En el año que celebra sus 50 años con la música, Peteco Carabajal decide hablar de todo. Es una ocasión única y hay que aprovecharla. Por eso, en la previa de su festejo en Córdoba, este sábado en el Teatro Real junto a invitados especiales, se explaya sopbre diferentes momentos junto a grandes figuras de la música argentina y varios que tienen que ver con Córdoba.
1) El día que grabó con Charly: “Se fue sin escuchar nada”
La entrevista se da a pocas horas de que Charly García cumpliera 73 años, cinco más que Peteco. Imposible no preguntarle por aquella grabación para el volumen dos de Ckayna Cunan, un disco en el que el santiagueño reversionó sus clásicos junto a invitados de todo tipo y que el año que viene cumplirá dos décadas.
En este caso, García fue convocado para La canción del brujito, un tema de la época de MPA (Músicos populares argentinos) dedicada nada menos que a Diego Maradona. “Lo busqué a Charly durante tres meses, pero nunca podía hablar con él, siempre hablaba con otros. Era una época complicada. Hasta que un día estaba en el estudio y me dicen que tenía una llamada. Cuando atiendo, era para avisarme que Charly estaba yendo en ese momento”, introduce Carabajal, quien se mostró totalmente sorprendido por el anuncio intempestivo.
Luego sigue: “Llegó junto a una parejita de jóvenes. Saludó bien a Eddie Sierra, el dueño del estudio, cantante también, a quien yo le había avisado y minutos antes había guardado varias cosas por miedo a que Charly la pudriera. Hasta me mostró un bate de beisbol, un exagerado.
Cuando Peteco comenzó a “pasarle” el tema a García, la parejita le trajo una botella de vodka. “Al rato ya estaba en otra frecuencia y provocador como es se levantó del piano y fue a tomar en el micrófono para pelearlo a Eddie. Yo no sabía dónde meterme. Por suerte Eddie no lo vio. Lo cierto es que grabó un única toma de piano y voz y después se fue. Ni entró al control para escuchar. Se fue directamente y no lo vi nunca más”, cierra.
2) 24 horas con La Mona: “No hay nadie así en el mundo”
“Una de las cosas más fuertes que me han pasado es estar un día con La Mona. Me invitó a grabar un tema, Tú me enseñaste a ser infiel (incluido en el disco Revolución de 2012)”, comienza Peteco.
Sigue: “Me pagaron el pasaje desde Buenos Aires, me van a buscar al aeropuerto y me llevan a su casa. Ahí me dice que me va a mostrar cómo es un día de La Mona. Lo abracé y le dije, ‘¡que maestro!’ Ahora vas a ver a las cinco de la tarde’, me contestó”.
Peteco cuenta que había como dos cuadras de gente para sacarse fotos. “Besaba a algunas de las chicas y los novios se reían. No hay nadie así en el mundo. De ahí fuimos a un evento en un hotel y revolucionó todo en un minuto. Ni siquiera cantó”, continuó.
Todo terminó en un baile, como no podía ser de otra manera. “Era un día de jueves. En esa época tocaba de jueves a domingos creo. Y me iba contando anticipadamente todo lo que iba a pasar y me lo iba mostrando. ‘Ahora llegamos, tengo el micro, unos masajes, por ahí sube alguna chica. Sino, no soy la mona Jiménez, ¿viste?’ me decía. Realmente, un personaje único. Después ya no me acuerdo mucho más” (risas).
3) El mito de Jacinto Piedra: “Les rompe la boca”
Una de las cosas a las que siempre le esquiva Peteco es a la cuestión de la “leyenda viviente”. La charla deriva en Jacinto Piedra, su gran compañero creativo de quien se cumpliría en pocas hora un nuevo aniversario de su trágica muerte (25 de octubre de 1991).
Ante la pregunta de que siente cuando lo colocan a Jacinto en ese lugar mítico, Peteco responde sin filtros: “Hasta han generado un competencia conmigo. Insólita. Hay veces que le he escrito a tipos y les digo: ‘mirá, si Jacinto te escuchara hablar, les rompe la boca’. En ese tiempo, para los dos eran más las falencias que las cosas bien pensadas o bien hechas. Era todo un poco punk. Otros decían que Jacinto era el precursor de la guitarra eléctrica en el folklore, por un show de MPA en el Teatro Astral. ‘Lo vi tocando por primera vez una Fender en el folklore’, leí una vez. ¡Y el que tocó la Fender era yo! Y no era mía, ni tenía guitarra eléctrica.
4) La guitarra de Titi Rivarola: “No tenía eléctrica yo”
Algo similar ocurrió en el momento de grabar Historias populares, un disco emblemático de Peteco registrado en vivo en el Club Juniors de la ciudad de Córdoba en agosto de 1995 y publicado al año siguiente.
“Fue para una gran peña del Exodo Jujeño. Fue una actuación inolvidable en la que estuvieron de invitados Víctor Heredia, León Gieco y Mercedes Sosa, con quien grabamos Las manos de mi madre (Cómo pájaros en el aire)”, rememora.
Ese día, Peteco también tocó con una guitarra eléctrica. “Como no tenía, se la pedí al Titi Rivarola, gran guitarrista de Córdoba”.
5) MPA en Córdoba antes de ser MPA
Si hay un show fundacional para Peteco en Córdoba es el que brindó en el Teatro del Libertador San Martín junto al Chango Farías Gómez, Jacinto Piedra, Verónica Condomía y el Mono Izarrualde, con quienes meses más tarde formaría el gran proyecto MPA (Músicos populares argentinos).
“Nos juntamos porque me llamó Chango, y yo lo llevé a Jacinto, y él a Mono y Verónica. No lo conocían a Jacinto en ese momento. Nos pusimos a tocar y a la media hora ya teníamos como cinco temas armados”, cuenta.
Luego completa: “Fue así, sin proponérselo. Yo canté Las manos de mi madre, Chango agarró el bajo, el Mono la flauta. Después Jacinto cantó Te voy a contar un sueño, Chango Maturana, tocamos El Humahuaqueño. Se armó ahí. Entonces Chango nos dice que esa semana tenía esa actuación en Córdoba. ‘Si quieren venir, nos repartimos la guita’, nos tiró”.
“Vinimos y fue una bomba. Cuando volvimos, nunca habíamos hablado de armar algo. Pero vimos lo que pasó, era obvio que nos teníamos que volver a juntar. Y ahí sí Chango habló del proyecto que él ya lo venía madurando, y puso de ejemplo la MPB (Música Popular Brasileña). Entonces sugirió MPA, y le dijimos que sí, todos. Así nació”.
