Daniel Gómez Rinaldi vivió un violento episodio de inseguridad en plena Ciudad de Buenos Aires durante la mañana del viernes.
Mientras esperaba el colectivo 39 para ir a su trabajo en Radio Rivadavia, fue sorprendido por un delincuente que le robó el celular. Lo que vino después fue una secuencia que pudo haber terminado en tragedia.
“Fue un segundo de estar desprevenido y me lo arrancó”, contó Rinaldi en televisión.
Movido por el impulso y la bronca, salió corriendo tras el ladrón. “No lo pensé, salí corriendo pensando en recuperar el celular”, relató. Lo encontró escondido dentro de un contenedor, lo enfrentó y se trenzaron en un forcejeo que terminó con dos puñaladas.
“Una cosa es que te roben y otra cosa es forcejear y que te claven un cuchillo. Por eso lo solté al instante”, aseguró el periodista, aún conmovido.
Según calculó, el agresor tendría entre 30 y 40 años. Después de la agresión, el ladrón huyó y Daniel comenzó a gritar desesperado pidiendo ayuda. A los pocos minutos llegó la policía.
“Llegaron a los dos minutos, me tranquilizaron, me dijeron que me sentara en un edificio y me pidieron el número del celular. Ahí llaman y escuchamos que suena. Por suerte lo recuperaron”, explicó.
Aunque solo sufrió heridas leves, fue atendido por el Same y luego trasladado a una guardia médica para una revisión más exhaustiva.
En diálogo con Intrusos, Daniel reflexionó sobre su accionar: “Sí, soy consciente de que no hice lo correcto, creo que hay que dejarlos ir. Pero me da tanta bronca… tenemos todo en el celular, la agenda, el médico, la información. Yo quería eso, que me lo devuelva. Jamás pensé que iba a salir del contáiner con el cuchillo”.
Marcela Tauro fue directa y le preguntó si en algún momento temió por su vida. Su respuesta fue tan cruda como sincera: “Cuando me pegó el segundo dije ‘¿a dónde va el tercero?’. Y ahí sí sentí el temor. No sabía cuánto más podía sujetarlo ni dominarle la mano. Entonces lo solté”.
Además de revivir el miedo que sintió, Rinaldi remarcó la impotencia y la injusticia que generan estas situaciones: “Yo tuve suerte y lo puedo contar. Pero hay chicas y chicos que están indefensos. Te da impotencia, bronca, injusticia”.
Apenas recuperó el celular, vio llamadas perdidas de la radio. “Me estaban llamando para hablar del programa. Y ahí me cayó la ficha: mi mamá se va a enterar así. La llamé para que lo supiera por mí: ‘Mamá, me robaron. Quedate tranquila, estoy bien’. Y hace un rato nos vimos y nos dimos un abrazo”, contó conmovido.
El periodista elogió la labor policial y remarcó la importancia de hacer la denuncia formal. “No solo la mediática, sino dejar constatado cómo fue para que tomen conciencia”, sostuvo. También expresó su deseo de que aparezcan las cámaras de seguridad que permitan identificar al agresor.
“Mientras estaba en la comisaría, al lado mío estaban haciendo los informes, y dieron que había una cámara del Gobierno de la Ciudad en Santa Fe y Talcahuano y otra en el edificio frente al contenedor. Esas deben tener las imágenes”, concluyó.