La salud de Ismael “Tito” Fuentes, guitarrista y vocalista de Molotov, generó preocupación en los últimos meses tras revelaciones sobre su estado físico y emocional. A través de entrevistas con Playboy México y en el podcast de Javier Paniagua, el músico relató con crudeza su proceso de rehabilitación, marcado por adicciones, múltiples cirugías y un coma que lo obligó a replantear su vida.
Fuentes, de 50 años, reconoció que durante 30 años vivió sin cuidar su salud. “Hice lo que quise, sin atender lo físico ni lo mental”, admitió. Ese descontrol lo llevó a caer en el alcoholismo y en el consumo de sustancias que definió como “muy destructivas”. Incluso confesó que en ocasiones buscó lastimarse y atravesó “malos viajes” como forma de canalizar emociones que no sabía expresar.
El costo fue altísimo: once operaciones, entre ellas una perforación en la cara. La más grave derivó en un coma inducido de casi tres días. “Estuve muerto en vida dos días y medio. Algo cambió en mí desde entonces”, contó.
A la recuperación de sus adicciones se suma la rizartrosis que afecta ambas manos. La enfermedad, causada por décadas de tocar la guitarra, le provoca pérdida de cartílago y dolores severos que requieren tratamiento constante.
Este cuadro físico, sumado a su rehabilitación, fue determinante para que no participara del Vive Latino 2025 y para que hiciera una pausa en la gira de los 30 años de Molotov.
Terapia, arte y un nuevo rumbo
Pese a la dureza de su presente, el músico mantiene un tono optimista. “El arte y la terapia son un salvavidas”, dijo al contar que explora su faceta plástica y que ya expuso obras en colaboración con Bankaool, donde sus diseños aparecen en cajeros automáticos.
Sobre su ausencia en Molotov, banda que llegará a Buenos Aires el 4 de diciembre en el marco de la gira aniversario, aseguró que volverá “cuando esté al cien por ciento”. Lejos de resentirse, valoró que Jay de la Cueva ocupe su lugar en los shows: “No me duele, lo viví 30 años. Ahora necesito sanar”, cerró.
