Solista magnético, con aura, flaco, fachero, cuartetero y cordobés. La enumeración descriptiva podría referir tanto a Rodrigo Bueno como a Luck Ra.
El primero y a comienzos de 2000, le dio estatus pop al cuarteto característico protagonizando un meteórico fenómeno de popularidad. Meteórico de verdad, por cuanto duró poco más de un semestre.
Y el segundo y en tiempo presente, filtra una versión más elástica de nuestro ritmo regional en el magma urbano que nos atraviesa con todo su ardor.
Meses más, meses menos, 25 años separan los espasmos de popularidad de uno y otro, una distancia temporal que, sin embargo, no neutraliza la tentación de trazar un paralelismo analítico que, incluso, habilite la posibilidad de plasmar similitudes y diferencias. Eso, precisamente, es lo que haremos a continuación.
Hay circunstancias que ayudan a fundamentar este recorte: la proximidad del 25° aniversario del fallecimiento de Rodrigo y la certeza de que Luck Ra refuerza estatus de popular y masivo luego de publicar nuevo disco, Qué sed, y de anunciar que lo presentará oficialmente en un estadio.
Similitudes entre Rodrigo y Luck Ra
Picante, entrador, bien cordobés. Podríamos sumar bocasuelta y con estampa más aura de estrella. Esos rasgos sobresalieron en el explosivo raid artístico-mediático del Potro a comienzos del año 2000, en el que encandiló a conductoras, conductores, productoras, productores y, por supuesto, a un público entre la niñez y la juventud, ávido de un popstar dispuesto a estar 24/7 a su demanda de flash. Esa actitud contrastaba con la de los grandes popes del rock, que elegían el hermetismo, el misterio y el escaso contacto con la prensa.
Pero si el de Rodrigo fue un fenómeno de masas con epicentro en la TV abierta, el de Luck Ra, claro, tuvo a la vía láctea digital en la que nos perdemos a diario. Allí, el de Marqués de Sobremonte, a su turno, streameó su mundo privado; compartió sus cachivacheadas con la música que, de a poco, tomaron cuerpo de hits cuando las produjo y amplificó en estudio; y entrega grageas de vida privada con retórica empática y chispa.
En fin, dos fenómenos surgidos en contextos socioculturales muy distintos, aunque con carismas imparables y el rasgo en común de que no necesitaron mostrar su documento de identidad para dar testimonio de su procedencia.

Compositor de sus propios temas. En la segunda mitad de los ’90, y luego de probar suerte como intérprete de clásicos románticos o de probados hits centroamericanos, “el Potro” Rodrigo se decidió a desoír consejos sobre lo que debería hacer y puso manos a la obra para hacer lo que siempre quiso: cuarteto característico con máximo apego a las fuentes. En paralelo a esa determinación, no sólo relevó composiciones más afines a su nuevo enfoque, sino que se soltó como compositor. El disco A 2000, grabado en vivo, reúne clásicos inextinguibles del género, en los que dio muestra de picardía y olfato pop. Eso precisamente es lo que exuda Luck Ra cada vez que propone simple, disco o colaboración.
Como Rodrigo Bueno, Juan Facundo Almenara Ordóñez atiende su propio instinto, sólo que al primero le llevó años descubrirse como creador en el circuito bailable del conurbano, mientras que el segundo se destapó en un mediano plazo de experimentación con herramientas digitales caseras. Un largo camino al cielo y Soy cordobés hablan de igual a igual con Te mentiría y La morocha, por caso. Sólo para que conste, dos títulos de cada uno es apenas un recorte en sus respectivas obras. Una, ya legada; la otra, en desarrollo.
El rock, siempre ahí. En su casa, el niño – adolescente Rodrigo no sólo tuvo disponibles los lanzamientos discográficos de cuarteto. Por supuesto, el ser hijo de un productor discográfico (Pichín Bueno) también le permitió tomar contacto con otras músicas. En otras palabras, el Potro estuvo en situación privilegiada en relación a un melómano promedio.
