Finalmente, el vacío se llenó. Tras casi 20 meses desde aquel devastador cierre de la primera temporada (con la muerte de Lucerys, hijo de Rhaenyra, y la certeza de una guerra inminente), La casa del dragón volvió a la pantalla de Max y HBO y renovó el furor por la precuela de Game of Thrones estrenada hace ya casi dos años.
A continuación, un repaso por la más destacado dentro del episodio inicial de esta nueva temporada, que promete dar que hablar. Un hijo por un hijo es el nombre del capítulo dirigido por Alan Taylor, también responsable del último episodio de la primera temporada de Game of Thrones.
En nuestro caso, es el inicio de un recorrido compartido por lo sucedido en el universo de Poniente, en plena Danza de Dragones de la familia Targaryen. Si no quieren spoilers, este es el momento de abandonar esta nota. Aquí los esperamos para cuando hayan visto el episodio.
Un error no forzado
Como solía ocurrir en Game of Thrones, la secuencia inicial del capítulo, con el hijo mayor de Rhaenyra subiendo a través del muro en compañía y en diálogo con Cregan Stark, es una introducción bellamente orquestada desde las imágenes y en el filoso diálogo entre ambos. El anuncio del invierno por venir y la incredulidad de Jacaerys Velaryon ofrecen una síntesis de las diferencias entre norteños y sureños dentro del denominador común que son los Siete Reinos.
Es el primer punto de un recorrido inicial por distintas escenas que muestran las esquirlas de lo sucedido en la Bahía de los Naufragios al final de la primera entrega. Sin mayores saltos temporales, vemos cómo se reagrupan las filas de ambos bandos. Mientras algunos esperan poder evitar una catástrofe, la sensación de que la guerra ya ha comenzado se hace palpable incluso más allá de los deseos de sus personajes principales.
Con ocho capítulos en total (en lugar de 10), esta temporada parece contar con la ventaja extra de una duración más acotada sin la necesidad de modificar el elenco ni contextualizar el inicio de la guerra civil conocida como Danza de Dragones. Lo que fue inevitable para calentar motores en 2022, ahora ya no es necesario. Está todo dicho.
A continuación, los movimientos efectuados por los principales personajes durante el primer capítulo de la segunda temporada de La casa del dragón:
Rhaenyra, de duelo. La reina del bando negro está ausente los primeros 22 de los 58 minutos del episodio. Cuando aparece, lo hace buscando el cadáver de su hijo junto a su dragón, absolutamente devastada. A su regreso a Rocadragón, las chispas con Daemon (que quiere venganza lo antes posible) se prenden de inmediato: ella dice “Quiero a Aemond Targaryen” y su esposo comienza a tejer un plan por su cuenta para quedar a mano con los verdes.
Alicent, entre la tierra y el cielo. La madre del rey Aegon inicia el episodio con una escena íntima con Sir Criston Cole. Le ha mandado cartas a Rhaenyra y prende una vela en memoria de su hijo muerto a manos del dragón Vaghar y del impulso vengativo de Aemond, sin embargo, todos a su alrededor le dicen que la guerra es la única salida, y que hay que prepararse. Se siente cada vez más alejada de sus hijos: intenta ponerle límites a Aegon pero este y su hermano parecen contradecir sus intenciones y formas. Por momentos contrariada, recibe una visita de Larys, quien le comunica la depuración de su antiguo equipo de confianza y en paralelo inicia su campaña tras bambalinas para desplazar al actual Mano del Rey.
Otto Hightower, en la cornisa. El padre de Alicent, con experiencia como Mano de tres reyes, empieza a renegar de la falta de aptitudes de Aegon para gobernar. Al mismo tiempo, advierte el acercamiento entre Aemond y Criston Cole, dos personalidades afines que potencian la sed de sangre del monarca. Tiene un gran diálogo con su hija cuando esta le cuestiona su trato en el Consejo. En esa conversación, probablemente la más fascinante en materia filosófica, aparece una frase que revela un diagnóstico inevitable: “El camino a la victoria es ahora uno más violento”.
Aegon, un rey que no está preparado para serlo. Al monarca bautizado con el nombre del Targaryen que unificó los Siete Reinos le falta templanza y le sobra impulso. Es inexperto, errático y no puede lidiar con las consecuencias cotidianas de un bloqueo de los negros. Se deja influenciar por Larys (“Fue la mano de tu padre”, le dice sobre Otto Hightwer) y tiene cada vez más cerca a Criston Cole, a su hermano y a su temible dragón. Lleva al Consejo a su hijo Jaehaerys, acción que cobra otro sentido luego del trágico final del capítulo.
Daemon y un efecto dominó ¿buscado? Luego del regreso de Rhanyera, la reina atraviesa el funeral junto a su otro hijo, con quien se funde en un sentido abrazo al reencontrarse. No está segura de los próximos pasos pero su esposo se le adelanta y se mete en Desembarco del Rey para encargar el asesinato de Aemond a un guardia y a uno de los tramperos de ratas del castillo. Es el comienzo de la escena más atrapante del episodio, que regala 10 minutos de tensión y suspenso en plena madrugada.
Helaena y un presagio desoído. La otra hija de Alicent, casada con su hermano Aegon, tiene dos apariciones centrales en el episodio. Primero le advierte al rey que quizás su hijo mayor no quiera ser rey. Allí también le dice que tiene miedo de las ratas y es tratada como loca. Finalmente, es la protagonista de la escena más brutal y silenciosa del episodio, cuando tiene que señalar a uno de sus dos hijos para que sea decapitado. La última secuencia muestra a la reina huyendo junto a su hija en brazos hasta que encuentra la habitación de su madre y entra buscando consuelo. En ese momento, Alicent y Criston Cole están juntos, en pleno encuentro íntimo. Helaena se sienta en un rincón y suelta un definitivo: “Mataron al niño”.
Traigan episodios, que manija sobra…
El regreso de La casa del dragón fue en el mismo tono que el del cierre de su primera temporada. Aquí, el ojo por ojo se convirtió en hijo por hijo y la muerte del heredero de Aegon fue un paso más allá, sin vuelta atrás posible, en el espiral de violencia cruzada que terminará inevitablemente en guerra. Este primer episodio no sólo fue una puesta al día de la dicotomía entre los verdes y los negros sino que elevó aún más la expectativa que traía consigo el regreso.
Si bien, y fiel al estilo de Game of Thrones, hay varios frentes abiertos y pequeñas alianzas entre diferentes combinaciones de personajes, el asesinato de Jaehaerys desencadena la tan preanunciada guerra. El final del episodio, con Alicent conmovida por lo que acaba de decirle su hija, deja una sensación de inminente catástrofe. Veremos cómo reaccionan Aegon y sus aliados, pero todo indica que esto “se va a descontrolar”.
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