Tras un día y medio de silencio y envuelto en un clima social de tensión, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que seguirá cumpliendo todos los mandatos de la Constitución” aunque evitó pronunciarse de manera explícita sobre el triunfo por menos de dos puntos porcentuales de Luis Inácio Lula da Silva en el crucial balotaje del domingo último, logro que devolverá al líder progresista al Palacio de Planalto a partir del 1° de enero de 2023, hasta el 31 de diciembre de 2026.
El actual mandatario comenzó su breve discurso agradeciendo el voto a los ciudadanos brasileños, sin referirse de manera explícita a su derrota, y hablando sólo de “seguir la Constitución” en el marco del traspaso de poderes.
Asimismo, el ariete de la ultraderecha brasileña interpretó que los bloqueos masivos de carreteras estaban motivados “por la indignación” que provocaron los comicios y consideró que se trataba de “manifestaciones pacíficas”.
No obstante, pidió a los transportistas que depusieran la actitud y regresaran a sus actividades habituales de manera pacífica.
Cortes de rutas
También les solicitó que garanticen el derecho de “ir y venir” por las rutas del país, lo que que puso paños fríos sobre una situación social febril que escalaba en temperatura por esas horas.
Al momento del discurso, se mantenían más de 420 cortes en caminos principales de casi todos los estados brasileños promovidos por camioneros y fanáticos del candidato derrotado en el balotaje del domingo.
La intransigencia de quienes protestaban de manera encendida desde la madrugada del martes llevó a gobernadores de varios estados a movilizar a la Policía Militar, que depende directamente de las regiones, con el propósito de liberar las vías bloqueadas por quienes proponían desconocer los resultados del escrutinio de la segunda vuelta y pedían la “intervención militar” para corregir lo que consideraban un fraude electoral.
Poco después, la crispación escaló de manera sensible cuando el Supremo Tribunal Federal ordenó a la Policía Militar obligar a los manifestantes a liberar las rutas de todo el país.
La situación aparentemente comenzó a ceder en intensidad luego de que Bolsonaro pidiera a los manifestantes levantar los cortes e indirectamente acatara los resultados del escrutinio del balotaje al instruir a Nogueira para que iniciara la transición en los términos institucionales establecidos.
Dentro de la Constitución
En su primera manifestación pública desde que perdió en segunda vuelta, Bolsonaró destacó: “Siempre me etiquetaron como antidemocrático y, a diferencia de mis detractores, siempre jugué dentro de las cuatro líneas de la Constitución’'; lo hizo flanqueado por más de una docena de ministros y aliados, a periodistas acreditados en la residencia oficial en Brasilia, la capital del gigante sudamericano.
También avisó que seguirá siendo el líder de millones de brasileños que, como él, defienden la libertad económica, la libertad religiosa, la libertad de opinión, la honestidad y los colores verde y amarillo de la bandera de Brasil.
“La derecha ha surgido realmente en nuestro país. Nuestra sólida representación en el Congreso demuestra la fuerza de nuestros valores: Dios, patria, familia y libertad”, agregó el actual mandatario.
El jefe de Estado en funciones perdió la contienda por un margen muy estrecho, al obtener el 49,1% de los votos válidos emitidos frente al 50,9% de Lula. Ha sido la disputa por la presidencia más reñida desde el regreso de Brasil a la democracia en 1985.
Tras la declaración del presidente, el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, comunicó desde el estrado que ha sido autorizado por Bolsonaro para liderar el traspaso de poderes a su sucesor, a quien llamó “presidente Lula”, según publicó el diario O Globo.
Cabe recordar que el titular de la Casa Civil ejerce la jefatura del gabinete presidencial y es el ministro de más alto rango de los colaboradores directos del jefe de Estado y uno de sus principales asesores.
Mientras tanto, el mandatario electo designó a su vicepresidente, Geraldo Alckmin, para llevar adelante las conversaciones con Nogueira tendientes a lograr una transición ordenada hacia su retorno a la jefatura del gobierno federal, que asumirá por tercera vez en su dilatada vida política.
El triunfo de Lula ha sido reconocido por todas las instituciones del país, por todos los partidos, entidades empresariales y por más de un centenar de gobernantes extranjeros, que felicitaron al líder progresista por su victoria electoral y su regreso al Palacio de Planalto, tras 12 años en el llano.
