Marilina Bertoldi tiene todo para ganar centralidad en estos días turbulentos. Publicó un disco con título que nos interpela a analizar qué tan funcional somos al eje del mal (Para quién trabajás); hizo diseñar una tapa que la muestra como superheroína cacheteando a un espécimen masculino; expuso un modo de producción alternativo, centrado en beats y moderado con respecto a la expresión rockera; y le dio a Malena Pichot la responsabilidad de dirigir un clip en el que se burla de las popstars que no se manifiestan políticamente.
Sí, Marilina Bertoldi tiene todo para ganar centralidad, mientras que La Voz el privilegio de tenerla disponible vía Zoom para hablar de lo arriba enumerado.
–¿Para quién trabajás, Marilina Bertoldi?
–Tanto en el título como en el contenido, estoy hablando de que todos tenemos el mismo jefe. Alguien que mete mano en nuestra vida privada, que está presente cuando tenemos que descansar diciéndonos que seamos productivos, que nos fijemos mucho en la guita, que no perdamos el tiempo porque… ¡¡¡Porque el tiempo es dinero!!! Ese jefe. Mi conclusión, o al menos lo que quiero decir con ese título, es que estamos todos cagados.

–¿Cómo fuiste hacia esta producción tan minimalista, tan de homework de jugar con baterías electrónicas, de tocar casi todo vos misma? ¿Es un proceso de deconstrucción de chica de solista de banda ampliada a otra de entrecasa pero súper experimental?
–Bueno, tiene muchas razones de ser, pero la más importante tiene que ver con que quería encontrar una nueva manera de sonar y de pensar el rock. Quiero aggionarlo y, a la vez, llevarle las raíces a la gente que no conoce. La idea es ser un puente del presente al futuro. Y en ese intentar sonar distinto a lo que venía sonando, me replanteé algunas cosas. Siempre compuse con la viola, por lo que cada vez que agarro una viola suena a mí o a lo que sea que haya plasmado a partir de ella. Ahora dije “basta de esto, necesito encontrar mi sonido en otro lugar. No puede estar depositado en un solo lugar mi sonido, tiene que estar en varios lugares, tiene que ser otra cosa más difícil de definir”. Por otro lado, al querer producir yo las cosas, tenía que empezar a trabajar con todo lo que pudiese afectar y tocar. Y ahí es donde, de repente, desaparecen las baterías y aparecen las máquinas de ritmo. Son máquinas de ritmo antiguas, en las que yo pude empezar a meter mucho más mano.
–¿Y cómo harás para llevar este enfoque experimental al vivo?
–Este disco me cambió completamente el formato. La banda es otra, directamente. Está pensada para transicionar desde el disco nuevo (con sus teclados y máquinas de ritmo) a banda de rock. Es una banda súper híbrida en todo sentido, que pasa de todo el tiempo desde este sonido como muy moderno hasta la rusticidad de una banda de rock. Es muy divertido de gestionarlo, algo nuevo para mí.
Marilina Bertoldi y todo lo que quiso decir en El Gordo
–¿Cuál es el mensaje subyacente en el tema “El Gordo” y qué te propusiste en el clip?
–La letra salió de la improvisación. Estaba improvisando la melodía y esa es la letra que salió. Estaba jugando un poco a ser Spinetta. Me estaba riendo de cómo podía cantar Spinetta a esa melodía y de repente canté “Van a despertar al Gordo”. Inmediatamente pensé “me divierte un montón decir esto”. Y obviamente, cuando desarrollé empecé a entender quién quería que sea ese gordo al que no hay que despertar… Porque va a ser terrible. Me pareció una manera cómica de hablar de algo difícil. Y no sólo eso, verbalizarlo de una manera muy argentina.
Para Marilina Bertoldi, el concepto de El Gordo se relaciona al modo cariñoso con el que lo usamos acá: “es un gesto de cariño decir ‘El Gordo’. ‘Ahí viene El Gordo’. Al Gordo lo quiero, lo quiero mucho, es un tipo querido. Es un bebé, es una buena persona… Bueno, quise jugar un poco con el imaginario de quién es El Gordo. El Gordo es el otro, la gente. No jodan con la gente porque, en el momento que se pudre, se pudre, no hay vuelta atrás”.