Su enamoramiento del rock se decantó de esa situación; y se reforzó por la relación artística – afectiva con Los Navarros. Marcos Bima, guitarrista de esa banda, fue socio musical de Rodrigo en sus “años tempranos”.
En el caso de Luck Ra, el género fue otro de tantos estimulantes que formatearon su expresión, pero durante su show en Cosquín Rock dejó en claro que Charly García es una referencia. En la última edición de la máxima cita del rock nacional, el artista del momento tuvo la osadía de llevar a nuestro ritmo regional a Yendo de la cama al living, cuyo espíritu también afecta a Un largo camino al cielo de Rodrigo. Es que en esa canción, en su homenaje a un amigo muerto, el Potro no sólo canta “te la pasaste yendo de la cama al living” sino que hasta nombra a Charly García. “Yo sé que pronto nos veremos/ para hablar de Racing, (de Nueva Italia) de Charly García”, se le oye allí.
Explotó fuera de Córdoba. Rodrigo no alcanzó a sacarse esa espina. La espina de no poder haber desarrollado su carrera en el circuito de clubes de la Capital provincial, ciudad en la que apenas hacía bailes en espacios de alcance mediano como Jerónimo y Margarita en días hábiles. Tal como planteamos arriba, él se curtió en otro circuito, mucho más demandante y vertiginoso que el cordobés: el de los tinglados del conurbano bonaerense y en pleno estallido de boy bands cumbieras. Hostil, claro. Acá, aseguraba El Potro, había un complot contra él.
Si bien Luck Ra no necesitó de una geografía específica para madurar su música, su espaldarazo como solista lo encontró como residente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde están la sede de su sello discográfico (la filial argentina de Sony Music) y la de la productora Dale Play, que le organizará el primer show de estadio de su carrera. La cita será en Vélez, el próximo 4 de octubre.
En Caba, además, Luck Ra convive con La Joaqui, su novia desde el año pasado y con la que tiene una relación armónica. Eso, a juzgar por sus publicaciones de redes y por declaraciones categóricas como la siguiente de la cantante RKT: “Sos el novio con el que cualquier chica sueña desde que es chiquita, no sé qué ves en mí, pero ojalá no dejes de mirarme”.

Tiene un socio creativo. Rodrigo trabajó codo a codo con Tedy Tessel. El acordeonista fue director artístico de la banda de acompañamiento del Potro en su hora más gloriosa. O de una formación con química callejera que supo conciliar frenesí con rigor interpretativo.
Primero, Tedy formó la base de músicos experimentados que Rodrigo necesitaba para ser certero en cuestiones tímbricas - rítmicas, junto al bajista Daniel “Maquinaria” Castillo, el baterista Alberto Campos (padre de “Magui” Olave), el percusionista Darío Vilta y el pianista Alejandro Biasco (sujeto de homenaje en Un largo camino al cielo, tras su fallecimiento en 1998). Después, Tedy devino en arreglador, coautor y, con el tiempo, en protector del legado del Potro.
Luck Ra, en este punto, tiene consigo a Ramky En Los Controles, quien luego de clavarla al ángulo con Te mentiría, Ya no vuelvas, La morocha y Hola perdida, y de ganar premios Gardel por dos de esas canciones, se convirtió en uno de los productores más codiciados de la industria discográfica argentina.
Javier Darío Sanglerman Franza, tal el nombre de Ramky En Los Controles, es cordobés como Luck Ra y amigo de toda la vida. Juntos cursaron jardín, primaria y secundaria (en el García Faure, en el impreciso límite entre Cofico y Alta Córdoba). “Nunca tuvimos un plan B”, le dijo a La Voz Ramky En Los Controles. “Más allá de meternos en una carrera por una cuestión social (él en Psicología; yo en Abogacía), siempre pensamos en la música y volábamos con eso, medio soñadores. Siempre fuimos por ese lado. O terminábamos en la calle o nos salía bien”, añadió.
