Este martes, el aniversario número 25 de la muerte del cantante e Rodrigo Bueno generó saludos y recuerdos de diversa índole. Desde su hijo Ramiro hasta quien fuera una de sus parejas, la mediática Marixa Balli, muchas personas dentro y fuera del mundo del espectáculo recordaron al “Potro”.
Fallecido trágicamente a sus 27 años, y en medio de un aluvión de fama y popularidad que marcó sus últimos meses de vida, Rodrigo se convirtió en mito. Pero en aquel momento, la noticia de su fallecimiento fue un bombazo absolutamente impredecible. Esperable en alguna medida por el frenético ritmo de vida del cantante, pero no por eso menos devastador.
La Voz fue testigo directo de ese fenómeno. En 2000, la velocidad de la información era otra. Y aunque el sitio web del diario ya funcionaba desde 1996, la cobertura periodística que tuvo la muerte del “Potro” se reflejó en el matutino publicado en las primeras horas del domingo 25 de junio, 24 horas después de que Bueno muriera en la autopista Buenos Aires-La Plata.
“Una multitud vela los restos de Rodrigo”, dice el título principal de la portada de aquel día. En la foto que acompaña la noticia, se puede observar una imagen de sus seguidores durante la despedida que se realizó ese mismo sábado 24 de junio. “El cuartetero se mató ayer en un accidente automovilístico”, se lee por encima de la imagen.

“Rodrigo Bueno encarnó un abrumador fenómeno mediático pero rescató la esencia del ritmo popular. El dolor de los jóvenes en la despedida contrastó con una ruidosa emisión televisiva”, puede leerse en el destacado que cierra la noticia en cuestión.
Una vez adentro del diario, la sección Sucesos desplegó la información en tres páginas. “Rodrigo murió en su mejor momento”, destaca el título de la noticia principal, que desarrolla y reconstruye gráficamente lo ocurrido en la madrugada del 24 de junio. “Un accidente terminó con la vida del músico cordobés más popular después de Carlitos Jiménez”, destaca el cintillo.
La edición también incluye una crónica de la ocurrido durante el velorio del cantante, que se realizó la misma tarde del fatídico hecho en la Municipalidad de Lanús. “No faltaron ni los desmayos ni los apretujones en las puertas del edificio donde es velado el cantante cordobés”, advierte el epígrafe de una foto que ilustra el momento.

“El adiós a un purista del ritmo popular”, destaca en su título el obituario de Germán Arrascaeta, periodista de La Voz que siguió de cerca el fenómeno protagonizado por Bueno, y también fue testigo de algunas de sus declaraciones más polémicas.
“Quiero rescatar el sentido de nuestra música, enseñarle a todo el mundo que el cuarteto viene de los inmigrantes italianos que se establecieron en Córdoba y que nuestra tonada surge de los Comechingones. Para eso, voy a hacer un disco con Carlitos Rolán y Eduardo Gelfo, y lo voy a ir a mostrar por España e Italia. También estoy escribiendo un libro. Se va a llamar Dios, Patria y la Mona Jiménez. Lo tenía casi terminado, pero tuve que interrumpirlo porque tenía que empezar a hablar de mí. Y eso me cuesta”, decía Rodrigo meses antes en una entrevista publicada con este medio.
Esa nota, titulada con la frase “Soy el cordobés más famoso” generó revuelo en su momento y terminó de instalar una polémica entre las dos principales figuras del cuarteto a comienzos de 2000: La Mona Jiménez y Rodrigo.
No obstante, la crónica que cuenta lo ocurrido en las horas posteriores a la muerte del “Potro” también hace alusión a lo hecho por el “Mandamás” al enterarse de la muerte de Rodrigo. Según detalla La Voz, Jiménez y su por entonces flamante exesposa, Juana Delseri (había oficializado el dovorcio días antes) se acercaron a la familia de Bueno para ofrecer sus condolencias.
“Más allá de las dimensiones desproporcionadas que adquirió la disputa, el matrimonio Jiménez no disimuló el dolor por la muerte del creador de éxitos como Amor clasificado y Soy cordobés. En una nota dirigida ayer a sus familiares, transmitió su hondo pesar", señala Arrascaeta.
Además, eso no fue todo. “Siento un doble dolor por toda esta polémica que inventaron entre nosotros dos, todo un invento, esto me pone muy mal”, declaró “la Mona” en las horas posteriores a la muerte de Rodrigo. Según se advierte en otra de las notas incluidas en la cobertura, Jiménez tenía previsto pedir un minuto de silencio para Rodrigo en el baile que se preparaba para realizar en la madrugada de ese domingo en el Súper Deportivo.

“Rodrigo murió, pero su imagen recién está naciendo”, apunta Santiago Giordano en otra de las notas incluidas. En este caso, el texto da cuenta de la “maquinaria” construida en torno al cantante y su música, algo que se hizo evidente como nunca antes en el día de su muerte.
Esa misma jornada, el cantante tenía previsto actuar junto a su banda en vivo en el programa Siempre sábado. Tras lo ocurrido en la madrugada, finalmente fueron los músicos de Rodrigo quienes se presentaron a modo de homenaje para cantar junto a sus fans.
Las imágenes del grupo y sus integrantes tocando desconsolados son tan fuertes como las presencias de Betty Olave (la madre de Rodrigo), de un todavía preadolescente Ulises Bueno (hermano del “Potro”) y de Patricia Pacheco (con un cuello ortopédico) y su hijo Ramiro, jugando entre los cuerpos de la batería como si no pasara nada.