En una jornada marcada por la emoción y la fe, el Cardenal Ángel, Arzobispo de Córdoba, se trasladó a la Basílica de San Pedro en Roma para rendir un último adiós al papa Francisco.
Este encuentro, descrito como profundamente emotivo, se produjo en un ambiente de oración y recogimiento, donde el Cardenal pudo despedirse de quien fuera su amigo y hermano mayor en la fe.
Despedida íntima y gratitud al Santo Padre
Frente a los restos del papa Francisco, el Cardenal Ángel Rossi dedicó un tiempo significativo a la oración, el agradecimiento y la emoción.
La despedida se vivió en silencio y con humildad, cargada de recuerdos y gratitud por la vida y el testimonio del Pontífice, quien dejó una huella imborrable en el corazón de millones de personas.
Cercanía y fe viva entre los peregrinos
A la salida de la Basílica de San Pedro, numerosos peregrinos de diversas procedencias se acercaron espontáneamente al Cardenal Ángel Rossi. Muchos le solicitaron su bendición, mientras que otros simplemente deseaban saludarlo. En un gesto que refleja su estilo pastoral, el Cardenal se detuvo para sonreír y saludar a cada uno, compartiendo palabras sencillas y gestos de cariño. Este momento se describe como una manifestación de Iglesia viva, donde la fe se hizo encuentro palpable.
Rumbo al cónclave: un momento crucial para la Iglesia Universal
A pesar del agotamiento natural tras estas intensas horas, el Cardenal Rossi también atendió con generosidad a los medios de prensa presentes en Roma.
La ciudad eterna vive días de profunda emoción y esperanza, no sólo por la gran afluencia de peregrinos, sino también por el legado que el papa Francisco deja en el corazón de la Iglesia.
El viaje de Rossi continúa, ya que en los próximos días participará en el cónclave junto a los demás cardenales. El objetivo de este importante encuentro será discernir en oración quién será el nuevo Pastor encargado de guiar a la Iglesia universal.
Oración y acompañamiento de la comunidad arquidiocesana
La comunidad arquidiocesana se une en oración para acompañar al Cardenal Ángel Rossi en este tiempo trascendental. Se elevan plegarias por él y por todos los cardenales electores, solicitando la iluminación del Espíritu Santo en su delicada tarea. Asimismo, se mantiene el agradecimiento al Señor por la fecunda vida del Papa, recordándolo como un pastor bueno y cercano que enseñó a caminar con sencillez, alegría y ternura.