“Tengo miedo por lo que le pueda pasar a El Gordo. El Gordo va a ir con todo. Es como una advertencia: en algún punto estoy viendo que esto se viene y no, por favor, que no pase. Y el video toca la cuestión con el mismo sentido del humor que tiene la letra y esa liviandad de decir ‘Vamos a hacer una parodia, un chiste sobre la época con ese mismo tono medio boludo’. Del modo que sea, cuando tocas un tema sensible termina siendo profundo en algún punto. Malena era perfecta para dirigir algo así, ella tiene ese tono en todo lo que hace”, completa la artista santafesina.
–Y el hecho de que salgas caracterizada como una popstar, ¿fue una decisión tuya o una idea de la directora de Malena?
–Salió de conversaciones. Porque había que determinar los personajes salientes de este programa televisivo. La conductora es la única que demuestra saber lo que está pasando afuera y que decide conscientemente no hacer nada al respecto. Y no sólo eso, lo usa a su favor. Como que dice “Esto me va a dejar bien parada a mí como periodista”. Y después están el coach, la popstar, el productor… Hay un montón de gente. Nos parecía divertido que yo sea una popstar, porque bueno, hago rock y era el chistecito. Pero son todos personajes que siguen con sus respectivas vidas, más allá de que se caiga todo a pedazos. Un extremismo, ¿no? Nos pareció divertido y que era muy claro. Nos reímos, no pasa nada, nadie acá está acusando a nadie de nada. A mí me encanta el video, estoy muy contenta. Tiene distintas interpretaciones y está la gente que se enoja hasta la que le divierte un montón.
–¿Reaccionará “El Gordo”? ¿Reaccionará el pueblo?
–No lo sé. Es más esta canción fue la primera que compuse del disco junto a La casa de A. Fueron las dos primeras y las siento muy hermanas por la estructura. La compuse hace mucho, allá por el 2022, 2023. Siento que yo estaba muy inocente, como que pensaba que la gente tenía más límites. Límites más marcados. Veo que todos estamos muy aturdidos por todo lo que pasa, por la violencia que hay entre miles de bandos. Todo el mundo se odia; es un momento muy complejo en el cual no es tan fácil que la gente se una. Desde los medios está muy bien manejado eso de que parezca que lo que pasa no nos pasa. Tengo esperanzas de que, al menos, la gente se despierte. Después, veremos.

Marilina Bertoldi avisa y no traiciona
–En “Por siempre es un lugar” te pones sentimental. Ahí, la protagonista plantea que ella es difícil para desarrollar una vida en pareja. ¿Es autorreferencial?
–Es el único tema en el que habló un poco del amor en el disco. Este disco me agarra en una época de mi vida en la cual estoy en otra. Digamos, el amor no es mi prioridad. Se nota porque en otros discos sí hablaba mucho más de eso. Ahora, la época me lleva por adelante, me lleva puesta, y al amor entro con advertencias. O diciendo “Che, tengo este equipaje”, ¿viste? O “Vengo con esta la valija” o “La mochila es esta. ¿Qué onda?” “Si sos muy increíble, es probable que no puedas conmigo”. La dejé en el disco porque, creo, habla también de esta época en la que nos resulta difícil vincularnos. Es un momento raro para eso.
–Relacioné esa canción con lo que expresaba Amy Winehouse en “Yow Know I’m No Good”…
–¡La que avisa, no traiciona!
Marilina Bertoldi, sobre la condena de Cristina Fernández de Kirchner
–¿Cómo viviste la condena de Cristina?
–Estuve hasta bastante tarde con reuniones, así que me enteré todo de golpe. Cuando a las 11 agarramos el celular, todos los que estábamos reunidos nos quedamos en silencio mirándolo, impactados. Es una época en la cual siento terror pero también, contradictoriamente, un poco de esperanza. A veces se toca fondo y pasan cosas terribles que terminan sacando lo mejor de la gente. Lo que vi como repercusión, y a ella tan entera, me hizo pensar que quizás esto sea lo que necesitamos como golpazo para empezar a agruparnos, a unirnos, a escucharnos y a dejar de pelearnos por boludeces. Hay gente con la que sí entiendo que te pelees porque no tenés ningún tipo de coincidencia, OK. Ahora, ¿por qué los que coincidimos en cosas básicas nos cuesta construir? No puede ser que por no coincidir en algo estemos tan peleados.
–¿Puede cambiar esa cuestión?
–Tengo un poco de esperanza respecto a eso, a la unión y a empezar a enfocar en qué es lo importante. Lo importante es la gente que no puede comer, la que está en el día a día, los abuelos que tienen que cortar medicamentos y sólo comen los primeros días del mes, las personas con discapacidades. Mi mamá que trabaja en discapacidad, que trabajó mucho y es estudiosa de la cuestión, me cuenta cosas terribles a partir del abandono total del Estado. Hay que reaccionar.
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