Cuando Rolando Goldman empieza a hablar, el periodista del otro lado del teléfono hace silencio. Escucha, asiente cada tanto, pero fundamentalmente se sorprende con la calma y la sabiduría de este músico, docente, escritor, director cinematográfico y gestor cultural en sentido amplio.
La charla se da poco después de que la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, reivindicara a Ramón Falcón, tristemente célebre militar, jefe de Policía y represor asesinado en un atentado por el militante anarquista Simón Radowitzky. Goldman es uno de los directores de Simón, hijo del pueblo (2014) documental-tributo a Osvaldo Bayer pergeñado junto a Julián Troksberg. En él, se repasa la vida del activista, considerado en su época como mártir por el movimiento obrero y como terrorista por el establishment conservador.
Para Goldman, la relectura de ese hecho es parte de la llamada “batalla cultural” que lleva adelante el gobierno de Javier Milei, y que tiene en la cultura un foco especialmente convulso. De hecho, Goldman fue uno de los impulsores de la marcha espontánea que se convocó meses atrás luego de que el diputado Miguel Ángel Pichetto dijera que “el charanguito, esa música del norte, nada tiene que ver con la Argentina”.
“A mí me sorprendió la ignorancia de este hombre”, recapitula el artista de 64 años, todavía incrédulo ante ese desaire a un instrumento que es parte de nuestra idiosincrasia más federal. “El charango tiene una presencia muy grande en miles de hogares, en muchos escenarios, en sinnúmero de grabaciones”, recuerda Goldman, que ante la indignación compartida junto a otros colegas optó por movilizarse.
“En aquel momento se me ocurrió hacer una convocatoria abierta para que fuéramos a hacer un desagravio al instrumento, una suerte de protesta. Tuve una muy grata sorpresa porque en menos de 24 horas nos reunimos en las puertas del Congreso de la Nación y éramos más de 100 con los charangos”, relata con orgullo.
Y reflexiona inmediatamente: “Hay gente que no sé con qué este interés, con qué objetivos, plantea la negación de nuestra cultura popular y simultáneamente siempre aparece esa acción solidaria y esa defensa de nuestra propia identidad”.
Charango en mano
La anécdota sirve para entender que este entusiasta del charango es un militante del instrumento en todas sus manifestaciones posibles. Además de artista, es pensador activo de la cultura y un referente de a pie que ha construido un legado a fuerza de constancia y de actividad incesante. Acaso el mismo impulso que este fin de semana lo depositará en la provincia para compartir sus conocimientos, y también su música, en las ciudades de Río Cuarto, Unquillo y Córdoba Capital.
En este caso, Goldman llega a la provincia para presentar también “La ruta del charango”, un ciclo que realiza en la ciudad de Buenos Aires el segundo sábado de cada mes y que incluye a su banda estable y a invitados especiales en cada ocasión.
En esta versión itinerante que paseará por Córdoba en modo solista, Goldman realizará también un recorrido musical, cultural y pedagógico que combina charlas, talleres y conciertos. Ese cúmulo de proyectos es algo así como la obra de vida del músico, que desarrolla este tipo de propuestas con el objetivo de difundir la cultura latinoamericana y fortalecer el vínculo entre músicos, docentes y comunidades.

Goldman, que también es fundador y director de la Orquesta Argentina de Charangos y del Programa Social de Orquestas Infantiles y Juveniles de Instrumentos Latinoamericanos “Andrés Chazarreta”, presentará en la Semana de la Cultura de Río Cuarto su más reciente libro, ¿Gestión cultural o política cultural?
“En la Universidad Río Cuarto va a suceder esta presentación del libro con una charla, un debate sobre la política cultural. Y en horas de la tarde voy a hacer un taller de charango con estudiantes de diversos niveles”, repasa el también artista, que cerrará la jornada del jueves 13 con un concierto solista con su instrumento.
“Yo toco con diversas formaciones. En cada caso hay algo que me entusiasma, que me interesa, y en particular hacer conciertos solo con el charango eh para mí es un desafío muy grande”, asegura.
