Este 30 de abril en Bela (Peredo 325), la escena alternativa cordobesa se sacude con una visita doble de lujo: Babeblade y Guacho Bleu, dos artistas que vienen haciendo ruido desde las bases del under porteño, llegan a Córdoba para presentar sus proyectos cargados de sensibilidad, angustia y sonido.
En diálogo con La Voz del Interior, Milagros Ugarte (Babeblade) y Joel Guaglione (Guacho Bleu) hablaron de música, amistad, catarsis y del camino DIY en un contexto donde todo parece estar al borde del colapso.
Tanto Babeblade como Guacho Bleu hacen música que emociona, que interpela, que duele. No desde lo grandilocuente, sino desde lo íntimo, lo cotidiano. “Crear Babeblade fue ponerle un nombre a algo que siempre existió”, contó Milagros, que recientemente editó El cielo es un lugar hostil (ECEULH), su último disco, un trabajo que —en sus palabras— recorre una parte de su historia que no pensaba contar hasta que la contó. “La estética y el sonido son lo mismo para mí. Cuando hago una canción, imagino una película, es instantáneo”, aseguró.
Joel, por su parte, resumió el surgimiento de su proyecto de forma más abrupta. “Nació como proyecto paralelo a una banda que no me aceptaba ninguno de los temas que hacía”, comentó. Desde ahí, Guacho Bleu creció como un universo propio, atravesado por el post-hardcore, el punk, la cumbia, el tango y lo que venga. “Toda la música que escuché durante toda mi vida está ahí. Es hacer lo que tengo ganas de hacer porque es lo único que me importa”, destacó.

Autogestión en tiempos de algoritmos
Ambos artistas comparten una fuerte postura frente a la autogestión. “Sí, es todo DIY”, respondió Joel, en referencia al Do it yourself (hacerlo vos mismo) y luego profundizó con una fuerte reflexión que resonó: “Hoy se necesita menos plata para hacer música, pero la cantidad de cosas de las que hay que estar pendiente al autogestionarse es mucho más grande. Pareciera que si uno no está todo el día como un imbécil tratando de llamar la atención, no existís”. Para él, internet ya no es ese lugar democratizador que alguna vez prometió ser, sino “una basura necesaria, un parásito que aceptamos porque creímos que nos iba a dar algo”.
Milagros, sin entrar tanto en ese análisis, también apostó por la integralidad de su obra. ECEULH fue concebido junto a su productor Mailo con una búsqueda artística que prioriza lo emocional. “Nos conectamos con algo más orgánico de las canciones, que un poco creo que se perdió en los últimos años. Construimos un universo que lo acompaña”, recordó.
El álbum como obra teatral
En un mundo donde TikTok parece haber dinamitado el concepto de disco, Babeblade sigue eligiendo el largo formato. “Me gusta la idea del disco porque soy muy del palo del teatro. Un álbum para mí es una obra, y si quiero hacer una obra, necesito tiempo, presentar el espacio, el nudo y el desenlace. La gente necesita encontrarse más con lo orgánico”, destacó.
Esa mirada sensible se traduce también en sus shows, que son momentos de comunión emocional. “Prefiero sorprenderme y que la gente se sorprenda de la misma forma”, dijo Babeblade sobre lo que puede esperarse de su presentación en Córdoba.

Una dupla creativa que se potencia
Ambos se conocen hace años y su vínculo artístico es parte esencial de sus proyectos. “Más allá de los temas en los que cada uno haya laburado produciendo o componiendo, todo lo que hago pasa por su opinión y todo lo que ella hace pasa por mí. Evidentemente nuestra música está muy conectada”, dijo Joel. Milagros lo describió con admiración: “Es el mejor escritor vivo que conozco”.
Sobre el show que los trae a Córdoba, Joel se entusiasmó: “Hace mucho tiempo que tengo ganas de tocar en Córdoba porque es una ciudad importantísima. Vamos a dar todo lo que tenemos porque es lo único que sabemos hacer. Los pibes nos prometieron esperarnos con un buen asado y pritiado pa’ festejar. Se dará una vuelta por ‘la docta’ y saldremos a gritar un poco como hacemos siempre”.
Sentir, gritar, exorcizar
Tanto Guacho Bleu como Babeblade le cantan a una generación incómoda, agobiada y lúcida. Una generación que, entre el trabajo, la ansiedad y el amor, encuentra en estas canciones un lugar donde sentirse menos sola. En ese abrazo cálido de Babeblade o en los alaridos angustiosos de Guacho Bleu, lo que hay es verdad. Cruda, hermosa y necesaria.
Con entrada gratuita, este martes 30 de abril en Bela será una oportunidad única para verlos juntos, y también para entender por qué lo suyo es mucho más que música. Es grito colectivo, es catarsis compartida, es empatía convertida en canción.