Unas declaraciones recientes de Julio Chávez sobre Ricardo Darín abrieron la puerta a una vieja tensión que parecía enterrada.
En una entrevista con Tatiana Schapiro, Chávez habló con aparente sinceridad sobre su colega, pero sus palabras fueron interpretadas como un dardo camuflado.
Cuando la periodista le preguntó si pudiera robarle un talento a alguien cuál sería y a quién, él respondió: “A Darín, el talento de la sociabilidad que tiene”.
“El otro día lo escuchaba y pensaba: ‘Qué conocedor’. Uno de los motivos por los que seguramente se ha expandido tanto, además de sus condiciones, es su sociabilidad, su inteligencia social. Que yo no tengo”, sostuvo.
Lejos de quedarse en un simple elogio, Chávez ahondó en una anécdota del pasado que cambió por completo el tono de su discurso. “No lo conozco mucho. Teníamos un vínculo cuando éramos muy pequeños los dos. Hicimos una telenovela juntos. A mí me echaron de esa telenovela por mal actor. Él empezó a armar una increíble carrera en ese momento. Es un buen jugador de cierto juego y yo soy un pésimo jugador, en ese sentido”, confesó.
¿Admiración o pase de factura?
Las reacciones no tardaron en llegar. En Intrusos, Rodrigo Lussich fue el primero en señalar la ambigüedad del mensaje: “No se entiende si lo admira, si lo envidia, si le molesta o si no lo aguanta”.
Paula Varela sumó: “Yo lo interpreté como un halago al principio, pero cuando contó lo de la telenovela, todo cambió de tono”. Karina Iavícoli fue más directa: “Muy rencoroso Julio”.
Y aunque Adrián Pallares relativizó el gesto al decir que “no hay una profesión más rencorosa que la de los actores”, Iavícoli apuntó sin vueltas: “Me parece que estas declaraciones, lejos de engrandecerlo a Julio Chávez, lo dejan en un lugar innecesario. No creo que sea por prensa. No lo veo trepando”.
Lussich, por su parte, comparó personalidades: “Darín es mucho más carismático que Julio Chávez. Más carismático en el trato. Julio es más parco. Creo que quiso decir eso”.
¿Un palito previo de Darín?
La controversia creció aún más cuando recordaron una frase reciente de Ricardo Darín, que varios interpretaron como una crítica a ciertos estilos de actuación transformista.
“No me interesa ver piolines de supuestas destrezas. Si empiezo a ver a tal actor y al minuto me olvido de quién es, significa que está laburando bien. Muchos creen que para actuar bien tienen que subir 20 kilos, imitar a un parapléjico o aparecer con una cicatriz enorme”, había dicho el actor.
La coincidencia con el estreno de La Ballena, obra en la que Chávez interpreta a un hombre con obesidad mórbida, encendió las alarmas. ¿Fue un tiro por elevación?