Pocos artistas más “tributados” en el mundo que Michael Jackson. Sin embargo, lo que ofrece Lenny Jay (brasilero, radicado desde hace años en Italia) entra en una categoría distinta, asombrosa y casi surrealista por el brutal parecido físico e interpretativo a la hora de imitar al rey del pop.
Eso encima se potencia si tiene como invitada especial a Jennifer Batten, la legendaria guitarrista que acompañó al propio Jackson entre 1987 y 1997, es decir, cuando estaba quizás en el pico de su carrera.
Juntos encabezarán el espectáculo llamado This is Michael, que este domingo a las 20 llegará al Quality.
Batten, conocida por su virtuosismo y su precisión, repasó cómo fue sumarse al universo jacksoniano, los desafíos técnicos de temas icónicos como Beat It, y su relación artística con Michael.
–¿Cómo se conocieron? ¿Cómo empezó todo para que tocaran juntos en esta gira mundial?
–Batten: Email (risas). El correo electrónico conecta a todos.
–Jay: Mi producción la contactó, porque yo tenía todo el show montado. Empezamos con las ideas para hacer el show en 2020, 2021. Estamos en la época pandemia, no sabíamos cómo iba a ser. El show se estrenó en 2022, y hablando con con Javier, que es el productor, tuvimos la idea de contactar a Jennifer, a ver qué pasa. Al final le mandó un email, material con un video, las canciones y todo. Y Jennifer dijo que sí, y empezamos a trabajar a trabajar juntos. La primera vez que hicimos un concierto juntos fue en Madrid, 2022, y yo estaba emocionado de verla, porque, imagina, un niño fan de Michael que creció mirándola, viendo a ella al lado de Michael, y un día poder compartir el escenario con una persona tan grande, tan icónica como Jennifer.
–Jennifer, ¿cuán ‘buen Michael’ es Lenny Jay?
–Batten: Es asombroso. Está obsesionado con los detalles, y eso hace toda la diferencia del mundo. Todos los movimientos son súper ajustados. Y me contaba sobre su rutina vocal, y no creo que ningún otro ser humano lo haga, o que podría hacerlo…
–Jay: Un maniático. Yo tengo un coach vocal, una fonoaudióloga que me acompaña también y hacemos una labor muy direccionada a lo que él utilizaba para cantar, a veces más suave, a veces más agresivo. Hay un estudio muy profundo por detrás de la voz de Michael. Yo ejecito todos los días dos horas, haciendo ejercicios, incluso cuando no estamos de gira también. Es como ser un deportista, con una rutina muy intensa para mantenerme preparado.
–¿Notabas cuando tocabas junto a él que Michael era una suerte de genio?
–Batten: ¡Sí lo noté! En su consistencia, noche tras noche. En la belleza de sus movimientos. Era fascinante, y yo tenía la mejor ubicación de la sala. Billy Jean era lo mejor porque al final era sólo baile, solo con la batería, entonces yo no tenía que concentrarme en la guitarra, estaba a 6 metros viendo a este genio improvisar.
–¿Cuál canción te gusta más interpretar juntos, y cuál te emociona aún hoy?
–Hay tantas. Hay algo en su música que la hace durar por siempre, y en el caso de Michael, la vengo escuchando desde Jackson 5. Pero Off the Wall sigue teniendo un lugar especial en mi mundo. Tiene muchos hits clásicos espectaculares.
–Cuando te uniste a la banda de Michael Jackson él te dio un lugar protagónico en el escenario. Vos fuiste no solo con la guitarra, no sólo con el sonido, si no con el paquete completo, tenías el estilo…
–Batten: Bueno, él creo eso. Yo sólo me veía como una guitarrista nerd con lentes. Él tuvo la visión y me transformó.
–Y vos lo aceptaste…
– Batten: ¡Claro! ¿Me estás jodiendo?
–¿Inmediatamente? ¿No sonaba como algo loco para vos?
–No, fue lo más emocionante del mundo. Llevame a cualquier lugar del mundo, a cualquier tiempo, hacele lo que quieras a mi pelo porque igual después crece (risas).
–Durante esos 10 años con él, ¿cómo viviste esa experiencia?
–Batten: Fueron como vacaciones pagas, una fiesta. Y para mí fue un cambio radical. Antes de eso tocaba en cinco bandas diferentes en Los Ángeles, en el circuito de clubes de Hollywood, y pasé a una de las giras más enormes del mundo. Fue como despertar en otro universo. Es como si todavía sintieran el latigazo cervical por ese cambio. Se sentía muy surreal, como si yo estuviera en una especie de nube mágica.
–Lenny, ¿qué versión de todos los Michael de acuerdo a las distintas épocas te gusta más?
–Yo conocí a Michael en la época de Bad. Tenía esas imágenes y fotos increíbles de él. Siempre tuve en mi mente ese Michael que después cambió para Dangeorus visualmente. Su baile cambia y su voz también. Hoy intento absorber el estilo de cada época. En los ’80 tenía la voz más suave y aguda, y en los ’90 se pone más agresivo en su música y su voz. Yo intento no solo cantar la canción, sino encontrar su interpretación general según la época.
–¿Viste el documental Leaving Neverland sobre las acusaciones en su contra? Al trabajar juntos, ¿viste algún lado oscuro o controversias?
–Batten: No vi nada. Michael era la estrella más grande del mundo, y como suele ocurrir con las figuras gigantes, muchos intentaban derribarlo. Hubo controversias, sí, acusaciones… pero yo siempre creí en su inocencia. No viví lo que algunos cuentan.
–¿Cuál fue el solo más difícil de aprender?
–Batten: Beat It, sin dudas. Eddie Van Halen puso la vara altísima. Cuando salió ese solo, muchas técnicas eran nuevas para mí. Era una ensalada llena de técnicas de guitarra. Me rendí tres veces antes de que finalmente saliera bien. Yo tenía una grabadora que podía bajarle la velocidad para poder escuchar mejor qué hacía en ese solo. Pero cuando lo logré… eso me permitió comprarme una casa (risas). Así que perseveren, damas y caballeros.
Para ver
This is Michael, este domingo 12 de octubre a las 20 en Quality Espacio, con entradas desde $ 34.500 a $ 80.500 en qualityespacio.com.