Por estos días, se cumplen 29 años del fatídico acontecimiento que sacudió a la música popular argentina. Myriam Alejandra Bianchi, más conocida como Gilda, falleció en un accidente de tránsito el 7 de septiembre de 1996, dejando una huella imborrable en la memoria de todos.
La artista cordobesa Lucre Ortiz rendirá homenaje a la cantautora en Studio Theater, el próximo viernes 12 de septiembre.
En diálogo con La Voz, cuenta que la idea surgió de manera orgánica, a partir de su trabajo en fiestas privadas.
“La idea es agradecerle, porque su música me ha dado de comer mucho: es garantía de alegría, de fiesta. Trabajo mucho gracias a eso también. Y bueno, se cumplen 29 años de su fallecimiento. Por eso elegimos septiembre, y venimos trabajando desde marzo con un equipo de gente. Yo quería, en agradecimiento, hacer un lindo espectáculo con toda su obra, que siempre fue un gran legado para las compositoras que venimos detrás”, cuenta.
Y sobre el legado de Gilda en la música, agrega: “Yo trabajo mucho en eventos privados: animo fiestas, cumpleaños, la gente quiere que los haga bailar. Y te diría que casi siempre termino con Gilda, con un par de hits suyos. La verdad es que es un proyecto que tengo hace años, que quiero hacerlo. Hace varios años, con Ninfas, habíamos hecho un homenaje a ella, y estuvo buenísimo. Me quedé con ganas de hacer algo más a mi manera, con mi impronta”.
Finalmente, añade: “Todo eso tiene que ver con mi música. Con Dos Gardenias entré en el mundo de hacer música para que la gente baile. Esa energía es muy divertida y hace bien. Por eso fui entrando de a poco en la cumbia: del son cubano me fui yendo a la cumbia. Desde ahí, mi oficio es animar y hacer bailar a la gente”.
–¿Recordás tu primer acercamiento a su obra?
–Mirá, tengo 45, no lo recuerdo exactamente. Pero sí sé que esto de tocar en cumpleaños lo hago hace unos 10 años de manera más seguida. Antes era más en cumpleaños de amigos, que me pedían: “Tocate algo”. De a poco me fui metiendo en ese mundo de las fiestas y, ya te digo, me ha dado de comer.

–Y en este repaso de sus canciones para armar el show, ¿te sorprendiste con obras que quizá no tenías tan presentes?
–Sí, estuve escuchando bastante sus discos, tiene varios. Hay temas que no conocía. Ella tenía toda una banda de músicos peruanos, muy salseros, con arreglos que suenan muy bien. Llevaba la cumbia pero con esa influencia. La música está muy bien hecha, por eso es tan efectiva: yo toco apenas una melodía y la gente ya reconoce el tema. Eso no pasa con mucha música. Por ejemplo, No me arrepiento de este amor es tremendo. Pasó un poco a las canchas, se transformó en himno de cancha. Tiene eso. En el show incluí temas menos conocidos, como Dónde, dónde, pero tuve que recortar porque se hacía largo, así que dejé los hits.
–¿Te conmueve su faceta de cantautora?
–La verdad es que era una compositora muy próspera, muy creativa. En los discos no todos los temas eran suyos, pero los que son... marcan mucho. Y ella tuvo esa cosa de diferenciarse: estamos hablando de los 90, cuando estaban Lía Crucet, La Bomba Tucumana… Gilda tenía otra imagen, otra búsqueda. Les cantaba a las mujeres, y muchas empezaron a reconocerse y a empatizar con sus letras. Era novedoso en ese momento. También fue cancelada, no la dejaron; tuvo que remar con sus músicos, pelear por su lugar. Y además metió a la familia en la música tropical, que antes era un ambiente más rudo, más “puro huevo”.
Reina indiscutida
Más allá de la mención de Lucre sobre el ambiente de la movida tropical, es preciso rescatar el respeto que irradiaba Gilda. En las últimas horas, se viralizó un video de la artista cantando en la Unidad Penitenciaria N° 9 de La Plata. Allí interpretó sus hits, bailó con los internos y hasta compartió la mesa con ellos.
–¿Qué ves en el público cuando interpretás a Gilda?
–Es increíble lo que pasa con su música. Te digo más: en un velorio ponés una canción de Gilda y se levanta el muerto. Muy pocas veces me pasó (dos, contadas) que toqué algo de ella y la gente no se movió o no cantó. En el resto de los casos, he estado en todo tipo de eventos: cumpleaños, fiestas institucionales… Hace poco, estuve en una convención de médicos de toda Latinoamérica, y se prendieron fuego todos. Hay algo en lo que ella transmite que va más allá de la música: son los arreglos, las letras, esa energía con la que la gente empatiza. Ese es el gran legado que nos dejó. Por eso, con mucho orgullo y respeto, venimos preparando este show desde marzo.
–Me mencionaste Dos Gardenias, Ninfas: ¿en qué andás con tus proyectos? ¿Estás componiendo algo nuevo además de “Volverte a ver”?
–Sí. Ahora lo he dejado un poco en pausa porque, si bien estoy trabajando con un equipo de gente, la impulsora y productora soy yo, entonces hay que poner la cabeza al cien por ciento en esto. Pero sí, tengo música nueva que estamos cocinando con los músicos. La idea siempre es grabar, darle un poco más de tiempo a que esa música crezca, pero ya está bastante avanzada. Me encantaría, a fin de año, meternos a grabar; ese sería un gran proyecto. Yo me muevo mucho sola, y eso tiene que ver con el presupuesto: con mis músicos trabajo de manera sesionista, y cuando no hay plata, no vienen. Entonces me acompaño con el piano, tengo ese privilegio y esa independencia.
–¿Cómo ves este momento de la música y de los y las artistas, en un contexto donde es difícil producir, tocar, y en el que al público también se le complica pagar una entrada?
–Está redifícil. Les pasa incluso a bandas enormes como los Caligaris, que llenan estadios, pero han tenido que suspender fechas y viajar a México porque allá se mueve más que acá. Imaginate entonces para nosotros, que estamos en la música independiente. Yo soy consciente de que hay que seguir insistiendo y mostrando. Tengo otro proyecto que se llama Mujerío: somos cinco mujeres que hacemos música latinoamericana y también componemos. A veces te agarra la tentación de decir: “No vamos a ganar un mango”, pero tampoco podés quedarte quieto. Hay que asociarse con otras bandas, con los lugares, y adaptarse. Antes las entradas se vendían de otra manera; ahora hay que ofrecer promociones. Con Volverte a ver arrancamos con un 50% de descuento hace un par de meses, y eso le dio a la gente la opción de comprar con tiempo. La verdad es que está durísimo vender tickets. Acá, en la Minerita, donde estoy en Sierras Chicas, no va nadie. Está muy jodido.
Para ver
Lucre Ortíz presenta su homenaje a Gilda el viernes 12 de septiembre a las 21 en Studio Theater (Rosario de Santa Fe 272). Entradas desde $ 18.000 en alpogo.com