Este sábado, Chilli Street Club recibirá el esperado desembarco de la artista platense Carmen Sánchez Viamonte, una de las exponentes más singulares del rock argentino en tiempo presente.
La cantautora y referente de la escena musical de la Ciudad de las Diagonales actuará por primera vez en la ciudad junto a su banda y presentará formalmente sus dos últimos discos, La fuerza (2022) y Mala (2023), además de otras canciones más viejas y más nuevas en su frondoso y exuberante repertorio.
De la mano de la productora GRL PWR, este acercamiento al público local tiene sabor a hito en la carrera de esta compositora de 26 años que se destaca inmediatamente por una voz que remite a Shakira, Morrissey o Rosario Bléfari como si esos nombres fueran ingredientes de un licuado que además agrega experiencia propia y mucha consciencia al respecto.
Con amplio recorrido en su ciudad natal y en Buenos Aires y alrededores, Sánchez Viamonte es un nombre que de a poco parece resonar cada vez más en “la Docta” sin más herramientas que sus potentes y significativas canciones.
“Mi relación con el público cordobés es bastante joven en realidad. Yo fui a tocar allá por primera vez en 2024, pero como solista y más como para tantear a ver qué onda”, asegura ella en primera persona al entrar en contacto con La Voz.
“Estuvo muy lindo ese viaje y durante el año nos mandaron mensajes preguntando cuándo íbamos con la banda. Desde ya que es muy linda esa parte del crecimiento, de saber que hay gente que hay esperándote en lugares ya por fuera de la propia ciudad o provincia. Es muy loco y muy emocionante”, define.

-Sacaste dos discos bisagra en 2022 y 2023, y hace poco estrenaste 17, tu último single. ¿Qué podés adelantar en cuanto al repertorio para este primer gran show cordobés? ¿Por dónde irá el recorte que necesariamente tenés que plantear en la lista?
Va ir principalmente por canciones de Mala y de La fuerza. Por supuesto que va a estar 17, nuestro último single, y también vamos a tocar algunas cosas del pasado, reinventadas; algunos temas que yo tenía versiones solistas, que los tocamos de otra manera. El recorte es muy difícil porque cada disco tiene bastantes temas, depende la duración del show a veces hay que poner los que nosotros consideramos esenciales o que sabemos que el público los canta más y los está esperando. De todas formas también creo que hay que ir conociendo cada público. Eso por ahí es lo que pasa en La Plata o en Buenos Aires, pero hay que ver qué está esperando el público de Córdoba para llegar mejor preparados la próxima vez.
-En lo personal, desde que escuché 17 no puedo parar de pensar en tu decisión de narrar una situación como la que plantea la canción, con la complejidad que implica hablar de esos temas. Más allá de que tus composiciones tienen mucho de tu universo íntimo, ¿qué experimentaste como artista al meterte en una experiencia así con fines musicales?
Escribir canciones siempre fue mi forma de lidiar con la vida, entonces ante cualquier cosa que me pasara, que yo quisiera transformar o analizar o retratar de alguna manera, la hacía y la hago canción; es medio como un ejercicio casi inconsciente. Y esta canción, la hice el año pasado y habla de hace 9 años, de cuando tenía 17 (ahora tengo 26). Me pasó que no me había dado cuenta cuánto me había marcado la situación que relata y el año pasado me enamore, y ante ese amor tan lindo empecé a revisar cosas feas que seguían dentro mío, marcas del pasado. Y empecé a revisar esa situación como una adulta, y ahí me di cuenta que me hacía falta una canción sobre ese tema para cantarla. Me pareció que no había canciones en español que contaran algo así, yo no las encontré al menos. Y ahí dije “esto no puede hacerme falta a mí sola”. Yo tengo mucho público femenino, adolescente, muchas niñas. Entonces me pareció importante como una cosa de acompañarnos y sanar entre todas esas cosas que por ahí pasan desapercibidas pero son formatos de vínculos muy complejos que pueden ser muy perjudiciales. Me costó tomar la decisión de sacarla porque es una canción muy íntima, y cuando salió muchísimas chicas de todas las edades me escribieron para contarme sus experiencias y agradecerme. Yo también estoy agradecida, porque me ayudó a cerrar un ciclo demasiado largo y a pasar a otra etapa de mi vida. A veces las canciones son muy transformadoras y esa compañía que sabía que le podía hacer a otras personas fue el motor más grande para finalmente publicarla.
-Tu voz y el modo en el que la usás es probablemente tu gran sello distintivo. ¿Cómo podrías resumir esa relación con tu propio instrumento a nivel corporal y cómo fue el proceso de encontrar y desarrollar ese estilo que te destaca en el universo del rock-pop argentino?
-Mi trabajo con la voz empezó de manera muy inconsciente porque yo canto desde muy chiquita y canto mucho, todos los días. Y cuando empecé a cantar en reuniones familiares o de amigos, o más para la gente, muchas personas me querían dar indicaciones y en ese sentido mis padres me cuidaron mucho para que yo hiciera siempre lo que yo quisiera y no lo que los demás me estuvieran pidiendo. Ellos colaboraron mucho a esta identidad que yo fui cuidando celosamente casi, y después de más grande empecé a estudiar canto para adquirir las herramientas que sentía que me hacían falta para expresar distintas cosas con mi voz, pero la verdad que el faro principal fue sentirme bien. A mí cantar me da mucho placer corporal, tenemos el beneficio de que es un instrumento que está dentro de nuestro cuerpo, y cuando es así siento que es inevitable que los demás no lo disfruten también. Creo que es otra forma de conectar con el resto a través de eso.
Para ir
Carmen Sánchez Viamonte actúa junto a su banda en Chilli Street Club (fructuoso Rivera 273) este sábado a partir de las 21. Entradas en venta a $ 10 mil a través de Passline.