Diferencias entre Rodrigo y Luck Ra
Pudo hacer exportable al cuarteto. En la previa de su histórica serie de presentaciones en el Luna Park, Rodrigo habló con La Voz y, entre otras cosas, blanqueó sus anhelos de que el cuarteto sea exportable. “Quiero rescatar el sentido de nuestra música, enseñarle a todo el mundo que el cuarteto viene de los inmigrantes italianos que se establecieron en Córdoba y que nuestra tonada surge de los comechingones”, dijo en aquella oportunidad.
“Para eso, voy a hacer un disco con Carlitos Rolán y Eduardo Gelfo y lo voy a ir a mostrar por España e Italia. También estoy escribiendo un libro. Se va a llamar Dios, Patria y la Mona Jiménez. Lo tenía casi terminado, pero tuve que interrumpirlo porque tenía que empezar a hablar de mí. Y eso me cuesta”, completó sobre los planes que una fatalidad rutera interrumpió (muy) poco tiempo después.
Luck Ra pudo concretar ese anhelo casi como deriva natural de un artista popular argentino en la cúspide y en este tiempo. Por ahora, volvió relevante al cuarteto a escala Latam (gracias a sus cruces con Maluma, Elvis Crespo y Chayanne) con serias posibilidades de afectar al resto del planeta. En otras palabras, está ahí de volver global al tunga tunga en un globo completamente globalizado.
Menos agitación mediática. En el primer semestre de 2000, Rodrigo Bueno había copado la pantalla nacional. A excepción de noticieros, el cuartetero salía por todos los canales metropolitanos, sobre todo en el horario de la siesta, destinado a programas generalistas u ómnibus. Y en ellos hablaba de lo que él mismo había impuesto en agenda: probables romances; tensiones con su mánager o sus discográficas; promoción de concierto puntual… Lo que el lector que no lo haya vivido se imagine, todo y más. Una fascinante ultraexposición egomaníaca.
Aun como mitad de una pareja de alto perfil, Luck Ra es más sosegado en ese aspecto. Sólo utiliza sus perfiles de redes para dar diagnósticos de su presente artístico - emocional. Y a los medios los tiene sólo como complementarios instrumentos de promoción.
Es más colaborativo. Rodrigo tenía su banda, su socio artístico más relevante dentro de ella y a su propio instinto. Con eso le bastaba para hacer circular su renacimiento del cuarteto y rara vez dejaba entrar a él artistas ajenos a su mundo.
A pesar de que en la serie histórica del Luna Park convocó a parte de la Vieja Guardia de nuestro ritmo regional y a Pipo Cipolatti de Los Twist, su obra legada permite concluir que su mundo creativo era bastante hermético y que a lo sumo permitía acceder a almas afines como la del percusionista peruano Bam Bam Miranda. Es probable que de no haberse producido el accidente vial que le quitó la vida, Rodrigo hoy estaría ejerciendo como un artista popular de estatus clásico y producción permeable. Es contrafáctico, nunca lo sabremos.
Luck Ra dialoga con el carácter permeable de este tiempo. De hecho, uno de los primeros sobresaltos de popularidad lo da gracias al nuevo impulso que La Konga le dio a su hit Te mentiría. Luego compartió grabaciones e impulsos con Oscu, Agus Padilla, Ke Personajes y Khea. Y su propensión a juntarse se agudizó de cara a Qué sed, su más reciente disco de estudio que lo muestra junto a la citada tríada latina (Elvis Crespo, Chayanne, Maluma) y con Ulises Bueno, el hermano del Potro.
“Las colaboraciones son una fiesta. Es un proyecto que combina amigos y artistas que formaron parte de mi historia”, dijo Luck Ra sobre los más recientes cruces.

