Este fin de semana, Gustavo Cordera tuvo que suspender dos conciertos programados en Paraná, Entre Ríos, y en San Francisco, Córdoba.
Si bien el exlíder de Bersuit Vergarabat había regresado al foco público tras ofrecer entrevistas a Pedro Rosemblat y Mario Pergolini, gran parte del público rechazó su vuelta a las primeras planas, aún marcada por los dichos que le costaron su carrera.
Así, durante la semana y en la previa de su presentación en Paraná, un grupo autoconvocado se manifestó en contra de la actuación del artista, logrando que no pudiera presentarse en la ciudad.
La Asamblea Feminista MLTTNB de Paraná repudió a Cordera y comunicó en redes sociales que habían conseguido cancelar el show.
“Cuando supimos que el show se canceló festejamos, porque significa otro logro, el de saber que nuestra marea sigue viva y que volvimos a sacudir ese poder hegemónico. Que sepan, eso sí, que estamos organizadles, para que el mundo sea un lugar menos hostil para nuestras infancias travitas, tortas y no binarias”, escribieron.
Qué pasó en San Francisco
La misma suerte del viernes corrió el concierto programado para este sábado en San Francisco, Córdoba, donde Cordera iba a presentarse en la disco Ibiza.
Por acciones del colectivo feminista, se decidió que el cantante no se presentara esta noche.
Desde la cuenta de Instagram del local bailable informaron que el concierto se suspendió “sin previo aviso”, por decisión del representante de Gustavo Cordera y de la producción del show.

Además, señalaron que el propio Gustavo Cordera será quien le explique a su público los motivos de las suspensiones.
La ciudad de San Francisco también estuvo movilizada por feministas que se manifestaron y repudiaron la llegada de Cordera.
A través de un comunicado difundido en redes sociales, las militantes recordaron que, pese a sus declaraciones públicas justificando el abuso sexual, Cordera continúa realizando giras, apareciendo en medios y editando discos. “Mientras ellos se preocupan por llenar un teatro, nosotras lidiamos con la violencia cotidiana, las cuotas alimentarias impagas y la sobrecarga de los cuidados”, señalaron.

Desde el colectivo sostienen que la discusión va más allá de un recital: “No se trata de censura ni de cancelar a nadie, sino de exigir respeto y espacios libres de violencia y apología del abuso. El arte y la cultura no se manchan”.
En el mismo sentido, denunciaron que los feminismos han sido demonizados y colocados como enemigos políticos tanto por sectores de derecha y el gobierno nacional, como por compañeros que cuestionan sus reclamos. “Nos atacan para desviar la atención de la crisis económica y social que agrava la situación de mujeres y disidencias, e intentan reinstalar prácticas machistas bajo el paraguas de la ‘libertad’”, afirmaron.

Sobre la utilización del escrache como forma de protesta, explicaron que se trata de una herramienta de visibilización ante la desigualdad de condiciones: “Ellos tienen micrófonos y festivales; nosotras, la calle y las redes. El escrache es la última herramienta para ubicar a quienes creen que sus palabras y actos no tienen peso”.
Finalmente, el movimiento convocó a repensar el rol de las masculinidades en la sociedad: “Ojalá en lugar de gastar tiempo en desacreditar al feminismo, se dedicaran a construir nuevas formas de ser varones que hagan de este mundo un lugar más justo e igualitario”.