En los últimos minutos de este sábado, La Mona Jiménez subió al escenario del Bum Bum para celebrar una nueva edición del festival y también sus 74 años. “Estoy feliz, no puedo creer que tengo 74 años y todavía me den bola, es muchísimo para mí”, dijo emocionadísimo el anfitrión.
El cuartetero fue la atracción principal de una grilla bien internacional y variada. Los cordobeses no se quisieron perder el canto de feliz cumpleaños ni la soplada de velitas del Mandamás, quien festejó con más de 30 mil personas y con la presencia de Residente, Pablo Lescano, Micky y Randi de Molotov y Joaquín Vitola de Indios.
Su vida pasa arriba de las tablas y en más de una ocasión declaró que morirá allí. Como es costumbre en cada uno de sus cumpleaños, volvió a subir al escenario para regalarle su música a todos y para sumar un año más de vida, demostrando porqué es el ídolo popular cordobés más querido.
Del mundo a Córdoba
La jornada comenzó temprano, con presentaciones de dos Djs, la banda de cumbia La Pleyer y La Lore Jiménez, con su repertorio de cuarteto característico como principal oferta.
El grueso de personas que ingresó a las 18 se encontró con un impecable recital de Indios. Los rosarinos recibieron a la gente con la cuota pop rock del festival y hits que se disfrutaron desde las sombras que hacían los mangrullos y algunos árboles. Perdiendo la cabeza, Tardes de melancolía, Tu geografía y Jullie fueron los más cantados por el público que terminó el concierto bien pegado a la valla. Joaquín Vitola, el carismático cantante del grupo, se despidió con invitaciones al próximo festival Cosquín Rock y anunció salida de nuevo disco para este lunes.
Luego, 19.10 puntual, apareció Dread Mar I, cuando el sol ya no pegaba de lleno en la cara de los cordobeses y el atardecer aplacó un poco el calor. Los puestos de hidratación estuvieron permanentemente concurridos y las barras funcionaron con fluidez.
La banda de reggae también tocó una hora de éxitos marcados en la memoria popular. Así, sonaron Más allá de tus ojos, Sálvame, Tu sin mí, Así Fue y Promesas. Desde el canal de UniversoTV (la pata comunicacional de Universo Jiménez) mostraron más tarde el divertido momento en que Dread Mar I fue a conocer y saludar a Jiménez en los camarines. Pegaron onda y hasta hablaron de como les gusta hacer deporte cuando no están cantando.
La hora de los brasileros
El ingreso de público al evento fue constante y para la hora en que comenzó Os Paralamas do Sucesso, el estacionamiento del Kempes ya estaba casi colmado.
La distribución de los dos escenarios de manera continua permitió que se cumpla a rajatabla con los horarios pautados. Cuando terminaba cada concierto, el staff ya tenía todo listo para el siguiente.
Los brasileños, con Herbert Vianna en silla de ruedas, arrancaron a puro ska. El cantante y guitarrista señaló la luna y con un fluido portuñol destacó la convocatoria y el trabajo de montaje. Las canciones más cantadas fueron las que se relacionan con el rock nuestro: su versión de Track Track de Fito Páez, Que me pisen de Sumo y Lourinha Bombril, su reversión de Párate y mira de Los Pericos.
No faltaron sus mayores éxitos como Linterna de los afiebrados y Dos margaritas. El baterista, João Barone, recordó la primera vez en Argentina, fue en 1986 en el Chateau Rock. “40 años de Paralamas y seguimos adelante. Gracias La Mona Jiménez. Feliz cumpleaños”, dijo antes del cierre que fue con Uma Brasileira e Inundados. Así, la noche cayó con la calidez de Paralamas, una banda de lujo. Antes de bajar hubo versión del Rap de la hormigas. “Esta la grabamos con Charly en 1986″, recordó Vianna.
Bien cabrón
A las 21.10 Molotov explotó con su rock mejicano y potente. Pendejo y Amateur fueron las primeras, Gimme the power desató el primer pogo y al finalizar su canción más política, Micky Huidobro lanzó una referencia abierta pero picante: “Un recordatorio para no poner un lunático en el poder”. Casualidad: el cantante también destacó que cumple el mismo día que La Mona.
Tras una seguidilla bien heavy, cerraron con Puto, desatando otro pogo incontenible y para el final dejaron Rastaman-dita y llenaron el escenario de mujeres del público bailando hasta el piso.
