Grounded 2 tiene la grandeza de minimizarte en una aventura de supervivencia que parece infantil pero que no lo es. Se ambienta en una historia en la que adolescentes son “empequeñecidos” y tienen que sobrevivir en un parque en el que todas las criaturas que habitualmente son pequeñas en ese contexto son gigantes. Algo así como la película “Querida, encogí a los niños”. Pero más y mejor.
En La Voz jugamos este título en su prueba preview en una Xbox Series X y te contamos cómo sentimos esta aventura que puede jugarse en el modo “solo” o en un multijugador online de hasta cuatro gamers. Es desarrollado por Obsidian y publicado por Xbox Game Studios. Desde este martes 29 de julio está disponible en su acceso anticipado. Luego llegará a Game Pass.
Lo mejor y lo peor
El primero elogio para Grounded 2 es que pone a mano la opción de cómo mostrar las arañas en el caso de sufrir aracnofobia. Con ese cuidado, es que el título quiere que nadie se sienta incómodo con su propuesta.
De hecho, no tiene nada de terrorífico. Todo funciona en un ambiente, si se quiere, caricaturesco. Onda Fortnite.
Es posible elegir entre cuatro adolescentes y es posible seleccionar si jugarlo en tercera persona o en primera.
En nuestro caso, nos pareció mejor lo de la primera persona, ya que permitió mejor respuesta en el momento del combate.
Porque el combate está presente: hay que pelear con todo tipo de “bichos” de jardín, de parque. Desde hormigas hasta mariquitas.
Y hay que reunir elementos, para lo cual hay que forjar herramientas que permitan “talar” yuyos. Y hay una arma que es la más valorada para todas esas tareas: la omniherramienta, que funciona como hacha, pala, palanca o martillo.
Y así. Todo se siente orgánico en esa experiencia en la que explorar se siente cómodo. Si bien hay que ir haciendo encargos/misiones para avanzar en la historia, no hay esa necesidad de hacer todo de manera lineal.
Los controles para ir eligiendo armas y elementos son simples. Sí puede ser un poco abrumador el menú de elementos para ir construyendo armas y útiles. Pero nada que un gamer promedio no haya vivenciado con otras propuestas de este tipo.
La interacción con el ambiente es central y se luce con el “dominio” de especies.
Permite domar ciertas especies de insectos para aprovechar sus habilidades: las hormigas pueden cargar muchísimos materiales y reclutar otras para combatir, mientras que las arañas son más rápidas, hacen más daño y pueden crear puentes de telaraña para llegar a puntos altos del mapa. Montar uno de estos bichos transforma por completo la aventura.
Los biomas están muy bien logrados. Y se nota como en ciertos lugares hay sensación de encierro y peligro y como en otros es posible andar un poco más relajada, como para contemplar más.
Otro punto a destacar respecto al Grounded inicial, es que se rebalancearon muchas recetas para crear objetos, haciéndolos más fáciles de fabricar sin la necesidad de conseguir materiales excesivamente.
Para ser un juego en construcción, el rendimiento fue más que bien. En esta prueba, lo jugamos en un televisor 4K que llega hasta 60fps. Y, salvo en algunos momentos, funcionó bien.
Grounded 2 tiene suficiente contenido como para que las horas de juego sean muchas: incluyendo misiones de historia, desafíos de guardabosques, coleccionables, secretos y otras sorpresas.
¿La historia? Si bien lo de emparentar a Grounded 2 con la película “Querida, encogí a los niños” podría invitar a creer que se trata de un argumento igual de interesante, en el juego no se siente tan así. Las misiones no son particularmente largas y su desarrollo es bastante simple.
Igual, el encanto de Grounded 2 es poner sobre la mesa un mundo en el cual explorar con grandeza “siendo pequeños”.
¿El combate? Equilibrado. No frustrará a nadie. Tampoco le será un paseo a cualquiera. Se nota la complejidad de combates “a lo Obsidian”, donde la estrategia es clave. O sea, eso de ir al frente contra todos no siempre sirve. Hay criaturas a la altura de jefe.
El apartado de la construcción está ahí, para quien quiera profundizarlo aunque de ningún modo “obligará” a nadie a que “tenga que hacerlo” para avanzar en la experiencia total de Grounded 2.
En La Voz lo jugamos en modo solo y la aventura nos resultó más que entretenida. Sobre todo por su ambientación. Grounded 2 de esos juegos que siempre te “pide” un ratito más, que siempre te invita a “dar una vuelta más” y ver qué hay más allá de esa montañita que se ve allá en el mapa. Un videojuego que te retiene es un buen videojuego.