La reciente edición de las audiciones a ciegas de La Voz Argentina trajo al escenario a Lucila Garombo, una participante de 31 años oriunda de Alejandro Roca, un pueblo al sur de Córdoba, quien no solo impactó con su talento vocal sino también con una revelación sorprendente sobre su vida.
Lucila se presentó en el imponente escenario del certamen interpretando la canción Entra a mi hogar. Estaba visiblemente nerviosa y asustada, pero muy feliz de poder cumplir un sueño.
Su voz y la particularidad de su estilo captaron la atención del jurado, especialmente de La Sole, quien comentó: “El arreglo me descolocó un poco. Tenías que entrar como en lugares diferentes a los que yo estoy acostumbrada a escuchar esta canción y te sentí una voz muy pop cantando folklore”.
Tras un momento de duda, la coach apostó por ella y no tuvo que pelearse con nadie porque fue la única en darse vuelta.
Lucila, la exmonja de La Voz Argentina
La sorpresa mayor llegó cuando Lucila, quien se había criado cantando en la parroquia y para quien el reality era “un sueño”, reveló un dato de su pasado: “Fui monja durante seis años de mi vida”.
Explicó que ingresó al monasterio de La Visitación de Santa María en Río Cuarto, siendo una monja “de vida contemplativa”, es decir, que vivía “más encerrada rezando”.
Su decisión de dejar el monasterio no fue fácil. Según indicó, no se estaba “encontrando plena” en ese camino, a pesar de que “no fue una decisión fácil de tomar”.
Sin embargo, enfatizó que salió con “su fe intacta” y con lo mejor de esa experiencia, iniciando un camino de “otras búsquedas”. Sus padres acompañaron su decisión, ya que ellos le “dieron los pasos de la fe”.
La participante describió ese proceso como algo que hizo “desde el corazón”, tratando de “discernir y de pasar por el corazón las cosas que sentía que la presentaban”.
Más allá de su historia de vida, Lucila se describe como una persona “sencilla” y “muy sensible”, a quien le gusta “mucho jugar el fútbol”. Su camino musical comenzó desde muy pequeña.
Su padre contó que, al cumplir un año de vida, recibió una guitarrita eléctrica de plástico, lo que marcó el inicio de su amor por la música. Incluso su audición en Córdoba coincidió con el 19 de marzo, el día de San José, de quien es “muy devota”.