Un satélite que fue lanzado en su momento por la Unión Soviética (URSS) en el año 1972, durante la Guerra Fría, hoy se encuentra sin rumbo en el espacio y científicos afirman que podría caer en la Tierra.
La nave, nombrada por la URSS como Kosmos 482, se encuentra con altas posibilidades de reingresar a la atmósfera, lo que la llevaría a impactar con el planeta Tierra.
Según estimó el científico neerlandés Marco Langbroek, la nave cuenta con un metro de diámetro y 495 kilogramos de peso, y la fecha en que podría caer en la Tierra sería la semana que viene, entre el 8 y el 11 de mayo.
“Aunque no está exento de riesgos, no deberíamos preocuparnos demasiado”, dijo Langbroek en un correo electrónico.
El objeto es relativamente pequeño e incluso si no se desintegra, “el riesgo es similar al de la caída aleatoria de un meteorito, varios de los cuales ocurren cada año. Tienes más riesgo de ser alcanzado por un rayo en tu vida”, expresó.
Aunque la mayor probabilidad es que caiga en el mar, la gran zona de impacto y la resistencia del objeto plantean un riesgo bajo pero no nulo para zonas pobladas.
Si bien la aeronave fue lanzada con el propósito de explorar Venus, una falla en el despegue impidió que alcanzara la velocidad necesaria para salir de la gravedad terrestre, haciendo que ésta quede a la deriva en órbita.
El satélite, además, se distingue por su construcción. Fue diseñado para soportar altas temperaturas y aceleraciones, lo que se traduce en que podría atravesar la atmósfera sin desintegrarse por completo y llegar a la superficie casi intacto.
En el caso de que el satélite llegase a impactar en tierra firme, lo haría a una velocidad de 240 km/h, un impacto de magnitud suficiente como para generar un cráter similar al que provocaría un meteorito menor.
Por otra parte, si la caída ocurre en una zona visible, el fenómeno podría verse como un meteoro lento y brillante. Afortunadamente, no se esperan consecuencias ambientales graves debido al tamaño del objeto.