España enfrenta las consecuencias de un apagón sin precedentes que el pasado lunes 28 de abril sumió a casi toda la península en la oscuridad, dejando un saldo trágico de cuatro muertos en Valencia y Ourense.
Aunque inicialmente se temió un ciberataque, Red Eléctrica Española (REE) descartó esta hipótesis, apuntando a un fallo en la generación eléctrica como posible causa. El incidente, que afectó a millones de personas, ha generado un debate sobre la vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional.
Cuatro víctimas fatales por el apagón
La falta de electricidad tuvo consecuencias devastadoras. En Alzira, Valencia, una mujer de 46 años, dependiente de un respirador eléctrico, falleció apenas 30 minutos después de que comenzara el apagón, según reportó Radio 5 de RTVE.
En Taboadela, Ourense, una familia de tres personas —un matrimonio de 81 y 77 años y su hijo de 56— murió por intoxicación por monóxido de carbono tras usar un generador eléctrico para alimentar un respirador en su vivienda. La combustión defectuosa del equipo causó la tragedia, según confirmaron fuentes de emergencias.
Estas pérdidas humanas han conmocionado al país, evidenciando los riesgos de la dependencia de equipos médicos eléctricos en situaciones de emergencia.

Un colapso eléctrico sin ciberataque
El apagón, que comenzó a las 12.32 horas del lunes, provocó la pérdida de 15 gigavatios de energía en cinco segundos, equivalente al 60% de la demanda nacional.
Esto desconectó el sistema eléctrico español del europeo, afectando también a Portugal, Andorra y el sur de Francia. Red Eléctrica, en un comunicado emitido el martes, descartó un ciberataque como causa, contradiciendo especulaciones iniciales. En cambio, señaló una posible caída abrupta en la generación solar como el desencadenante, aunque la investigación sigue en curso.
“El sistema eléctrico peninsular operó con normalidad hasta el evento, que fue absolutamente excepcional”, afirmó REE. La rápida recuperación, con un 92% del suministro restablecido para las 05:00 horas del martes, no evitó el caos: trenes y metros detenidos, semáforos apagados, comercios cerrados y hospitales operando con generadores de emergencia.
Investigación y críticas al Gobierno
El presidente Pedro Sánchez compareció desde La Moncloa, pidiendo calma y prometiendo una investigación exhaustiva.
“Descartamos un ciberataque por ahora, pero no dejaremos ninguna hipótesis sin explorar”, aseguró ayer. La Audiencia Nacional, por su parte, mantiene abiertas diligencias para esclarecer el incidente, mientras el Centro Criptológico Nacional (CCN) analiza posibles vulnerabilidades en el sistema.
La gestión de la crisis ha generado críticas. La oposición, liderada por Vox, exigió responsabilidades al Gobierno, acusándolo de improvisación.
Impacto económico y social
El apagón paralizó la economía española. La Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) estimó pérdidas de 1.300 millones de euros, especialmente en hostelería y comercio.
El sistema educativo también se vio afectado, con clases suspendidas o parcialmente impartidas en varias comunidades. “No sabíamos si mandar a los niños a la escuela o no; fue un desastre organizativo”, comentó una madre en Madrid.
Para más información, consulta los sitios oficiales de Red Eléctrica (www.ree.es) y el Gobierno de España (www.lamoncloa.gob.es).