.
En el caso de nuestro país, llegó a comprarle el 9% de las ventas externas de Brasil a mediados del primer gobierno de Lula y hoy participa de menos de la mitad de aquella cifra récord.
Lo que no cambió desde su primer paso por Brasilia a los tiempos actuales es lo que exporta Brasil: petróleo, soja, azúcar y carne son los cuatro principales productos que envía al exterior. Exporta menos que Polonia, Australia y México.
Tiene un gran superávit comercial, por ser uno de los países más cerrados del mundo.
¿Para Argentina y para Córdoba?
Para nuestro país y nuestra provincia, lo que pasa con Brasil es muy importante. Es desde el nacimiento del Mercosur el principal mercado para nuestra exportaciones y el destino esencial de nuestras ventas de bienes industriales, a través del régimen automotriz y de otros sectores. Le vendemos 15 de cada 100 dólares al país vecino.
Argentina y Córdoba necesitan que a Brasil le vaya bien, porque eso empuja nuestras exportaciones y nuestro comercio internacional. También es necesario replantear el Mercosur que está conformado por dos de los países más cerrados a nivel global.
Lula es alguien que miró siempre con simpatía al Mercosur y tendrá como desafío plantear su evolución.