En sus otras dos presentaciones en Unquillo y Córdoba, Goldman recreará el espíritu de “La ruta del charango”. Tanto en La Minerita como en el Centro Cultural Graciela Carena, Goldman se presentará junto a destacados referentes locales como Juan Iñaki, Irene Tesouro, Guillermo Re, el jujeño Pachi Herrera y el riojano Ramiro González.
“En cada uno de estos conciertos va a haber un espacio para para compartir con artistas queridos que se van a sumar con sus voces y sus instrumentos”, subraya Goldman, que el sábado por la mañana también dará un taller en el centro cultural de la calle Alvear del centro de “la Docta”.
Todo, en definitiva, como extensión de una misma red que apuesta a la cultura como punto de encuentro. “Pachi Herrera se ha sumado en la convocatoria del taller y hace un rato me mandó un mensaje diciéndome que había mucho entusiasmo y se había una cantidad importante de gente que se había notado y que tiene ganas de participar”, comenta entusiasmado el artista.
Y reflexiona sobre este periplo cordobés: “La música nos permite el encuentro, y poder disfrutar de eso en épocas donde creo que es muy importante y muy valioso el abrazo, la sonrisa y la compañía de seres queridos”.
Amor incondicional
Como cualquier apasionado de su oficio, y de su objeto de estudio, Goldman podría hablar horas y horas sobre ese pequeño instrumento que le cambió la vida hace más de medio siglo. No es para menos si se tiene en cuenta que es uno de los mayores especialistas en la materia a nivel nacional.
“Yo tengo la cátedra de Charango en el conservatorio Manuel de Falla aquí de la ciudad de Buenos Aires y también tengo algunas publicaciones, libros de método de charango que me han dado muchas satisfacciones y me han dado señales de la cantidad enorme, realmente grande, de gente que se acerca al charango”, reflexiona.

“Uno de los libros ya lleva seis ediciones”, asegura sobre el alcance de ese material. “Esto no lo digo como autobombo, sino porque realmente es un para mí un indicio de la cantidad de gente que hay alrededor del charango. Es un dato. Se han vendido unos 4.500 ejemplares y yo he visto muchas veces fotocopiado el libro mío. Además, hay muchísima gente que no estudia el charango con mis libros”, sentencia.
–En su opinión, ¿qué es lo que vuelve tan especial al charango?
–Son varias cosas. Por un lado, el sonido del charango, el timbre, es muy particular y parte de eso tiene que ver con la disposición de las cuerdas. En general, los instrumentos de cuerda, su inmensa mayoría, están ordenados de agudo a grave o de grave a agudo. La particularidad del charango es que tiene 10 cuerdas, cinco pares, y el par del medio tiene, juntas, a la cuerda más grave y a la más aguda. Entonces a alguno le puede parecer como más difícil que otros instrumentos, pero cada instrumento tiene sus particularidades. El charango no es más difícil ni más fácil que ningún otro. Luego, también vinculado al sonido, creo que transmite una mezcla de sentimientos, de sensaciones, donde conviven la alegría y la fiesta con la melancolía- Remite de alguna manera a ese región de la zona andina del norte argentino, el noroeste y norte de Chile, Perú, todo Bolivia y demás. Esa expansión hizo que adquiera en cada región una forma diferente, una identidad propia que distingue al charango de Argentina del de Chile, del de Bolivia o el de otros lugares.
Para ir
Rolando Goldman estará en Río Cuarto el jueves 13, en el marco de la Semana de la Cultura. Allí presentará un libro y dará una charla, y a las 20 tocará en Viejo Mercado como parte de su gira de “La ruta del charango”. En tanto, actuará en Unquillo el viernes 14, en La Minerita, y en Córdoba hará lo propio el sábado 15, en el Centro Cultural Graciela Carena (donde también dará un taller de charango por la mañana). Más información en las redes del artista.

























