Dos instituciones de la música uruguaya como Rubén Rada y la murga Agarrate Catalina se juntaron por primera vez en un espectáculo conjunto llamado “Terapia de murga”. “No es sólo un concierto. Es una fiesta escénica, un viaje emocional, un diálogo entre generaciones, géneros y sensibilidades”, dicen sobre el show que, como era de esperarse, fue un suceso en la república oriental.
Lo presentaron con funciones agotadas en el teatro Sodra, “el más importante, grande y lindo de Montevideo”, donde dieron tres conciertos a sala llena. Después fueron a la Plaza de Toros, de Colonia, para repetir el suceso.
Tras haber retomado sus agendas por separado, Rada y la Catalina se vuelven a juntar ahora para tocar en Buenos Aires, en Rosario y en Córdoba. Aquí llegarán el 3 de octubre para tocar en el estadio de Atenas.
¿Cómo surgió este cruce? “La murga tiene un ritmo que es la ‘marcha camión’, pero después en los carnavales empezaron a candombear las canciones. Agarran temas conocidos y los cantan con su estilo”, relata con tono pedagógico Rada en diálogo con La Voz en Vivo.
“Entonces lo que hicimos fue hacer un show conjunto: yo estoy en frenchi ahí tocando los tambores; Yamandú, que es el compositor, canta sus canciones, y cuando ellos cantan conmigo, yo me emociono mucho porque cuando canta la murga atrás... te arranca la cabeza. Es un sonido tan increíble que vivo emocionado todo el espectáculo”, agrega.
Así, parte de la identidad cultural uruguaya celebra este cruce de obra interpretando en vivo esta fusión con espíritu de festejo.
–Estás acostumbrado a tener un rol protagónico por naturaleza. ¿Cómo compatibilizás eso compartiendo un escenario ni más ni menos que con una murga que son tantas personas, en una entidad también tan grande?
–Se ha hecho fácil porque ellos conocen toda mi música y yo conozco la música de ellos. Entonces, cuando yo canto ellos me acompañan y tocan, y yo también hago lo mismo cuando tocan ellos sus temas, porque hay muchas canciones de La Catalina en las que participamos siempre los músicos de mi banda que están tocando con ellos, más la batería de murga de ellos. Yo voy con mis tres tambores y, cuando estamos haciendo candombe y murga, se mezclan los dos ritmos y es una maravilla. La murga es la ópera del barrio, para mi opinión.
–La murga se ve como una cosa inagotable que tiene una recreación permanente cada febrero en Uruguay. Es como un fenómeno musical que cuesta ver con tanta vitalidad en otras culturas. ¿Cómo hacen para mantener viva esa tradición?
–Eso es bravo, realmente, porque se mantuvo en la época que estaban los militares… y la murga seguía cantando igual. ¡Iban en cana, pero cantaban igual! Era una cosa terrible, porque la murga lo que hace es criticar la moda, criticar lo que pasa en el país, los precios, cuentan cosas raras que pasan en el mundo. Puede ser jocoso o puede ser duro, pero la murga es una expresión del pueblo en Uruguay maravillosa.
–¿Tenés alguna hipótesis de por qué Uruguay, siendo un país tan pequeño en cantidad de habitantes, produce tanta efervescencia a nivel cultural, musical y deportivo también?
–Es rarísimo, porque yo pienso que a nosotros nos debe pasar lo mismo que le pasa a Escocia o a países que tienen a países grandes al lado. Nosotros estamos en el medio de Brasil y de Argentina. Entonces nos nutrimos de los dos, pero cada vez que sale un artista uruguayo tiene que estar avalado por el pueblo uruguayo, que es bravo para con los suyos. Después que el artista cruza la frontera, bueno, ahí es como que ya se transforma realmente en un artista. Pero nosotros, siempre lo dije, si no cruzamos a Argentina a tocar nuestra música y conquistar el pueblo argentino, en Uruguay nos chocamos entre todos. Somos miles y miles y ahora está la onda nueva de los pibes del rap y de la música urbana, y eso que hay unos grupos tremendos, pero es difícil tocar nuestra música.
–El contexto político que vive Argentina con un gobierno liberal de derecha, y que se jacta de eso, ¿le representa un grado de dificultad para la murga, para este tipo de espectáculo, desde el punto de vista ideológico?
–Nunca, que yo me haya enterado, paso algo así con las murgas, que siempre cantan lo que quieren. Es más, he visto políticos que han estado en el teatro de verano cuando canta la murga y lo están criticando a él y el tipo se ríe. Es costumbre de la murga opinar de lo que piensan, del pelo, de cómo se viste, de cualquier cosa. En ese sentido, no hay ninguna contravención, digamos.
Gen de familia
Rubén Rada tiene tres hijos que son músicos extraordinarios. Matías, Julieta y Lucila ya tienen cada uno por su cuenta su carrera en marcha. ¿Les habrá pesado cargar ni más ni menos que con un apellido ilustre en su país? “Y, bueno, yo pienso que sí... lo que pasa es que eso no lo hablo con ellos, sino que lo hablo con mi mujer. Les pasa a todos los padres famosos. Acá tratamos de hablarlo, y lo llevamos bien”, dice Rubén, antes de deshacerse en elogios para con sus descendientes.
Matías toca la guitarra como los dioses, canta. Julieta y Lucila lo mismo, y “cada una hace su vida”. Julieta ahora está instalada en Nueva York, ha hecho unos conciertos por Montevideo y anduvo hace poco por Barcelona.
“Ahí anda haciendo su vida, luchando y tratando de colaborar con el candombe, porque este disco que hizo es un disco netamente de candombe y está divino. Yo le agradezco mucho a Julieta, que tiene una voz con la que podría cantar cualquier tipo de canciones, pero en este momento se metió con el candombe y lo está haciendo maravillosamente bien”, argumenta el papá.
Lucila trabaja en televisión en Uruguay y, a criterio de su padre, también lo hace y le va muy bien. Además canta con su padre, pero además tiene una bandita con la que se junta a cantar. “Yo pienso que a ella le gusta más la actuación que el canto, aunque tiene una voz preciosa”, dice.
–Rubén, a los 82 años se lo ve impecable y activo como siempre. ¿Cuál es el secreto de permanecer así?
–¿Impecable, te parece? Tenés que venir cuando me levanto a la mañana... Son como 80 ruidos crack crack.
Luego se pone más serio: “Es una suerte. Yo nunca hice nada, simplemente lo que hice fue hacer música toda la vida y nada más que eso. A veces alguna obra de teatro, alguna película que me invitan para hacer algo, pero por lo general siempre con la música. Entonces, cuando vos hacés lo que te gusta, pienso que eso te mantiene mejor, ¿no? Porque yo sé que en el mundo entero estamos cambiados todos. Pensamos en una cosa, queremos una cosa, estudiamos una cosa, y trabajamos en un Uber, por ejemplo. Y el que no puede lograr lo que quiere, hacer lo que quiere, algo le tiene que pasar por adentro”.
Para ver a Rubén Rada y Agarrate Catalina
Será el 3 de octubre en el estadio de Atenas con Agarrate Catalina. Tickets, en edenentradas.ar.