Este 20 de julio, Rodrigo Lussich y Adrián Pallares traen a Córdoba su aclamado show de stand up Dos hombres buenos. Los conductores de Socios del espectáculo llegan a la ciudad para contarle a su público más cholulo las anécdotas y los detalles más inhóspitos de su paso por el mundo de la farándula argentina.
En diálogo con La Voz, ambas figuras mediáticas brindan detalles de este espectáculo de humor con cena incluida que tendrá lugar el próximo sábado en el salón Avril. “Estamos muy contentos de llegar a Córdoba para que puedan conocer nuestro show. Se van a sorprender y van a salir con las expectativas seguramente superadas”, señala Lussich.
Los periodistas llevan trabajando juntos desde hace más de dos décadas, pero cosechan muchos más años como amigos. Ese vínculo tan especial fue el que convirtió a la dupla en un éxito rotundo y los catapultó como referentes del medio.
“Me parece que, por el hecho de contar el género a nuestro modo, que es bastante distinto que el del resto, debemos ser referentes. Para eso trabajamos mucho y hemos estado batiendo el parche con nuestro estilo, que ha hecho que la gente lo compre y lo acepte, aun cuando no es el clásico periodismo de espectáculos”, explica el actor.
Dos hombres buenos tiene un código teatral especial que lo hace distinto a lo que realizan día a día en El Trece, pero al estar sentados frente al público es inevitable hablar de su paso por el programa, sus historias con otros famosos y las experiencias que recogieron tanto en Socios como en Intrusos.
“Hacemos un salpicado de nuestras carreras, de nuestras vidas personales y también de los 10 años que no trabajamos juntos. Vamos a ir contando esas idas y vueltas nuestras, cómo fue nuestro primer encuentro y qué pasó después”, agrega Pallares.
No hay vacas sagradas ni todos son famosos
El público siente una especial atracción por conocer en detalle la vida de los famosos, pero también tiene interés en convertirse en ellos. Hoy en día, las redes sociales abrieron una puerta a la fama directa cuando antes se necesitaba estar en la televisión para alcanzar tal exposición.
“Está mucho más a mano esa posibilidad. Desde ir a un casting de Gran Hermano hasta tener tu propio canal de streaming. No es como antes, que había que hacer un camino más largo. Es una tentación muy grande”, reconoce Lussich.
“Aparte, se cree que también ser famoso, conocido o popular trae un montón de beneficios, y la verdad es que no. Podrá traer algún canje, pero no es nada. Nosotros nos reconocemos populares, la gente nos mira y nos reconoce. ¿Pero famoso? Famoso es Tinelli”, agrega Pallares.
–¿Hay famosos intocables?
–Lussich: Para nada. En todo caso, uno puede cuidar ciertas cuestiones, pero me parece que todos hablamos de todos. Incluso al punto de zarparse. Ahora con el streaming se gasta mucho la gente como se la gastaba antes en la tele, que ahí ya no se puede hacer más. El streaming pasó a ser ese lugar de bardeo, de la pendejada que se la agarra con los famosos más importantes y los gasta. Siempre hay un escenario para eso, porque atrae mucho público, pero me parece que no hay vacas sagradas ni intocables.
La moda del streaming: ¿es posible poner límites?
Los conductores están al tanto de las últimas polémicas sucedidas en los canales de streaming Olga, Neutra y Carajo, donde algunos de sus comunicadores rompieron ciertos límites y fueron cuestionados por sus dichos contra personalidades conocidas como Costa o Pepe Cibrián.
Si la televisión tuvo que aggiornarse a los nuevos paradigmas sociales, ¿el streaming también debería hacerlo? ¿Es posible ponerle límites?
“Es que tiene que haber un escenario para eso. Si no son las redes, es el streaming. El bardeo y el morbo que despiertan tiene que tener un vehículo porque la gente lo busca. No digo que esté bien, pero me parece que se trasladó ahí; y si no, se trasladaría a otra parte. La búsqueda del morbo es permanente. Lo que cambian son los vehículos”, asegura Rodrigo Lussich.
“En los años ’70/’80, revistas como Humor satirizaban a Mirtha Legrand y a Susana Giménez, y hacían ilustraciones como la de Mirtha sentada en un inodoro pensando qué era lo que hacía después de los almuerzos. Siempre hubo cosas fuertes, y el humor siempre lastima. El tema es si el que se siente herido te contesta o son cosas mucho más profundas de las que no habría que hacer chistes. El humor siempre es irreverente, a alguien va a molestar. El público también va a ir poniendo los límites”, añade Pallares.
–¿La ética por encima del chisme o el rating por encima del chisme?
–Lussich: Por encima del chisme está el sentido común, y en todo caso, lo que vos creés que puede ser atractivo sin cagarle la vida a nadie. A veces podés llegar a hacerlo sin querer y tenés que pedir disculpas. Es un delgado límite que todo el tiempo está a punto de pasarse. Hay que ir y venir y manejarse con cintura. Nosotros tenemos mucho oficio en esto, pero también nos mandamos cagadas. Hay cosas más obvias como la salud, con las que uno no se mete, pero así y todo también podés contar cosas que pueden joder a alguien. En ese caso, hay que aceptar que uno se equivocó.
–Ya que lo nombraron, ¿harían streaming?
–Lussich: Lo que pasa es que son lenguajes y públicos distintos. En la televisión abierta, trabajamos para +40, y el streaming trabaja para gente menor de esa edad. En ese sentido, creo que está muy repartido. Por supuesto que nosotros queremos conquistar a ese público que no viene, y viceversa, pero me parece que es una cuestión generacional. No sé si somos las voces que el público de streaming quiere escuchar. Me parece que es otro código y nuestro público no nos va a ver ahí. Si nos tiene en la tele, ¿para qué nos va a buscar en el streaming? Es contradictorio.
–Pallares: También hablamos de éxitos, pero el miércoles Olga estaba en 53 mil visualizaciones y eso es medio punto de rating. Mucho del streaming creció porque los portales y la propia televisión levantan lo que pasa ahí, pero a la hora de ver los números reales no es nada. En la televisión nos hubieran echado. Además, hay que decirlo: en el streaming se manejan presupuestos rarísimos. ¿De dónde sacás la plata para hacerlo?
–Lussich: Las marcas están desesperadas por ir al streaming porque sienten que hay un público cautivo que les va a consumir, y yo no estaría tan seguro de eso. Cuando vean los resultados, se van a dar cuenta de que tal vez pusieron mucha plata en algo que no da tanto rédito. Lo mismo pasa con las redes. Hay gente que cobra un $ 1 millón por una historia. Yo no creo que eso lo recupere el anunciante. Se cholulea mucho porque está de moda. Somos muy exitistas y queremos estar. De ahí a que funcione… A los que les va bien es a Nico Occhiato y a Migue Granados, que la vieron antes. El resto va a la cola, al pelotón.
Para ver
Rodrigo Lussich y Adrián Pallares presentan Dos hombres buenos en el salón Avril (av. Cdad. de Valparaíso 6000, Córdoba capital). Las entradas se pueden adquirir a través de la web de Paseshow. Cena-show: $ 56.100. Ticket solo para el show: $ 17.600 (los precios incluyen el cargo por servicio).