La potencia rockera la retomó Residente desde el otro escenario. El puertorriqueño salió secundado por su espectacular banda y su presencia se sintió fuerte con canciones coreadas al unísono. No hay nadie como tú, El aguante, Muerte en Hawaii, Cumbia de los aburridos y Atrévete pusieron a bailar a todo el Kempes. El rapero pidió que “todos brinquen” y también gritó por la educación pública antes de interpretar Latinoamérica. La intro tanguera fue tan emotiva como el cierre de la corista, Kianî Medina.
René pidió más saltos para hacer Problema cabrón, su colaboración con Wos. El boricua cerró con El futuro es nuestro y Vamos a portarnos mal, canción que el público bailó al ritmo del cuarteto.
La hora del mandamás
Cerca de las 23.25, llegó la hora del anfitrión de la noche: Carlos “La Mona” Jiménez apareció en escena tras una intro doble de El renegado. Feliz, alegre y enérgico, apareció con lentes negros, muchas cadenas doradas alrededor de su cuello y un look en el que predominaba el dorado con un estampado casi barroco.
La Mona salió a tirar con todo, apostando a una avalancha de hits. Sé que te enamorarás, Despierta corazón, Me desespero, marcaban la tónica de una noche en la que Jiménez apostó por complacer a su gente con esos clásicos que lo convirtieron en la leyenda viviente que es.
Pero también hubo lugar para una novedad: Volvió la loca, un tema nuevo (escrito junto a Marcos Bainotti) que lanzó hace semanas. Para Quién se ha tomado todo el vino (y a modo de festejo), hubo reunión cumbre con Pablo Lescano de Damas Gratis, René Pérez y varios de los Molotov. “Me van a saltar las lágrimas de amor y felicidad”, dijo el Mandamás en una noche a la que todavía le faltaba muchísimo recorrido.
A puro baile, la noche de La Mona continuó con sus clásicos: Tinta china, Beso a Beso, El Federal, Se fue, Ramito de VIoletas y Adrenalina.
También se lució cantando Por qué te vas y Me mata. No faltó el clásico momento de lectura de banderas, trapos y remeras ni tampoco los saludos a todos sus seres queridos.
Así, La Mona brindó un concierto corto, similar al histórico Lollapalooza. Más allá de la duración, nunca decepciona. Sus canciones llegaron una detrás de otra y, como buen anfitrión, le dio lugar a los dos shows que quedaban.
De baile a bailanta
Del Mandamás al máximo referente de la cumbia villera: Damas Gratis salió a tocar con media hora de demora tras la actuación de Jiménez. Pablo Lescano saludó a los cordobeses y los animó: “¡Vamos que es el cumple de La Mona!”, exclamó antes de arrancar con una seguidilla infaltable.
Mirá cómo está la vagancia, Quieren bajarme y El humo de mi fasito fueron los primeros temas que sonaron. Sin pausa, enlazaron las primeras estrofas de estas canciones y continuaron con Alza las manos, Costumbres, Laura se te ve la tanga y Perrito malvado.
Lescano entendió todo: exprimió la poca energía que le quedaba a más de 30 mil personas, que vibraron en el festival tras horas de calor intenso y aguante para disfrutar de grandes artistas. Para el cierre, eligió sus versiones de Amar Azul y Flor de Piedra, bandas en las que participó de joven. Sos un botón y Yo tomo licor se gritaron como goles en el estadio Kempes.
“Es el cumple de él, y nos quedamos hasta las 6 de la mañana”, dijo para animar aún más al público. Finalmente, se despidió cantando El mono relojero, de Kapanga.
Andate a dormir vos
Con una espectacular puesta de luces, a las 2 de la mañana Steve Aoki hizo delirar a buena parte del público que decidió quedarse un tiempo más. Las visuales eran tan impactantes como el alto volumen de sus canciones.
Muchos fanáticos de La Mona, con remeras y pilusos estampados con su rostro, se quedaron a bailar música electrónica. La propuesta era más que atractiva: Aoki es uno de los mejores DJ del mundo, y el Bum Bum se dio el lujo de tenerlo como cierre de su sexta edición.
El estadounidense enlazó varias de sus colaboraciones con Daddy Yankee, Nicky Jam, Elvis Crespo, Tini, La Joaqui y Natanael Cano, conformando un setlist bien latino que luego dio paso a los mayores éxitos de su carrera.
Fue con la estridente música del DJ que el público se retiró del estacionamiento del Kempes, dando cierre a una de las mejores ediciones de un festival que ya se ha convertido en un emblema de la ciudad de Córdoba.
