Rocco Posca publicó en abril su cuarto disco de estudio, Amor valiente, cuya primera presentación oficial será el próximo sábado 5 de julio en Buenos Aires, en el mítico bar The Roxy. El artista, residente de nuestro Valle de Traslasierra, conversó con La Voz sobre la obra citada y sobre temáticas acaso más profundas, como el misterio de la composición o el valor que la música tiene en su vida.
Rocco es un músico casi nato, que agarró la guitarra a los seis años para no soltarla jamás. Con apenas 17 años publicó su primer disco, Niños del universo, que no sólo captó la atención de artistas argentinos de peso como Fito Páez o David Lebón, sino también de otros extranjeros como Gordon Raphael, productor de The Strokes. Raphael acompañó a Posca a grabar su segundo disco: Fervor (2018).
Los primeros movimientos de Posca en la música pasaron algo desapercibidos hasta su participación en La sociedad de la nieve, en el papel de Ramón Sabella. Fue a partir de ese trabajo actoral que sus discos fueron redescubiertos.
“Fue algo muy loco, yo en ese momento saqué un single, Viento helado, inspirado en la película”, relató Rocco.
“Tuvo mucha repercusión, lo que llevó a mucha gente a descubrir mi música: de golpe tenían tres discos para escuchar. Fue un flash, para mí fue salir de gira para presentar tres discos”, añadió entusiasmado.
Lo sorprendió gratamente la recepción de los concurrentes: “Cuando publiqué el single En la Tierra, yo estaba haciendo una gira en Perú... La canción había salido hacía cinco días, pero la gente la cantó como si la hubiese escuchado toda la vida”.
Pero luego, todo fue más allá: “Publiqué Pacto y al día siguiente, en Madrid, todo el mundo la cantó. Fue una locura”, expresó Rocco. El artista admite que estas gratas experiencias le dieron mucha tranquilidad para el show de presentación de Amor valiente. “Me da la sensación de que va a ser una fiesta total”, aventura.
Para Posca, actuar en La sociedad de la nieve le cambió la carrera, pero él asegura que se siente más músico que actor. “Hay algo de impotencia en la actuación. A menos que escribas, siempre vas a estar condicionado a que te llamen para poder actuar; estás a la deriva”, reflexionó.
“La música, gracias a Dios, no tiene eso: uno escribe canciones, las publica y sale a tocarlas”, destacó Rocco, quien considera a Amor valiente como una síntesis de sus obras anteriores.
“Las mejores letras de mi discografía están en Niños del universo, no hay dudas. Me agarré de frases de libros como el I Ching y escribía sobre lo que me generaban, tenía un vuelo re loco”, reconstruyó.
“Ya para Fervor sí escribía a partir de experiencias propias, pero El gaviota es directamente un mapa de mi vida”, explicó el hijo de Favio Posca, antes de entrar de lleno a las temáticas de su nueva entrega.
“Amor valiente tiene que ver con eso, con ser una foto de mi vida. Sin embargo, también tiene mucho de Niños del universo. Habla mucho de lugares y cosas que no me pasaron, son reflexiones o voladuras del momento; sentir algo y darle rienda suelta”, confesó.
Ejemplificó lo anterior con canciones como Nueva vida, que para él significa la posibilidad de “comenzar algo desconocido y entregarse completamente”.
Moderar, en tanto, es un tratamiento “más existencial”.
“Es una foto más actual de mi vida”, refuerza.
Moderar se destaca por sus guitarras acústicas en un estilo mucho más tradicional y folklórico que el resto del disco, más pregnado de sintetizadores y efectos electrónicos.
Cuando se le preguntó por esta decisión estética, respondió sincero: “Como todo lo que hago, no tengo idea por qué lo hago. Aunque siempre estén nucleados en el rock, mis discos suelen ser muy eclécticos”.
“En Fervor hay una milonga y un tango, en El gaviota está Tres tigres, una canción que tiene dos partes, que empieza siendo un flamenco cantado a capella y termina siendo una mezcla de rock con electrónica y flamenco”, complementa.
“Me divierte mucho hacer cosas que no tengan mucho sentido literal e ir haciendo lo que me pida la música. Últimamente la vida se me está transformando en una partitura, estoy sintiendo las cosas de manera muy musical. Pasar los problemas que tengo a un plano musical me está ayudando a vivir las cosas de un modo más vibratorio y menos rígido del pensamiento”, reveló.
Para Rocco Posca, la composición es un misterio
Para Rocco, la composición sigue siendo un misterio. Confesó sentir una extraña reverencia a este fenómeno, porque siempre que buscó componer con una intención en particular, le dejó de gustar a la semana. “Con el tiempo fui entrenando esa cuestión de entrega y aceptación; la música es un campo mucho más misterioso del que uno creería. A mayor entrega, mayor música”, interpretó.
La atracción seductora que ejerce el misterio sobre Rocco es lo que lo sienta a componer. Y también lo que lo lleva a desestimar producciones con Inteligencia artificial (IA).
“Me embola la IA. Justamente lo que me gusta es entrar en un territorio desconocido y misterioso. Esa seducción con la energía es un ida y vuelta: Uno entrega una energía a lo desconocido, que regresa diferente”, soltó.
“Lo divertido de la música es hacerla. Me aburre poner un prompt en ChatGPT y que me haga una canción, incluso si es un hitazo, porque pierde la sensualidad, el misterio”, señaló.
“Siento que corremos peligro de perder la capacidad de sentirnos incómodos” resumió el artista.
“Está bueno no saber por dónde empezar. Está bueno sentirse perdido, sentir vértigo, querer un sonido que tengas que buscar: eso es lo que me mueve. Eso es lo que me motiva a hacer música. El resto no me mueve, no me calienta”, sentenció.
La invaluable integridad de Rocco Posca
Recientemente fue tendencia en X (antes Twitter) una polémica protagonizada por Dillom. Entre otras cosas, el youtuber Leandro Serodino argumentó que tanto él como sus músicos tienen “incapacidad para afinar” y aseguró que toda persona que lo apoye “merece que le quemen las neuronas con mierda”.
Rocco fue claro al respecto: “Nadie para decir nada de nadie”.
“Si para alguien es íntegro o trascendente hacer música clásica, que así sea. Si le es íntegro hacer otro género, que haga otro género. Yo siento que cada uno tiene que ir con el corazón adelante, con lo que siente; nadie es nadie para decir si algo es bueno o malo, lindo o feo”, sostuvo.
“Me cuesta mucho cuando se catalogan las cosas como ‘esto es una mierda’. Esto es buenísimo, porque siempre tiene mucho que ver con una subjetividad”, desarrolló el artista. E inmediatamente observó que todo esto “es algo muy de esta época”.
“Lo importante es hacer las cosas con integridad, y si alguien después lo puede escuchar y recibir, buenísimo -evalúa. Pero el valor de la obra está siempre en el artista”. “Las cosas que no son verdaderas, que son importadas o que tienen un interés extra me aburren, no me mueven la aguja. Lo que me la termina moviendo tiene más que ver con si la obra está viva o no”, cerró.
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