Rocío Marengo explota de la felicidad, después de una lucha larga y desgastante para poder convertirse en madre, finalmente está embarazada y puede gritarlo a los cuatro vientos.
Tras la confirmación de la feliz noticia días atrás, Marengo habló con LAM y agradeció todos los mensajes y el cariño recibido tras anunciar el embarazo.
“Tremendo todo, no lo puedo creer. Unos mensajes sentidos, muy cálidos, la verdad es que recibí mensajes hermosos”, contó Marengo.
Sobre el sexo del bebé contó que aún no lo sabe. Y no quiere arriesgarse a decir nada. “Me lo imagino de las dos maneras. Si es varón para que después le gusten los autos como a Edu, fútbol como a mis sobrinos. Y si es nena, bueno, una compañerita, para jugar casi a las muñecas”.
“El tema del nombre, los que tengo, me los tiran abajo. Mi familia, mi sobrinos. Es difícil. Dicen que son todos raros”, sumó la modelo, pero no dijo ninguno.
Pese a que hoy todo es alegría, no siempre fue así, Rocío habló de cómo fue el proceso para poder quedar embarazada, y no fue fácil.
“Fue duro porque son muchos tropiezos, muchas piñas. Yo lo defino como piñas en la cara porque era decir ‘volvé, el mes que viene se da’ Y era de vuelta inyección, inyección, y bueno... la verdad que parte del camino fue difícil. Me di cuenta, ahora que estoy tan feliz, que yo me empecé a entristecer. No era la misma”, recordó.
“No quería exponerme en los medios para que no me pregunten. Yo soy muy sincera y también estar escondiendo todo esto no me gustaba. Cuando me decían, ‘¿Qué estás haciendo?’ Yo decía: nada. Pero en realidad estaba dedicada a esto, le metía mucha garra, si la inyección era a las 10, era a las 10. Era todo como muy esquemático, no quería perjudicar nada", sumó.
“Fueron muchos años de buscar, creo que cinco, porque empezamos primero de manera natural, después con tratamientos de baja complejidad y después con tratamientos de alta complejidad”, explicó.
“Y a mí se me complicó mucho cuando tenía, todos los meses, que sacarme óvulos porque además para las mujeres es mucho más cruel porque un momento que empieza apurar, el tratamiento es muy invasivo”, siguió.
“Y la última vez, yo estaba acostumbrada al ‘volver mañana’, a empezar de vuelta. Al ¿te pasé la receta? ‘andá a comprar la medicación’, y esta vez no pasó eso”, recordó.
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