Tras el ataque lanzado por Israel contra Irán este viernes a la madrugada y la respuesta del país persa a la agresión militar, el Gobierno israelí ordenó el cierre preventivo de sus embajadas en todo el mundo, incluida la sede diplomática en Argentina. La medida fue adoptada como precaución general y no responde a una amenaza específica contra el país, según confirmaron fuentes diplomáticas en Buenos Aires.
La decisión coincidió con el reciente viaje del presidente argentino, Javier Milei, a Jerusalén, donde reafirmó su apoyo incondicional al gobierno de Benjamin Netanyahu y expresó su intención de trasladar la Embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén. Este fuerte alineamiento con Israel y Estados Unidos genera preocupación en algunos sectores políticos y sociales del país, ante la posibilidad de eventuales represalias.
Temor fundado
El temor se fundamenta en los antecedentes de los atentados terroristas ocurridos en Buenos Aires en 1992 y 1994, contra la Embajada de Israel y la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia) respectivamente. Ambos ataques, que dejaron más de 100 muertos, fueron atribuidos al grupo Hezbollah, aliado de Irán. Las causas judiciales continúan abiertas y existen órdenes de captura internacionales contra exfuncionarios iraníes.
En este contexto de creciente tensión, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia), a través de su Departamento de Asistencia Comunitaria (DAC), activó un protocolo de seguridad para proteger a las instituciones de la comunidad judía en el país. Según informaron, ya se estableció un plan de acción conjunta con fuerzas de seguridad nacionales y locales, que contempla medidas preventivas y mecanismos de respuesta ante posibles incidentes.
Además, la entidad judía solicitó a los miembros de la comunidad mantener la calma y reportar cualquier situación sospechosa al número (11) 437-83212. También expresó su respaldo al Estado de Israel “en su misión de resguardar la vida de su pueblo ante una amenaza global”.