Es hincha de Talleres. Rodrigo Bueno es uno de los hinchas más populares que tuvo el Club Atlético Belgrano a lo largo de su historia, que ya lleva 120 años. Sus fotos con la remera Le Coq Sportif y el gorrito piluso del Celeste son inmortales, y sirvieron de molde para la estatua que se dispuso en 2021 en una de las plateas del Julio César Villagra.
Rodrigo seguía mucho a Belgrano cuando jugaba de visitante en Buenos Aires y en esas ocasiones ejercía de hincha – hincha: insultaba árbitros, pedía huevos, alentaba. Incluso, alguna vez trascendió que hubo un cruce tenso con Julián Maidana, exjugador del Club Atlético Talleres, en un avión que hacía la ruta Aeroparque Jorge Newbery – Aeropuerto Ambrosio Taravella.
Luck Ra, nada que ver. “¿De qué cuadro sos?”, le preguntó este diario en febrero de 2024, cuando ya nos miraba desde la cúpula. Y esto contestó: “Toda mi familia es de Talleres y yo soy de Talleres. Me gustaría ir a la cancha y ver los partidos, pero no me queda otra que ver los resúmenes. Talleres me mandó una remera”. El Potro era más ardiente en este aspecto.
Una visión menos “roots” del cuarteto característico. Sony Music promociona a Luck Ra como “la voz indiscutible del cuarteto argentino”, y considera a Qué sed como celebratorio de su “identidad cordobesa”. Posteriormente, en el respaldo la multinacional da en la tecla con respecto al concepto subyacente en la obra del egresado del García Faure: “Luck Ra es dueño de un talento y un carisma arrasadores, además de sinónimo de cuarteto, baile y felicidad”.
De esta presentación, lo único discutible es el calificativo “indiscutible”, aunque también se puede señalar que Luck Ra es algo más que un cuartetero de raíz y, por ende, no se siente inmovilizado por las expectativas del cuartetero puro y duro, si es que existe este estereotipo a estas alturas.
“Yo escuché y escucho de todo. Mi familia siempre fue muy rockera… En casa podía sonar la Bersuit o Calamaro. Y por la mías arranqué con Gorillaz y Foo Fighters. A partir de ahí me empezó a gustar tocar a guitarra, después llegó al reguetón… El cuarteto fue el género que me gustó más recientemente, y empecé a notar que, en una canción con ese estilo, podía meter ahí todos los otros que me cuadran. Le agarré el gustito”, le contó Luck Ra a La Voz. Revelador.
En vivo
Luck Ra, entre nosotros. Este sábado, a las 21 y en el Parque de Asistencia del Rally Mundial en la Costa del Lago de Villa Carlos Paz, Luck Ra finalmente ofrecerá el show que tenía previsto en esa ciudad, en enero pasado.
Lo hará en el cierre de las actividades previstas por el municipio local para el mes de abril y Semana Santa. Malparidas, Barrio Mambo y La Kumbata serán las bandas soporte del cantante del momento. A su vez, el espectáculo se ofrece en el marco del ciclo Coke Studio, que en esta oportunidad comenzará a las 17.30. Entrada libre y gratuita.
Por otro lado, Luck Ra es uno de los artistas que destaca la grilla de la nueva edición del Festival Nacional de Cuarteto, a realizarse el 1° de mayo en el playón norte del estadio Mario Alberto Kempes con Carlos “La Mona” Jiménez como número central. En ese megaevento, el show del cantante del Marqués de Sobremonte está previsto después de la medianoche, más precisamente a las 0.50 del 2 de mayo. Entradas en universotickets.com.
Trivia
Aquí está disponible la trivia “¿Cuánto sabés de Córdoba?”, para que puedas saber cuál es tu nivel de “cordobesitud” y después presumí el resultado con nuestro diploma. Es una edición conjunta entre La Voz y Universo Jiménez. ¡No vale googlear!