Este lunes 5 de mayo, en el Vaticano, se dará lugar a la declaración de juramento para guardar secreto por parte de su personal, en el marco del cónclave que elegirá un nuevo Papa, el sucesor de Francisco.
Los trabajadores asumieron el compromiso de callar todo lo que sucede puertas adentro en relación con la elección del nuevo dirigente de la Iglesia Católica. El cónclave comenzará estre miércoles 7 de mayo.
El castigo por romper el juramento, para todo el personal de apoyo de los cardenales que elegirán al sucesor del papa Francisco, es excomunión automática.
Cónclave: quiénes son las personas que tomarán el juramento
La toma de juramento se lleva a cabo en la capilla Paulina en el Vaticano para todos aquellos asignados al próximo cónclave. Entre ellos hay clérigos en roles de apoyo y confesores que hablan varios idiomas.
Los propios cardenales prestarán su juramento el miércoles en la capilla Sixtina, antes de emitir sus primeros votos.
La duración de un cónclave no se puede predecir, y solo se sabrá cuando la fumata blanca salga de la chimenea de la capilla Sixtina para anunciar que hay un ganador.
Este es uno de los momentos más expectantes para los 1.400 millones de fieles del catolicismo.
También, dentro del personal del Vaticano, hacen falta una serie de laicos para atender y alimentar a los cardenales.
Todas esas personas estarán aisladas para estar disponibles ante cualquier necesidad médica y mantener dadas las condiciones que requiere la elección del próximo líder de la Iglesia Católica.
Cónclave: la historia detrás de la toma de juramento
Las disposiciones para la toma de juramento están establecidas en la ley vaticana. Juan Pablo II reescribió las normas sobre las elecciones papales en un documento de 1996 que sigue en gran medida en vigor.
Sin embargo, el papa Benedicto XVI lo enmendó dos veces antes de renunciar en 2013. Él fue quien endureció el juramento de secreto, dejando claro que cualquiera que revele lo que sucedió dentro del cónclave enfrenta la excomunión automática.
En las reglas de Juan Pablo, la excomunión siempre fue una posibilidad. Pero, posteriormente, Benedicto revisó el juramento que toman los asistentes litúrgicos y secretarios.
Allí expresa estrictamente la obligación de observar “secreto absoluto y perpetuo” y abstenerse explícitamente de usar cualquier dispositivo de grabación de audio o video.
Algunos de los extractos de la declaración de juramento por parte del personal son: “Prometo y juro que, a menos que reciba una facultad especial otorgada expresamente por el pontífice recién elegido o por sus sucesores, observaré absoluto y perpetuo secreto con todos los que no formen parte del Colegio de Cardenales…”.
Además, se declara: “Del mismo modo, prometo y juro abstenerme de usar cualquier equipo de audio o video capaz de grabar cualquier cosa que ocurra durante el período de la elección dentro de la Ciudad del Vaticano…”
“Que Dios y estos Santos Evangelios, que toco con mi mano, me ayuden”, es como finaliza el juramento de las figuras involucradas.

Cónclave: preparativos en marcha y tradiciones que se mantienen
Ya pasaron dos semanas desde que la capilla Sixtina atravesó por una transformación tras el funeral del papa Francisco, quien falleció el 21 de abril a los 88 años.
Los técnicos instalaron un piso flotante para nivelar el espacio y dar paso a los muebles ceremoniales, incluidas mesas para los electores y sus asistentes.
La famosa estufa utilizada para señalar los resultados de la votación fue colocada en su esquina designada, una ubicación dictada por el protocolo, y los bomberos instalaron la chimenea en el techo.
Doce técnicos y artesanos de mantenimiento permanecerán dentro del Vaticano durante todo el proceso, manteniendo los sistemas de temperatura, iluminación y eléctricos.
Además, la administración del Estado de la Ciudad del Vaticano expresó que deben asistir con la logística ceremonial. Entre sus diversas tareas, está la más importante: operar la estufa que anuncia la elección del siguiente papa.
Como dicta la tradición, todas las ventanas en la zona del cónclave están oscurecidas para garantizar la privacidad. Casi 80 puntos de acceso alrededor del perímetro están sellados con plomo en la víspera del cónclave.
Un coronel y un mayor del cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia están entre los que prestan juramento; serán responsables de la vigilancia cerca de la capilla Sixtina, la joya renacentista donde 133 cardenales electores votarán.